Los 7 Habitos De La Gente Altamente Efectiva-Resumen
Enviado por Galletitarecords • 9 de Octubre de 2013 • 3.332 Palabras (14 Páginas) • 421 Visitas
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Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva
Poderosas lecciones de cambio personal
Autor: Stephen Covey Te recomendamos la lectura completa de este libro como parte de tu camino hacia la libertad financiera.
Resumen general
No importa a cuántas personas usted supervise, hay una sola persona a la cual puede cambiar: a usted mismo. La mejor inversión que puede hacer, entonces, es en mejorarse a sí mismo desarrollando los hábitos que le harán mejor persona y mejor gerente. Si usted quiere cambiar cualquier situación, tiene que comportarse
en forma distinta. Pero para cambiar su comportamiento, antes debe modificar sus paradigmas, su forma de interpretar el mundo. “Los 7 hábitos” presentan una nueva forma para cambiar estos paradigmas, al instaurar nuevos hábitos que le permitirán escapar de la inercia y encaminarse hacia sus objetivos. Los tres primeros hábitos tratan del auto-dominio. Es decir, están orientados a lograr el crecimiento de la personalidad para
obtener la independencia. Los siguientes tres hábitos tratan de las relaciones con los demás, trabajo en equipo, cooperación y comunicaciones; están orientados a lograr la interdependencia. Finalmente, el hábito siete, se refiere a la renovación continua que le llevará a entender mejor los hábitos restantes. Los hábitos
Un hábito está en la intersección de tres componentes que se solapan: el Conocimiento, las Habilidades y el Deseo (o actitud). El Conocimiento le indica qué hacer y por qué. Las Habilidades le enseñan cómo hacer las cosas. El Deseo es la motivación, sus ganas de hacerlas. Para convertir un comportamiento en un hábito, necesita de los tres componentes. La efectividad y el equilibrio P/CP Los 7 hábitos están en armonía con la ley natural denominada por el autor “equilibrio P/CP”. Este principio se ilustra mejor con la conocida fábula de Aesop: Un día, un granjero pobre descubre un huevo de oro en el nido de su gallina. El no puede creer la suerte que tuvo. Sin embargo, cada día que pasa, aparece un huevo nuevo, haciéndolo millonario. Pero a la vez, se vuelve codicioso e impaciente, decide matar a la gallina para obtener todos los huevos a la vez, sin tener que esperar de un día al otro. Pero al abrir la gallina, se da cuente que no hay huevos de oro en su interior. Esto ilustra la ley de la efectividad. Muchos piensan que ser efectivo es sacar todos los huevos tan rápido como sea posible. Pero para ser realmente efectivo, necesita los huevos y la gallina que los produzca. De allí la necesidad de equilibrio entre P (la producción, es decir los huevos) y la CP (la capacidad de producir, en Inglés Production Capability, o sea la gallina). Sobre este equilibrio gira el verdadero significado de la efectividad en todas las áreas de su vida. Este principio se puede aplicar a cualquier tipo de activo: las personas que supervisa, los equipos que maneja, su salud, sus finanzas personales y sus relaciones con otras personas en su hogar o en el trabajo.
Hábito 1 – Ser proactivo
Ser proactivo significa tomar la responsabilidad por su propia vida, ejercitar la habilidad de seleccionar su respuesta ante cualquier estímulo. Esto implica comportarse según su decisión consciente, basado en sus valores, no en las condiciones en las que se encuentra, ni en la forma como fue criado, ni en su carga genética.
La libertad en la elección de su respuesta se basa en: - Auto-conciencia (self awareness): que le permite diferenciarse a usted de su estado de ánimo, sentimientos y pensamientos.
- Imaginación: para crear ideas mas allá de su realidad presente.
- Conciencia: para distinguir lo bueno de lo malo.
- Voluntad independiente: para actuar basado en su autoconciencia. Una persona proactiva es guiada por sus propios valores, a diferencia de la persona reactiva, quien entrega el control sobres sus decisiones, dejando que el comportamiento y las opiniones de los demás le digan cómo se deben sentir. Una vez que entienda esta diferencia, le quedará claro por qué nadie le puede hacer sentir mal a menos que usted se lo permita.
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Esta verdad, sin embargo, no es fácil de aceptar, sobretodo si está acostumbrado a echar la culpa a los demás o a la suerte por sus problemas. Una vez que admita “estoy aquí por las decisiones que tomé ayer”, puede entonces declarar “decido ser algo distinto mañana”.
Una clave para determinar si usted es proactivo o reactivo encuentra en el lenguaje que utiliza. Si usted dice cosas como: “el gerente de marketing me hace enojar”, está siendo reactivo, está dejando que otro tome control de sus emociones. El enfoque proactivo sería “estoy dejando que el gerente de marketing me haga enojar. Puedo elegir responder de otra forma”.
Para desarrollar su proactividad, pruebe lo siguiente:
- Ponga atención a las palabras que selecciona usted y quienes le rodean. ¿Con qué frecuencia escucha expresiones reactivas como “tengo que…” en lugar de “quiero…”?.
- Identifique las debilidades de los demás, pero no como pretexto para sus propias fallas, sino como oportunidades para elegir sus respuestas.
- Trabaje durante 30 días en probar los principios. Ponga énfasis en aquellas cosas que puede controlar. Hábito 2 – Comience con un fin en mente
Este es el hábito del liderazgo personal, que indica la necesidad de comenzar cada día con un claro entendimiento de su dirección y destino deseados.
Es necesario entender que todas las cosas son creadas dos veces. Piense en la construcción de una casa, antes de comenzar la construcción, se dibuja un plano (la primera creación). Posteriormente, construye la casa (la segunda creación). En los negocios ocurre igual: la primera vez, usted define lo que desea lograr, posteriormente diseña todas las partes del negocio para lograr el objetivo.
Esto explica la diferencia entre liderazgo y gerencia. El liderazgo debe venir primero.
El liderazgo implica concentrarse en la pregunta “¿qué quiero lograr?”, a diferencia de la gerencia que se basa en “¿cuál es la mejor forma de lograr lo que quiero?”. El hábito 2 cubre el: “qué quiero lograr” (liderazgo), y el 3 el: “cuál es la mejor forma” (gerencia). Liderazgo vs. Gerencia – ejemplo
Imagine un grupo de personas abriendo un camino por la selva. El líder es la persona que se sube al árbol mas alto, mira alrededor, y declara “estamos en la selva equivocada”. Los gerentes son las personas que siguen a los trabajadores que cortan la maleza, y van escribiendo los manuales de procedimiento. A estos últimos no les importa si es la selva correcta o no, siempre y cuando estén progresando en su trabajo. Para ser efectivo, no importa cuánto se trabaje si se está en la selva equivocada. De
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