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Los Rios Profundos


Enviado por   •  9 de Octubre de 2012  •  1.658 Palabras (7 Páginas)  •  1.162 Visitas

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Introducción

Este ensayo parte de la idea de que Arguedas, en Los ríos profundos (1958), examina el problema de la explotación en el Perú no solo desde una mirada estético realista, sino que también se enfoca en un análisis de la colonización espiritual por parte del proyecto cristiano católico instituido en los Andes desde la colonia.

En esta novela, por lo tanto, la dominación no solo se manifiesta como la acumulación monopólica de la fuerza por parte de los hacendados y el Estado; también flota en ella un discurso interesado en convertir, castigar y reprimir cualquier manifestación religiosa “pagana”: se trata, en síntesis, del proyecto virreinal de la “extirpación de las idolatrías” pero reformulado en el Perú del siglo XX.

El interés por estudiar los conflictos religiosos en Arguedas proviene de la certeza de que el colonialismo ha tenido y tendrá una agenda espiritual, más allá de que ahora nos encontremos -en teoría- en una sociedad secular. En términos culturales, se trata de una fuerza compleja que busca segregar la sociedad y justificar el poder de una clase sobre otra. En términos meramente estéticos, por un lado, resulta en la intención de sobreponer la cultura escrita escolar sobre la oral popular; y, por otro, en la negación del habitante andino como sujeto racional.

Específicamente, este ensayo examina la relación entre el concepto de naturaleza, las formas religiosas y el sistema de poder en Los ríos profundos. Sobre la base de este análisis, se busca establecer cómo y por qué la concepción de la naturaleza y su relación con lo humano son motivo de disputa entre Ernesto, por un lado, y sistema opresivo de Abancay y la Iglesia, por otro.

De modo general, encuentro dos concepciones de naturaleza opuestas: una cristiana, similar a la formulada por Agustín (Confesiones), asumida por el Estado y sus aparatos ideológicos activos en Cuzco y Abancay; la otra forma es la definida por Ernesto, que puede definirse de modo impreciso aún como panteísta y pagana. Así, el primer aspecto de este trabajo se esfuerza en estudiar el modo en que el tema de la naturaleza refiere a un debate metafísico sobre el origen del mundo y la relación de este con el hombre.

El siguiente punto a estudiar es el conflicto entre el cristianismo y la religiosidad de Ernesto. Para ello, valiéndome de estudios sobre religión andina (Mariscotti 1979; Duviols 1986; MacCormack 1991; Millones 1997), identifico que el culto a la naturaleza expresado por Ernesto puede calificarse como el extendido culto a la Pachamama o la Madre tierra presente en los Andes (Mariscotti 1979).

Frente y en oposición a él, se encuentra el cristianismo “nietzscheano” y misionero del sacerdote Linares, cuyo principal objetivo es promover el miedo entre todos los habitantes de Abancay y convertir y controlar la espiritualidad de Ernesto.

Históricamente, además, considero que el proyecto de Linares se entronca con las campañas de extirpación de idolatrías y con la constitución de un orden político basado en la “conquista espiritual” del indio (Ricard 1947; Subirats 1994). Por lo tanto, lo que busco es identificar el conflicto religioso de “herencia colonial” en la novela.

El último elemento que considero es el funcionamiento del poder, al que, sobre la base de la evidencia textual tomada de la novela, de los trabajos etnográficos de Arguedas y el examen del funcionamiento de las estructuras de dominación en Abancay, denomino de modo amplio “colonialismo”[2]. Esta formulación del poder, asimismo, se halla estrechamente ligada a la disputa en torno a la naturaleza, puesto que la doctrina cristiana de Linares es uno de los pilares ideológicos del poder en Abancay.

En ese sentido, busco analizar la dimensión teológica del colonialismo para lo cual será imperativo considerar su función dentro del sistema de haciendas, la escuela y la Iglesia en Abancay.

Vale señalar que está bien estudiada la dimensión antropológica y el contenido mítico de la obra de Arguedas (v.g. Rowe 1979; Leinhard 1981; Huamán 2004)[3]. Así, desde el punto de vista de la mitología andina, se ha vinculado Los ríos profundos, principalmente, con el mito de Inkarrí (v.g. Rowe 1979; Huamán 2004)[4].

Además, se ha establecido la función del culto a los Apus como a los ríos (Huamán 2004). Los trabajos clásicos de William Rowe también han ahondado en estos temas y lo han relacionado con un horizonte de liberación política (1979). Por lo tanto, se tiene más o menos establecido que el sentido mítico de Los ríos profundos responde a un proyecto letrado y científico, pero al mismo tiempo interesado en la reconstrucción histórica de la memoria religiosa andina sobre la base de un conocimiento profundo de las tradiciones orales y populares.

De otro lado, los aspectos religiosos occidentales de la obra de Arguedas han sido estudiados, en principio, por críticos cristianos seguidores de la teología de la liberación (Gutiérrez 1990; Trigo 1982). Según ellos, la solución de las novelas de Arguedas propone un horizonte armónico que conjuga la salvación cristiana y una reivindicación de una cultura andina mestiza.

Tomás Escajadillo (1979), por su lado, sostuvo que Ernesto manifiesta una religiosidad que mezcla el cristianismo con el culto a los

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