Leyendas mexicanas: La Llorona

Leyendas mexicanas

Cuenta la leyenda  que hace muchos, muchos años vivió una mujer muy hermosa de nombre Susana, hija de una mujer indígena y un español. Aquellos que la conocieron decían que su sonrisa encerraba un misterio cautivador. Susana tenía muchas habilidades, una de ellas era que podía hablar distintos idiomas, entre ellos, español. Así es como ella logró relacionarse con distintas personas y entablar una romántica relación.

Se enamoró de un joven español llamado Santiago, un chico bien parecido, rubio y de ojos azules. Un total príncipe azul, como ella lo pensaba.  Susana y Santiago tenían una pequeña casa a las orillas de un pueblo y, para variar, al lado de un salvaje río. Susana y Santiago tuvieron 3 hijos pero nunca se casaron porque él se avergonzaba del origen de Susana.

Un día ella se enteró que Santiago iba a casarse con una hermosa joven española de nombre Estella, así que se apresuró a visitarlo a casa de sus padres. Santiago se asombró al verla, se apresuró a llevarla al jardín trasero y le pidió que se fuera de la casa porque su prometida estaba en el cuarto principal con su familia. Susana le dijo, -entiendo que no puedes estar conmigo y con tus hijos porque tu familia se opone, pero sólo vine a decirte que te amo, y que siempre me tendrás a tu lado-  y sin esperar lo abrazó y apuñaló. Inmersa en su locura llevó a sus hijos al río y los ahogó, una vez que reaccionó y se dio cuenta de lo que había hecho también se volvió loca y también se quitó la vida.

La muerte de Susana y sus hijos llenó de tristeza a toda la gente de su comunidad.  Su familia y amigos le prepararon un funeral al cual Santiago ni siquiera asomó las narices.

Como ya se habrán imaginado, Santiago desposó a Estella sin ningún remordimiento. Un año después de la boda, Estella amaneció muerta en su bañera. Santiago se volvió loco, no por la muerte de su esposa, porque  él no amaba a nadie más que a él mismo, sino porque decía que todas las noches, el espíritu de Susana se le aparecía y lo torturaba.

Dos años después, Santiago no pudo más y se quitó la vida en el mismo río en el que Susana había matado a sus hijos. Aunque todo pareció un suicidio, la gente cuenta que fue la misma Susana quien se llevó el espíritu de su amado Santiago. Nadie sabrá que es lo que en realidad pasó, pero lo que sí les puedo asegurar es que Susana sufrió mucho con el desprecio de Santiago y la muerte que le ocasinó a sus hijos que su espíritu aún no descansa y, por supuesto, Dios no  le abrió las puestas del paraíso.

Los años transcurrieron  y el miedo que la gente del pueblo le tenía al espíritu de Susana comenzó a crecer. Muchos aseguran que la han escuchado por las noches lamentándose y diciendoe –Hayyyy mis hijoooossss! una y otra vez. Al paso de las generaciones todos la comenzaron a llamar La llorona.

Y te puedo asegurar que su espíritu sigue vagando por las regiones de México, especialmente cerca de donde hay agua, porque esto le recuerda su horrible pasado. Cuídate mucho de ella, porque si te elige,  no tendrás escapatoria.

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