Legalizacion De La Dosis Personal

Controversia sobre la legalidad y legitimidad de la dosis personal en Colombia

Uno de los temas que ha suscitado mayor polémica y debate entre todos los estamentos de la sociedad colombiana es la legalización de la dosis personal. Tanto el Asambleísta de 1991, movimientos políticos, lideres estudiantiles y autoridades sociales y culturales han planteado diferentes ópticas ante esta neurálgica situación que afecta a la sociedad colombiana. Muy a pesar de existir un marco constitucional, legal y jurisprudencial que garantiza el libre desarrollo de la personalidad en todos los ciudadanos, diariamente emergen diferencias con respecto a la legalidad y legitimidad de la dosis personal. Por un lado, se debe respetar la libre voluntad de las personas, pero, por el otro, se confrontan naturalmente problemas como la drogadicción y el narcotráfico. Dada así las cosas, es menester realizar un análisis detallado sobre el asunto que se colige: la Controversia sobre la legalidad y legitimidad de la dosis personal en Colombia.

Como es de conocimiento público, que muchos sectores de la sociedad colombiana están en desacuerdo sobre el consumo de la dosis personal, es decir, siendo netamente legales, persiste cierta ilegitimidad sobre el consumo de la dosis mínima de drogas. Dicho rechazo, proviene claramente de las costumbres del pueblo colombiano. Un pueblo de carácter conservador y sumergido en paradigmas con tendencias cavernarias.

No obstante, la Corte Constitucional, en Sentencia C-221 de 1994, con ponencia de Carlos Gaviria Díaz, declaró “inexequible la disposición que penalizaba el porte de dosis personal de cocaína, marihuana o cualquier otra droga que produzca dependencia, por considerar que vulneraba la dignidad humana, la autonomía de la persona, el libre desarrollo de la personalidad, entre otros. Poco después, en sentencia C-401 de 1995, al revisar el Convenio Marco de Cooperación entre la Comunidad Económica Europea y el Acuerdo de Cartagena y sus países miembros, no se vaciló en destacar el tráfico de droga era “uno de los más graves males que afligen a la humanidad en la era presente y que es objetivo del orden universal”.

De igual modo, la polémica que se ha agudizado por este hecho ha conllevado a un rechazo total por gran parte de la población Colombiana. Por lo que muchas personas lo siguen considerando como un delito el cual debe ser castigado con mano fuerte por la justicia. Más sin embargo, la corte considera a las personas que presentan algún tipo de adición a cualquier estupefaciente, enfermos compulsivos merecedores de recibir tratamientos médicos terapéuticos antes que un castigo penal. Por lo que Estado busca evitar en su mayoría la adicción a los estupefacientes, pues estos en exceso, ocasiona grandes daños en nuestro organismo. Para lograr este objetivo, se hace necesario entonces, por parte del gobierno y de los organismos de la administración publica la realización obligatoria en cada ciudad de capacitaciones acerca de los efectos que produce en nuestro organismo el consumo excesivo de drogas. Todo esto con el fin de que nosotros los colombianos seamos un poco mas consientes de las consecuencias severas que nos traería el volverse adicto a cualquier tipo de droga y a su vez se busca disminuir en su mayoría las tendencias de adicción que muchas veces se dan por falta de conocimiento y tratar de evitar cualquier comportamiento delictivo que esto estupefacientes pueden provocar al ser consumidos irresponsablemente.

Teniendo en cuenta que como ciudadanos tenemos la libertad de ingerir cualquier sustancia, mientras esto se haga de manera privada y sin afectar al prójimo, puedo decir que tengo argumentos valederos y necesarios para apoyar la legalización de la dosis personal en Colombia:

En primer lugar, la penalización de la dosis personal viola los derechos humanos. Este acto corresponde al ejercicio de su libre personalidad, por lo que se concibe inaudito el encarcelamiento frente a consumo de una dosis personal. Debido a que en el principio constitucional de la digna humana y el derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad se expresa que “no es posible considerar el consumo de drogas como criminal per se”. Pues el consumo de droga en porciones personalizadas solo esta afectando a quien lo consume y este lo hace por elección propia, por consiguiente al ser consumida no se están violan los derechos de las demás personas. Conforme a esto se hace totalmente contradictorio judicializar una persona que no encuentra cometiendo delito alguno. Como todos sabemos la libertad de una persona se acababa en el momento donde comienza la del otro. Los derechos de los seres humanos deben ser totalmente inviolables y respetados por todos. Es por eso que el Estado se ve obligado a encargarse de prevenir conductas criminales que puedan afectar la vida del prójimo y se considera delito encarcelar a personas que lleven consigo una pequeña dosis de estupefacientes.

Además el artículo de Martin Jelsma sobre las innovaciones legislativas en políticas de Drogas; nos afirma que se tiene que contar con la ayuda de un equipo de profesionales especializados en la asesoría sobre las opciones de tratamiento más adecuadas en cada caso en vez de penas

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