Ley federal y Puiggrós
Enviado por Cecilia Yurkevich • 8 de Junio de 2019 • Ensayo • 2.145 Palabras (9 Páginas) • 132 Visitas
Puiggròs en su libro “Adiós Sarmiento”, hace referencia a La Ley Federal de Educación 24195, sancionada en 1993 durante la presidencia de Carlos Saúl Menem (1989-1999).
En ese periodo la política económica estaba regida por organismos internacionales, se realizó una reforma neoliberal interviniendo el Banco Mundial y el BID. Por medio de estos organismos se asumen préstamos asumiendo una deuda externa. No se considera importante la acción del Estado y no hay igualdad de oportunidades. A partir de esta política impacta en el sistema educativo las siguientes reformas: en cuanto a los programas, infraestructura, salario y condiciones de trabajo. La Ley consistió en extender la educación primaria y reducir a tres años la secundaria, se sumaron dos grados más al nivel primario, lo que produjo un profundo deterioro porque obligo a los adolescentes a participar de una modalidad de enseñanza destinada a la infancia; desplazo hacia la EGB a docentes de nivel secundario, sin capacitarlos, e intento instalar la idea de que la mayoría de la población debía limitar sus aspiraciones a terminar ese ciclo. Desde el gobierno se resaltó el resultado de la aplicación del EGB, diciendo que en poblaciones donde no había escuelas secundarias, los chicos fueron favorecidos con dos grados más de educación básica, en lugar de una tan precaria solución, deberían haber abierto escuelas secundarias donde faltaban.
El sistema educativo argentino, entró en crisis por las políticas implementadas por el gobierno neoliberal Menemista, el más fuerte impacto al corazón del modelo del estado docente fue la imposición de la transferencia de los servicios educativos nacionales al ámbito de las provincias, imposibilitadas financieramente para hacerse cargo del gasto que esto implicaba, lo cual repercutió de manera directa en una disminución de la calidad educativa estatal y un fortalecimiento del sector privado. La gran victoria se dio por el lado del rol que asumiría el estado con relación a lo público. Como dice la autora, se acordó «que las escuelas públicas no serían más “del estado” sino que este quedaría como uno de sus gestores», en tanto las privadas también serían consideradas escuelas públicas de gestión privada. De esta manera, se rompía con una de las tradiciones más arraigadas en la sociedad argentina, que vinculaba a lo público con lo estatal, y que consideraba a la educación pública como la mejor opción para la educación de sus hijos. Si por un lado logró resistir la idea de que la educación religiosa no debía ser obligatoria, por el otro sí aparecía como una posibilidad el hecho de que la educación podía ser tanto estatal como privada. Logrando estos consensos y llevando al estado hacia posiciones cada vez más subsidiarias fue la forma que encontraron los sectores eclesiásticos y privatistas para imponer sus demandas.
Esta ruptura de la idea de lo público fue una de las principales victorias del discurso neoliberal Menemista, que profundizó la desarticulación del sistema educativo y la plena incorporación de los valores del mercado en la educación, tales como los conceptos de calidad y evaluación; O para decirlo con las palabras de la autora, «la distancia entre el lenguaje economicista y el lenguaje pedagógico se acortó peligrosamente», ya que en este panorama político y económico la educación comenzaba a regirse por las lógicas del mercado, pasando de la concepción del derecho a la del bien transable, donde conciben a la educación como un negocio y que utilizan una batería de conceptos como los de eficiencia, eficacia, equidad, calidad, crisis educativa. Por ende, en si hay crisis lo que hay que hacer, desde esta perspectiva neoliberal, es realizar una correcta medición a través de herramientas de evaluación.
La autora considera que estas nuevas evaluaciones apuntan específicamente contra los docentes, comienzan a sumarse deterioros de sus salarios, de sus condiciones de trabajo, se dio lugar a numerosos paros y medidas de fuerza, entre ellas “LA CARPA BLANCA” durante el gobierno de Menem, donde ayunaron cientos de maestros y profesores durante 1003 días (02/04/97 a 30/12/99), logrando que el congreso de la nación dictara la primera Ley de Financiamiento Educativo de la historia nacional. Se fueron sumando a ellos trabajadores administrativos y auxiliares (porteros, cocineros, etc.). Debido a esto el gobierno comenzó a impulsar mediante campañas comunicacionales, el corrimiento de los alumnos hacia las escuelas privadas, ubicando a los docentes como culpables de una baja de la calidad de la educación, en razón de haber restado días de clase por paros que resistían las nuevas reformas.
Puiggrós nos dice que estas nuevas medidas no se dirigían a alcanzar una educación pública, más inclusiva, afirmar la educación común y poner al sistema al día en relación a los cambios, sino a avanzar hacia su desarticulación, una sociedad con un alto grado de estratificación y privatización. No se reafirmó el papel principal del estado, la soberanía educativa, y el compromiso de alcanzar la igualdad de oportunidades.
Ley Federal de Educación N° 24.195
TITULO I
DERECHOS, OBLIGACIONES Y GARANTIAS
Establece los objetivos de la educación en tanto al bien social y responsabilidad común. Instituye las normas referentes a la organización del sistema educativo.
Señala el inicio y la continua adecuación de las necesidades nacionales.
El Estado Nacional tiene la responsabilidad de controlar el cumplimiento de la política educativa. El Estado nacional y las Provincias garantizan el acceso a la educación a todas las poblaciones.
TITULO II
PRINCIPIOS GENERALES
CAPITULO I
DE LA POLITICA EDUCATIVA
- Disposiciones y principios generales de la política educativa: el Estado deberá fijar los lineamientos de la política educativa respetando los derechos, principios y criterios, que en esta ley se fijan. Entre ellos la consolidación de la democracia, la libertad de enseñar y aprender, etc.
CAPITULO II
DEL SISTEMA EDUCATIVO NACIONAL
- Disposiciones y principios del Sistema Educativo Nacional: formación con vocación Nacional, proyección Regional y Continental y visión Universal.
Garantizar ciudadanos responsables, protagonistas, críticos y transformadores.
Asegurar a todos los habitantes el derecho de aprender. Debe ser flexible, articulado, equilibrado, abierto y orientado a satisfacer las necesidades nacionales y la diversidad regional.
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