Los Desabitados"marcelo Quiroga Santa Cruz"

LOS DESHABITADOS

Eran las 6 de la tarde, el padre Justiniano se encontraba sentado en su sillón observando el atardecer y recordando las actividades que había realizado todo el día, además se le vino a la mente el recuerdo cuando se hizo cura, pero de pronto se fijo la hora y ya daban las siete y diez, aun asi no se escapaban de su mente muchas preguntas sin respuesta, en ese momento cree haber escuchado algo, era el sacristán quien le avisaba que le esperaban, en el confesionario. Después de esto, el párroco camino hasta un cuarto donde se encontró rodeado de objetos y fotografías de sus familiares, que le llevaron a sus recuerdos sus tío Manuel, su madre, padre, hermano hasta su perro y no se pudo contener su llanto, cuando el sacristán y Durcot llamaban a la puerta, pero el no les miró. Entonces Durcot comprendió que él se enjuagaba sus lagrimas, a esto Durcot comenzó a entablar en dialogo con el padre Justiniano, con los argumentos lo noto preocupado, también le menciona sus edad, porque ya tenia 60 años sin embargo Durcot no había pensado en el suyo, discutieron sobre los párrocos, los artistas y los ángeles, etc. Aunque el padre Justiniano estaba arrepentido de hacer observaciones fuertes que pareció que le pudo haber ofendido a Durcot, entonces trato de rectificarse con Durcot volviendo al primer argumento. Pero Durcot se acordó que tenía que encontrarse con María y se despide del padre, mas cuando sale a la calle va observando al pobre mendigo caminando hasta llegar en dos direcciones de calle que no se decidía por donde seguir el camino y decide ir por la calle donde el perro se orina, que era una calle de paredes blancas llenos de grafitis y dibujos de toda clase que se trataba de explicar e interpretar quien los pudo haber escrito, etc, hasta llegar al final de la calle. En el parque le esperaba Maria quien no estaba segura de si misma, pero cuando Durcot llego ella le trata como enojada, sin embargo el trataba de conversar con ella y le pregunto sobre el titulo del libro que tenia en la mano, sin poder concordar con el dialogo, hasta que ella sintió la sensación de besarlo, en lo que Durcot lo negó diciendo que caminaran hasta su casa. Ya en su casa Maria se sentía muy decepcionada, entonces decidio bañarse, donde se imagino que Durcot lloraba al cadáver de Maria.

En el tren vio el momento de pagar donde el cobrador le jugaron una broma donde los pasajeros se rieron de él además no tenia asiento hasta que se bajo un hombre de al lado de una mujer con quien se fue a pasar la noche. En la casa de Teresa y su hermana Flor esperaban a María para que le colocara la inyección y limpiar la herida puesto que ella no podía limpiarse por si sola y se quejaba que había pasado mala noche, después que hubo terminado la atención se retiro Maria.

El padre Justiniano se encontraba en su cuarto recordando y reflexionando sobre todo entre ellas la confesión de la señorita Flor.

Mientras

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