Los Atormentados Pobres De Corazón

Ellos se complican, ven el mundo desde una libertad de extraterrestres tristes, son ciegos, buscan ver la felicidad de las cosas, lo exquisito de las pequeñas felicidades del entorno, (pero no hay que ver, hay que sentir), la felicidad para ellos será muy rara, pero la huelen, la perciben en lo invisible, les asusta, para ellos es el algo que no existe pero esta, como la presencia escalofriante de un ente apoderado de una casa infernal. Y se preguntan ¿es esta expresión verdadera?, ¿es falsa?, ¿carece de sentido?

Entonces considera que las cuestiones de existencia pertenecen al ámbito de las cuestiones de hecho y que en dicho ámbito no hay proposiciones lógicamente contradictorias, y siempre pondrán en juicio la sensación de ser humano, (pues se niegan a ver que aquello es esencial en la humanidad, y es instinto de naturalidad).

Por otro lado, la felicidad la encaminan a las "descripciones indefinidas" y las convierten de la forma "un X". (En eso aciertan un poco pues la felicidad jamás podrá ser definida, pero el error es buscar entenderla, no hay que entenderla hay que vivirla, sentirla, vibrar con ella)

Y luego buscan y se indagan así mismos, ¿cómo podemos parafrasearlas y rebajarla?

Así son ellos…

Sus vidas carecen de sentido y parafrasean sus pensamientos y hasta inventan palabras para describir su mente y lo que piensan.

Aquellos hombres tristes ha veses tienen la fortuna de encontrar “fuegos que arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quienes se acercan se encienden.” Son fuegos de colores que buscan hacerlos sentir, hacerlos volar en su mundo y acompañarlos en su vuelo, tomarlos de la mano y acobijarse con ellos.

Pero… estando en su mundo el fuego se da cuenta que apenas fue chispa en la oscuridad…

Ellos tendrán que salir de su propia infelicidad y hasta pueden morir tratando de salir por la puerta de cómo ven las cosas, pues las ven más allá del fondo, mas allá de lo profundo, que no logran ser felices.

Ya son viejos, viejos de espírito.

Cada día se ve menos fuertes, más débiles, con menos vitalidad, se ven… muertos… muerto en vida.

Para ellos todo lo real y posible debe ser medible y cuantificable, y me pregunto ¿se puede medir el amor, la felicidad?

No. No es posible, y es frustrante para ellos, pues tienen esos esquemas interiorizados.

El amor es incierto, y les da rabia y se frustran en sus causas y consecuencias, por esos son hombres tristes, porque les falta vivir, lanzarse por fin sin miedo al vacío… sentir que vuelas, que flotas, que eres libre, sentir que corre sangre por sus venas.

Pero no son capases, ellos tiene que ver, y lo único que logran observar es el golpe de la tenaz caída.

Odian y se

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