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Lo que nunca les he dicho


Enviado por   •  30 de Enero de 2016  •  Ensayo  •  732 Palabras (3 Páginas)  •  106 Visitas

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Lo que nunca les he dicho

Por mucho esta es la carta más refinada que he escrito en mi vida ya que nunca he sido buena revelando mis sentimientos.  Un padre es una persona que ha adoptado una función paternal. Generalmente esta sería la definición que la mayoría de la literatura tomaría como correcta. Sin embargo, cada persona le da su propio significado, su propia forma de llevarlo a cabo.  ¿Quién enseña a los padres a unificar sus ideales y plasmarlos en la manera de educar a un ser indefenso? ¿Cómo estos pueden decidir cuál es la mejor forma de hacerlo? ¿Cuándo es simplemente lo correcto, o a su punto de vista lo mejor? ¿Hasta dónde es el limite para que encarnizadamente busquen el bienestar de esa criatura que les acaba de llamar padres?

Muchas veces me hice estas preguntas conforme crecía. ¿Como pueden ser tan malos? Cuando me regañaron por cosas de una forma que yo creía injusta,  cuando me reprimieron por hacer algo o dejarlo de hacer; por no recoger mi desorden, porque no lavé los platos, porque me porté mal en la escuela, porque saqué una mala nota. ¿Por qué a mi me tocaron unos padres tan malos?  Yo me porto muy bien comparado con más compañeros de la escuela, ¿por qué a ellos no los regañan?

Por ser los peores padres, los represores, injustos y desalmados seres que me hicieron llorar vez tras vez, hoy les doy infinitas gracias.  Desde que nací me cuidaron, se desvivieron por mí, perseveraron para que en todo momento lograran mi mejor yo. Me inspiraron a dar mi mejor esfuerzo con el ideal de lograrlo por propia satisfacción y nunca para solo recibir la adulación.  Me mostraron a base de ejemplo cómo se mejora, y a pesar de caer, me enseñaron cómo es levantarse.  Mas nunca me levantaron, más bien me dieron el apoyo y las herramientas para hacerlo por mí.  Ustedes no solo me enseñan para hoy, si no para los días por venir; los días en que ya no estén conmigo.

Me conquistaron los valores que me impartieron. Me hicieron sembrar raíces fuertes, incapaces de separarse del suelo ante una pequeña tormenta. Eso me enseñó a poder enfrentar situaciones donde es más fácil virar hacia el camino tóxico, aquel del cual es difícil salir; muchas veces más difícil evitar. Estas raíces me mantienen firme sobre el piso, me hacen crecer día a día.  Estas raíces que un día darán un árbol con frutos, los cuales espero alimenten y enriquezcan a muchas personas. Frutos que ustedes, mis padres, sabían que serían de utilidad para algo o alguien y que ferozmente lucharon por conseguir.

Ahora que he crecido y madurado es que contemplo el ahínco con que me cuidaron.  Así pienso en ustedes, mis padres, mi mejor bendición. Con amor, cariño, esmero y ejemplo pusieron en mí, para ser quien soy ahora, una vida por delante, un campo lleno de ilusiones.  Creyeron en mí aun cuando nadie apostaba ni una moneda a mi favor.  Ustedes siempre fueron capaces de apostarlo todo a pesar de que todo tornaba en desventaja.

En estas líneas trato de expresar mi eterno agradecimiento a ustedes que son mi brújula, la cual me dirige, mi libro abierto en que encuentro todas las enseñanzas y consejos necesarios para poder salvarme de escenarios de la vida  que ustedes ya vivieron, de la cual ya conocen. Gracias papá por enseñarme a respetarme y a respetar, a amar y ser amada, por enseñarme la responsabilidad de realizar cada día incansablemente mi trabajo, por enseñarme a ser fuerte y no doblegarme. Gracias por tu afecto, tus caricias, tus palabras y tus abrazos. Gracias a ti mamá, por infundir en mí la ternura, el amor y el deseo inmenso de verme ser alguien de éxito; por hacer de mi alguien que desea triunfar y forjarme  templanza. Gracias por hacerme alguien que sabe dar afecto, amor, regalar caricias, abrazos, y sobre todo saber apreciar las oportunidades y bendiciones que nos da la vida. Sería interminable escribir cuán agradecida estoy por ser su hija. No me queda más que decirles: gracias por darme la vida, por ser mis héroes, mi ejemplo, mi impulso para llegar a ser quien soy y con la ternura y elegancia de mostrarme día a día que hay que esforzarse para cumplir con nuestro deber.

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