Los Cuatro Pilares Delors
Enviado por brissy_16 • 2 de Febrero de 2014 • 2.655 Palabras (11 Páginas) • 292 Visitas
CAPITULO 4
LOS CUATRO PILARES DE LA EDUCACIÓN
INTRODUCCIÓN
Para que la educación pueda cumplir todas las misiones que tiene, debe estructurarse en tono a cuatro aprendizajes: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. La escuela de hoy se orienta hacia el aprender a conocer, y en menor mediad al segundo. En realidad, para que una enseñanza estructurada dure toda la vida deberían trabajarse los cuatro aprendizajes
La enseñanza escolar se orienta hacia aprender a conocer y a aprender a hacer. Se estima que en cualquier sistema educativo estructurado se deben dar estos pilares, para que la enseñanza sea una experiencia global y duradera para toda la vida. Una nueva forma de educar es ver la educación de una forma más amplia, con posibilidades creativas, desarrollando al alumno como persona que aprende a ser.
DESARROLLO
Este tipo de aprendizaje “Aprender a Conocer” tiende al dominio de los instrumentos mismos del saber, puede considerarse un medio y como finalidad humana; consiste que cada persona aprenda a comprender el mundo que le rodea, para vivir con dignidad, desarrollarse como profesional y relacionarse con los demás. Con el fin del placer de conocer. Sin embargo, el conocimiento es múltiple resulta difícil conocerlo todo .Aprender a conocerse implica aprender a aprender, ejercitando la memoria, la atención y el pensamiento. Desde pequeños se debe aprender a concentrar la atención en las cosas y las personas .El ejercicio de la memoria es una manera preventiva de las informaciones momentáneas de los medios de comunicación, hay que ser selectivos en la elección de información, y ejercitar la memoria asociativa. Finalmente, el pensamiento en el niño es iniciado primero por los padres y posteriormente por el educador; y debe tener una mezcla de lo abstracto y lo concreto. El proceso de adquisición de conocimiento no concluye nunca y se amplía con las experiencias.
Por su parte el segundo pilar que hace referencia a “aprender a hacer” está dirigido principalmente a la formación profesional, pero, no solo con el fin de adquirir una calificación profesional sino más bien es una competencia que capacita al individuo para afrontar todas las situaciones eficazmente y solucionar conflictos individuales, familiares y comunitarios. Podemos decir que el dominio de las dimensiones cognitiva e informativa en los sistemas de producción industrial se vuelve algo caduca, la noción de calificación profesional, entre operarios y técnicos tiende a fomentar y realizar la competencia personal, considerando esta situación como agente de cambio, resulta claro que ciertas cualidades subjetivas , innatas o adquiridas se combinan con los conocimientos teóricos y prácticos que hacen que se adquiera una competencia esencial “saber ser” la cual permite componer las competencias solicitadas; esta actitud ilustra el vínculo que la educación debe mantener entre los diversos aspectos de aprendizaje a lo largo de la formación profesional. Sin embargo las repercusiones de la desmaterialización de las economías avanzadas en el aprendizaje se ponen de manifiesto inmediatamente al observar la evolución cuantitativa y cualitativa de los servicios. En las economías en desarrollo en que la actividad asalariada no predomina, el trabajo es de naturaleza muy distinta. Los conocimientos técnicos suelen ser de tipo tradicional; la función del aprendizaje no se limita al trabajo, sino que debe satisfacer el objetivo más amplio de una participación en el desarrollo dentro de los sectores estructurados o no. Por otra parte la desmaterialización del trabajo y las actividades de servicio en el sector asalariado las repercusiones de la economía avanzadas en el aprendizaje se ponen en manifiesto inmediatamente al observar la evolución cuantitativa y cualitativa de los servicio. Muchos servicios se definen principalmente en función de la relación interpersonal que generan ya que el desarrollo de los servicios obliga a cultivar cualidades humanas que las formaciones tradicionales no siempre inculcan o fundamentan y que corresponde a la capacidad de establecer la relación estable y eficaz entre personas. Todo esto quiere decir que si bien este pilar en gran parte subsiste con el aprender a conocer y se centra más en la formación profesional y el saber cómo aplicarla en las funciones que le corresponda al individuo.
Por ello un pilar muy importantes que todos debemos desarrollar es aprender a vivir juntos y con los demás, sin duda, este aprendizaje constituye una de las principales empresas de la educación contemporánea. Demasiado a menudo, la violencia que impera en el mundo contradice la esperanza que algunos habían depositado en el progreso.
Este aprendizaje pretende que aprendamos a vivir en una sociedad en la cual todos seamos aceptados y tengamos una buena relación con los demás, siendo empáticos para poder vivir juntos y con los demás desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de la interdependencia.
Esto quiere decir que si la relación se establece en un contexto de igualdad y se formulan objetivos y proyectos comunes, los prejuicios y la hostilidad subyacente pueden dar lugar a una cooperación más serena e, incluso, a la amistad que permitirá que estemos siempre en paz.
Para que podamos vivir juntos debemos descubrir a los demás y por esto la educación tiene una doble misión: enseñar la diversidad de la especie humana y contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y la interdependencia entre todos los seres humanos. El descubrimiento del otro pasa forzosamente por el conocimiento de uno mismo; por consiguiente, para desarrollar en el niño y el adolescente una visión cabal del mundo, la educación, tanto si la imparte la familia como si la imparte la comunidad o la escuela, primero debe hacerle descubrir quién es. Sólo entonces podrá realmente ponerse en el lugar de los demás y comprender sus reacciones. El fomento de esta actitud de empatía en la escuela será fecundo para los comportamientos sociales a lo largo de la vida, y será más significativo si tendemos hacia objetivos comunes cuando se trabaja mancomunadamente en proyectos motivadores que permiten escapar a la rutina, disminuyen y a veces hasta desaparecen las diferencias e incluso los conflictos, entre los individuos. Esos proyectos que permiten superar los hábitos individuales, valorizan los puntos de convergencia por encima de los aspectos que separan y dan origen a un nuevo modo de identificación. Por ello, en los programas la educación escolar debe reservar tiempo y ocasiones suficientes para iniciar desde muy temprano a los niños y jóvenes en proyectos cooperativos en el marco de diversas actividades para favorecer la cooperación y convivencia entre todos.
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