Legalizacion De La Droga En Colombia

La legalización de las drogas en Colombia ha presentado bastantes discusiones, unos por estar de acuerdo y otros por estar en desacuerdo sobre la autorización de esta ley que sde encuentra en proceso. Este gran debate comenzó gracias al ex-Presidente Ernesto Samper Pizarro (1994-1998)[1] y por el gobierno de Estados Unidos. Todos estos años nos hemos preguntado si sería adecuado o no suministrar las drogas de manera legal, con o sin restricciones y por qué se nos ha formulado este cuestionamiento; de dónde surgió esta idea para Colombia.

En este ensayo, voy a presentar mi opinión sobre el por qué la legalización de las drogas no es adecuada para la sociedad colombiana, pues se han mostrado estadísticas, tanto a favor como en contra; pero muchas veces no se basan en la realidad en la que se sumerge la comunidad, los peligros a los que se enfrentaría y las consecuencias que llegarían a causa de una ley que bota a todos al abismo y la adicción de las drogas.

Cuando Ernesto Samper propuso en Colombia la legalización de la marihuana en los años setenta, el país era un productor importante de cannabis y un grande procesador de cocaína, y estaba pasando por los inicios de grupos emergentes vinculados al negocio ilícito del narcotráfico. Pero cuando Samper pidió a la comunidad internacional, a mediados de los noventa, un gran “consenso contra todas las formas de liberalización en el uso de las drogas”, el país ya estaba completamente ligado al narcotráfico. Y aunque sus razones eran pragmáticas y no por una lógica altruista; en algún momento la legalización de narcóticos adquirió alguna fuerza relativa en Colombia de la mano de Samper ciudadano, pero ese debate estuvo por un gran tiempo clausurado debido a la experiencia vivida por el país durante su mandato presidencial.

Cuando Jimmy Carter asumió la presidencia de Estados Unidos en 1976, estaba de acuerdo en legalizar algunas drogas y en aproximadamente un tercio de la población estadounidense, ya era legal suministrar pequeñas dosis de marihuana. Luego de una reunión en 1977 de la National Organization for the Reform of Marihuana Laws (NORML), se vio que Peter Bourne, el consejero de salud de Carter, había consumido cocaína y esto hizo que Carter cambiara de opinión, además que el gobierno estadounidense comenzó un nuevo combate interno y externo contra las drogas; sintonizándose con una opinión pública que gradualmente se alejaba de las pautas de tolerancia y se acercaba a posturas más represivas frente a la demanda de sustancias psicoactivas ilícitas[2]. También hubo señales de aumento significativo en el consumo y abuso de la cocaína, lo cual condujo a que sectores de la sociedad exigieran más mano fuerte y a que desde el Estado se diseñaran políticas públicas antinarcóticos más duras.

[1] Duración de su mandato como presidente de Colombia.

[2] Sobre los ciclos seculares, desde el siglo pasado, de tolerancia e intolerancia frente a las drogas en Estados Unidos.

Esta misma situación ocurriría en Colombia en el caso que aprobaran las drogas, debido a que si se empieza a suministrar una pequeña dosis de marihuana legalmente a las personas, la gente lo tomaría como algo normal y corriente, sin caer en cuenta de todos los riesgos que implicaría esto, la adicción que muchos tendrían; pues si se les da una pequeña parte, siempre se va a querer más y más. Se podría realizar una comparación con adictivos como la Coca-Cola, el cigarrillo y las bebidas alcohólicas, ¿acaso no se ven en las calles borrachos por estar consumiendo bastante cantidad de alcohol?, la gente fuma y toma Coca-Cola diariamente de una manera exorbitante, y pocos ven las consecuencias que aparecen en el futuro, pues así como en épocas anteriores, se prohibía la adquisición legal de estos productos, después del tiempo se tuvo que legalizar el dispendio al público para mayores de edad por tantos conflictos tanto en el gobierno como en la sociedad, y día a día mueren miles de personas a causa del uso excesivo de alcohol, nicotina y cafeína.

La subdirectora del diario El País, Berna González tiene toda la razón en decir que “no es la mejor opción legalizar la droga ya que es imposible eliminar la drogodependencia” [3], es del todo impensable “una sociedad indiferente que admita la posibilidad de ver destruirse a una buena parte de sus miembros de forma legal”.

El Informe Mundial de 2010 de la Oficina contra la Droga y el Delito

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