Los Sindicatos
Enviado por • 1 de Julio de 2013 • 1.789 Palabras (8 Páginas) • 212 Visitas
Los sindicatos y los gobiernos: ¿inserción o independencia política?
(a propósito del gobierno de Ollanta Humala en el Perú)
José Ramos Bosmediano, educador, miembro de la Red social para la Escuela Publica en las Américas (Red SEPA, Canadá), ex Secretario General del SUTEP
Con motivo de la conformación de los equipos de trabajo para la transferencia gubernamental del gobierno que fenece el 28 de julio próximo al que le sucede, presidido por el Comandante Ollanta Humala Tasso, se ha filtrado, al parecer, la noticia de la participación del SUTEP (Sindicato Unitario de los Trabajadores en la Educación del Perú, fundado en 1972) en el equipo de transferencia del gobierno entrante en el ramo de Educación. Posiblemente el periódico fujimorista que puso en primera plana la supuesta noticia, haya recogido un rumor de esos que circulan profusamente en estos días, cuando muchos grupos y personas tratan de ser ubicados en algún lugar del poder gubernamental nacionalista. De ser cierto el rumor, el SUTEP estaría comprometiendo su participación en el nuevo gobierno, pues un equipo de transferencia es una instancia política que corresponde al partido gobernante del momento. La participación sería, además, una vía posible para que el gremio designe un representante suyo en la futura administración de la educación nacional. Sea como fuere, la participación o no de los sindicatos en los gobiernos de turno, tanto en aquellos de no representan directamente a los trabajadores, como en gobiernos progresistas, es un asunto que debe ser adecuadamente evaluada.
La independencia de clase de los sindicatos
Hay que partir de la existencia de dos corrientes sindicales en los países capitalistas. Aquella posición del “sindicalismo libre” patrocinada desde los Estados Unidos y que en el Perú tiene en el sindicalismo aprista su reflejo, cuya concepción acepta la conciliación de clases entre empresarios y trabajadores, por tanto, su inclinación permanente a compartir el poder con las clases dominantes, sometiendo a los trabajadores a las decisiones de los gobernantes de turno y haciendo todo lo posible para no generar “problemas sociales” que entorpezcan las políticas y los objetivos gubernamentales. El mayor peligro de esta postura es que ese compromiso con el gobierno puede llevar a no enfrentarse con el Estado, como empleador de los trabajadores estatales, o con los empresarios si se trata de los trabajadores del sector privado. Se produce, entonces, una verdadera conciliación de clases. Por supuesto que, cuando se trata de los sindicatos de tendencia “libre” o “apolítica”, la conciliación con los patrones se da también sin necesidad de declarar apoyo alguno al gobierno.
Es diferente la actuación de los sindicatos clasistas, clasistas en cuanto consideran que, en el sistema capitalista, la contradicción entre explotados y explotadores es insalvable, como podemos notar en el Perú actual, con una legislación laboral que permite que los empresarios abonen salarios miserables, sin derechos, incluso a la sindicalización, como ocurre en las grandes tiendas de capitalistas extranjeros, de tal manera que el trabajo precarizado es la mayor fuente de enriquecimiento de los empresarios; situación que también se reproduce en las relaciones laborales entre el Estado peruano actual y los trabajadores estatales, llámense maestros, policías, de la salud, etc. Para los sindicatos clasistas es importante, por lo tanto, mantener la independencia política de la clase trabajadora, de los asalariados, para la lucha por las reivindicaciones de los trabajadores. Desde una posición de independencia es posible generar un movimiento sindical que reclame y luche por los derechos de los trabajadores, función principal de los sindicatos y, al mismo tiempo, plantear su posición frente a las medidas políticas de los gobiernos, frente a los distintos problemas del país y educar los trabajadores en la lucha por una sociedad justa, por un nuevo país; pues los trabajadores también son ciudadanos con derechos políticos y no pueden mantenerse al margen de la lucha por el poder, es decir, no pueden estar prohibidos de organizarse en partidos políticos. Esta función de los sindicatos no significa confundirlos con los partidos políticos, pues el ejercicio político de un miembro de cualquier sindicato, dirigente o integrante de base, dependerá de su partido y no de su sindicato, ya que este representa a todos los trabajadores organizados como trabajadores. Si el sindicato es clasista, su orientación es la defensa de los intereses de los trabajadores y del pueblo, por tanto no podrá apoyar a quienes representan a los explotadores, mucho menos a gobernantes que defienden los intereses de estos. Este apoyo o no apoyo debe tener en cuenta el programa de gobierno para que los trabajadores evalúen conscientemente cuál es la opción que les corresponde.
El caso del SUTEP
En la historia del SUTEP, ha marcado hito su posición independiente frente a la dictadura militar de Velasco Alvarado (1968-1975), gobierno reformista que se basó en el ejercicio autoritario del poder y que trató a los maestros como ciudadanos de segunda categoría. Su propia reforma educativa, modernizadora y progresista en muchos sentidos, fue impuesta a través de una burocracia civil-militar que derivó en una administración enfrentada a los maestros. Es curioso que hoy, quienes no lucharon contra esa dictadura, pretendan decir que el SUTEP es el culpable de la crisis educativa del Perú. En cambio, esos mismos defensores de la modernidad neoliberal siguen denigrando de la dictadura velasquista porque expropió
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