Lenguaje Coloquial
Enviado por lorenitaBelen • 13 de Agosto de 2013 • 355 Palabras (2 Páginas) • 631 Visitas
El lenguaje coloquial se ah ido perdiendo con el tiempo.
El concepto de lenguaje coloquial es mucho más amplio de lo que se suele suponer. Coloquio es sinónimo de conversación. Por extensión, el lenguaje coloquial es el que, independientemente de la profesión o estatus social del hablante, se utiliza en la conversación natural y cotidiana. Como en nuestras actividades cotidianas disponemos de apenas segundos para expresarnos, solemos incluir en el habla diversas expresiones-comodín que, aunque quizás no tengan un significado claro, se ajustan al contexto para completar el significado global de lo que decimos.
Todo grupo humano tiene sus propios contenidos de conversación. Tanto el hombre que vende perros calientes en una esquina como el abogado que sólo toma los casos más importantes. Es labor del escritor conocer las expresiones comunes de los grupos humanos que intenta reflejar en su obra, y amoldarlas al contexto general de manera que sean cubiertos dos objetivos básicos en relación con el lector: que el texto se entienda, y que el texto sea creíble.
Con esto sabremos que el lenguaje coloquial no se ah ido modificando cino que ah ido sufriendo transformaciones SIGUE TU...
Conclusión:
El lenguaje coloquial no ah desaparecido si no que a sufrido transformaciones por que los jóvenes de hoy en día han agregado nuevos modismos el lenguaje y ya que ocurre esto ha cambiado la forma del lenguaje coloquial pero no ah desaparecido.
Es indudable que asistimos a una etapa de empobrecimiento, no exactamente de la lengua, sino de la capacidad creadora de los usuarios, que, al fin y al cabo, son quienes la mantienen y la enriquecen. Por eso, el estancamiento y la falta de innovaciones equivalen a un empobrecimiento real, que, como era de esperar, tiene manifestaciones paralelas en la lengua y en la literatura. La historia muestra, sin embargo, que estas depresiones son pasajeras aunque puedan durar mucho tiempo, de modo que no hay razón para considerar que nos encontramos en un proceso de declive irrefrenable. Sí la hay, en cambio, para recordar que nadie es ajeno a estos altibajos, y que en el progreso del lenguaje tenemos todos, escritores, lectores y simples hablantes, una responsabilidad solidaria.
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