Los adioses

“Los adioses” es una novela de Juan Carlos Onetti, un famoso escritor de la literatura castellana en siglo XX. Es una breve novela la cual se la dedica a la poetisa Idea Vilariño con la que mantuvo un romance.

El narrador de esta historia es un narrador Homodiegetico: El narrador lo vive desde afuera pero es parte del mundo del relato.

Esta especie de testigo es quien nos narra la historia desde su punto de vista sus hipótesis y sus conclusiones.

LOS ADIOSES trata de un hombre un ex basquebolisa que llega a un pueblo para curarse de tuberculosis (es una enfermedad pulmonar), en este pueblo hay tres ubicaciones gegraficas que son fundamentales para el desarrollo de esta historia: el chalet en la sierra, el hotel y el almacen. Es un pueblo donde la gente enferma se va a curar

El narrador de esta historia es el dueño del almacene, un ex tuberculista, que le llama la atención este hombre talvez por que tenia la misma enfermedad que el habia tenido o por que era un hombre que no socializaba con nadie en ese pueblo, el testigo de alguna forma nos adelanta el final de esta historia diciendo…” me hubieran bastado aquellos movimientos sobre la madera llena de tajos rellenados con grasa y mugre para saber que no iba a curarse, que no conocía nada de donde sacar voluntad para curarse.“ El testigo nos afirma que el no se va a curar no por que no se pueda si no por que aquel hombre no deseaba hacerlo.

A Este hombre lo describe como un hombre alto, hombros grandes y encogidos, empieza a llamar la atención de el almacenero el cual empieza hacer suposiciones y hipótesis, Además posee, según él, el don de dar certeras predicciones hacia los enfermos recién conocidos.

con la ayuda de los comentarios que le llegan de el enfermero y la reina (mucama del hotel). En conjunto relatan los sucesos, que se van narrando en la historia a través de conversaciones con el personaje del almacén. Cada uno, posee una perspectiva diferente de aquel hombre

Usualmente a este hombre le llegan 2 cartas las cuales son el único contacto que el tiene con el mundo exterior, estas cartas son muy diferente una de la otra

una letra de mujer, azul, ancha, redonda, con la mayúscula semejante a un signo musical, las zetas gemelas como números tres”, y los otros, color madera (“casi siempre con un marcado doblez en la mitad, escritos con una máquina vieja de tipos sucios y desnivelados"). Nos da claramente un antitesis entre estas dos mujeres mujeres totalmente diferentes lo resalta en lo descripción de la forma en que cada una de ella escriben sus carta: la escrita a mana marca la mujer mayor lo de antes, la escrita a maquina lo nuevo moderno el uso de la maquina y no la tinta de una lapicera.

Un dia llega una de las mujeres, se la denomina mayormente en la historia como la mujer de anteojos, con esta pasa unos dias en hotel, al

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