Legue a la hora acordada y me presentaron a quien debía estar a mi cargo

DIA 0

Ahí me encontraba, camino a mi casa con un buen enojo dentro de mí, cuando mi celular recibió una llamada de un número desconocido, por impulso conteste me llamaban por un trabajo que había solicitado la semana anterior, me ofrecieron un puesto no el que esperaba, pero acepte así fue que me pidieron presentarme al día siguiente.

Llegue a la hora acordada y me presentaron a quien debía estar a mi cargo, me dio una introducción sobre los deberes que tendría y posteriormente me dejo con otra persona que pasaría a capacitarme y explicarme más a detalle el trabajo, fue entonces que formalmente acepte el trabajo luego de mi primer día de prueba, lo cual me llevo a otros dos días de capacitación, no puedo decir que me adapte muy rápido, pero los compañeros con los que estaba me hicieron las cosas más fáciles y divertidas.

En este punto de mi vida no esperaba nada que pudiese cambiar el rumbo de mi vida, no contemplaba nada que me pudiese desequilibrar y hacerme perder en mis pensamientos, me sentía muy bien conmigo, tenia trabajo, proyectos y me encontraba de vacaciones así que todo tenía buena pinta.

Los días con el trabajo pasaban muy rápido, terminaba muy cansado, el esfuerzo físico se hacia mayor con el pasar de los días ya que entre más aprendía más cosas me podían pedir. Los días en los que me correspondía mi descanso me los pasaba en mi casa durmiendo y sinceramente sentí que por el trabajo dejé de disfrutar de mi familia e incluso de mis gustos, me perdí de todo, aun así, me agradaba ir a trabajar ya que de una manera muy rápido mis compañeros de trabajo se volvieron mis amigos.

En ocasiones somos tan ingenuos que olvidamos que todo es momentáneo y que las cosas pueden cambiar agregando o quitando un detalle, en nuestra rutina, en nuestra vida o en nuestro entorno, esos detalles se vuelven cosas muy importantes cuando su efecto pasa a ser algo que no puedes sacarte de la mente.

Durante este tiempo sentía que necesitaba alegría, felicidad, motivación, todo eso para olvidar el cansancio físico y poder seguir adelante con el día a día, sin embargo, no esperaba encontrarlo o que alguien apareciera para dármelo de alguna manera, así que solo continúe como si nada, no permitiendo que eso afecte mi rendimiento o mi actitud ya que es algo que consideraba secundario no algo para resolver con tanta prioridad.

 No esperaba conocer a la persona de ideal para mí y mucho menos en el trabajo, porque quien rayos conoce a la mujer de sus sueños en el trabajo, pues al parecer yo por más raro que parezca, así fue como mi vida llena de rectitud e ideologías firmes comenzó a desvanecerse, todo cambio desde aquel día, en aquel instante cuando….

LA JUNTA

Fui avisado que mi equipo de trabajo tendría una reunión en la mañana así que asistí, claro sin la vestimenta para el trabajo, digamos fui de “civil” ahí me encontraba escuchando no recuerdo de que se hablaba, recuerdo el instante en el que se abrió la puerta y RH abrió la puerta para presentar a dos personas que se integraban a otras áreas de trabajo, una era de sexo masculino el cual sinceramente tuvo lo mínimo de mi atención, ya que ahí te encontrabas, con tu tierna y nerviosa sonrisa, con ese cabello perfecto, tu presencia cambio la armonía de la atmosfera, tus ojos me pusieron nervioso, tu aroma me atrajo mucho, lucias muy fina, elegante y fresca a la vez, justo como la mujer que no haría caso, eso dejando a un lado que me llevabas unos muchos centímetros de diferencia si de altura hablamos.

Estaba tan perdido en ti que no escuche tu nombre, sin duda mi subconsciente me domino se que te dije una tontería para llamar tu atención, afortunadamente ahora se que si funciono. No sabia quien eras, no sabia tu nombre, ni tu edad, no sabia nada sobre ti. Ese mismo día me retire de la junta con ganas de regresar a trabajar para saber qué puesto ocuparías, tu horario y todo lo que me fuese posible saber de ti para así acercarme, pues ese día me fue imposible hacer todo eso, muchos de los días siguientes igual, apenas tenia la oportunidad de mirarte de lejos con eso solo conseguía desesperarme aún más.

Lo poco que sabia de ti era por lo que los demás decían y chismosamente averiguaban, ese no es mi estilo lo mío es el contacto directo, pero por esta ocasión me tenia que conformar con eso que me comentaban (fingía el no interesarme nada de ti ya que quería pasar desapercibido). Recuerdo el momento en el que pensé que podrías ser tu quien supliera el puesto de la persona que se iría de vacaciones, al poco tiempo ese pensamiento lo escuche como un rumor, así que inicie un plan para poder estar en tu mismo horario, sabiendo que estaríamos solos y así lograría hacer contacto contigo sin ninguna interrupción, el único miedo que surgió dentro de mi es que ambos éramos nuevos y si algo surgía no sabríamos que hacer, pero que más da serian daños colaterales para mi valía la pena correr el riesgo aparte recuerdo haber investigado un poco sobre como estaría de afluencia esos días y no vi algo que se pudiera salir de control, existía una paz la cual podía aprovechar.

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