Los Lugares Más Romanticos Del Mundo
Enviado por VickySanchez9 • 10 de Mayo de 2012 • 1.447 Palabras (6 Páginas) • 692 Visitas
LOS LUGARES MÁS ROMANTICOS DEL MUNDO
Suspiros en Venecia
Según la cavilación romántica del poeta Lord Byron, los presos del siglo XVII , que cruzaban la pasarela que unía el Palacio Ducal de Venecia con la prisión de la Inquisición, dejaban escapar al aire sus lamentos por la pérdida de la libertad. De esta manera, desde el siglo XIX el pasadizo se popularizó con el evocador nombre del Puente de los Suspiros, cerca de la Plaza de San Marcos. Hoy es uno de los puntos más concurridos por los enamorados del mundo. Para obtener la foto frente a este precioso pasadizo barroco hay dos posibilidades: embarcarse en una góndola o aguardar a que se despeje el punto kodak frente al puente. También se puede recorrer el interior del pasadizo, durante la visita al palacio a través de las galerías secretas que conducen al Piombi, como lo hiciera el famoso Giacomo Casanova hasta que consiguió escapar de allí.
Pasión india
En un meandro del río Yamuna, 20.000 obreros construyeron el más imponente monumento dedicado al amor. Desde 1631, en los alrededores de la ciudad india de Agra se levanta el mausoleo Taj Mahal, un homenaje que el príncipe Shah Jahan dedicó a la memoria de su amada esposa, Mumtaz. Estaba casado con varias mujeres, pero al encontrarse en un bazar ambos quedaron prendados, cuenta la leyenda. Aquel flechazo convirtió a Mumtaz en la favorita del sultán y selló una de las historias de amor más veneradas del mundo.Miles de parejas atraviesan el portón de entrada y se topan con los jardines musulmanes con el palacio al fondo. La luz natural cambia el mármol blanco y sus piedras preciosas. El mármol rojo, acarreado por elefantes desde el noroeste indio, enciende la cúpula en forma de cebolla que simboliza la corona que Mumtaz no tuvo.
El callejón del beso
En la ciudad mexicana de Guanajuato cuentan un drama romántico. En el siglo XVIII, el padre de Doña Ana desaprobaba el compromiso de su hija con el apuesto Don Carlos. Para rehuir al padre, el chico compró la casa de enfrente. Una de sus ventanas daba a un callejón tan estrecho que podían tocarse con las manos de balcón a balcón. Con la ayuda de la dama de compañía, los enamorados se citaron en aquel lugar clandestino. Fue la primera y única vez que lo hacían. El intransigente padre clavó un puñal sobre su hija mientras Don Carlos la besaba. Las parejas que visitan esta angosta y colorista callejuela comprueban que sus 68 centímetros de ancho bien permiten un beso, en un precioso barrio enclavado en las laderas del Monte del Gallo.
El arco iris fin del mundo
El lugar donde se aparean el Mar de Cortés y el Océano Pacífico también es lecho de amor para cientos de ballenas. Quizá por esta razón, Los Cabos gozan de un halo romántico que atrae a más de un millón de visitantes al año. Van en busca del Arco del Fin del Mundo, una erosión en la roca producida por el mar y el viento y convertida en emblema de amor. Cada atardecer, cientos de parejas acuden en barca como peregrinos hacia un templo sagrado. También se ocupan todas las mesas en las terrazas de las playas. A esta misma hora, sobre el peñón conocido como el Dedo de Neptuno, los lobos marinos descansan junto a focas y leones de mar, mientras los pelícanos sobrevuelan esta idílica costa del Estado mexicano de la Baja California. Muy cerca del Arco, cada cuatro años asoma una extensión de arena conocida como la Playa del Amor.
Torre Eiffel para dos
Navegar por el Sena hasta llegar al Campo de Marte es una romántica manera de acercarse al faro de hierro de París. La Torre Eiffel es un imán para las parejas desde que fuera construida por Gustave Eiffel para la Exposición Universal de 1889. La primera plataforma, a casi cien metros del suelo, ofrece una formidable vista del Sena y Trocadero mientras se admiran las entrañas del monumento más visitado del mundo. Un nivel más arriba se encuentra la mejor vista de la ciudad y, además, el restaurante Le Jules-Verne, que figura entre los mejores de Francia. Para salvar a los clientes de guardar cola, dispone de un elevador privado. En la última planta de la torre se halla el Museo Grévin, donde los maniquíes de Eiffel y Edison simulan una agradable charla en lo que fuera la antigua
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