Los costos de la educación gratuita en Chile

Los costos de la educación gratuita en Chile

Fabián Sepúlveda Valdebenito

El compromiso este Gobierno  ha sido inédito en la historia de las políticas educativas, al anunciar el puntapié inicial de la gratuidad universal y la calidad, provistas como derechos sociales. Este modelo de financiamiento obliga al Estado a determinar una canasta básica de una educación de calidad y a asumir la oposición de los grupos de intereses económicos o ideológicos.

Las políticas orientadas hacia la gratuidad universal en los costos de la educación para las familias deben tener en consideración los siguientes supuestos:

Primero, entender que financiar la educación de todos los sectores sociales no es una  política retroactiva, sino más bien todo lo contrario. En palabras de Fernando Atria es cobrar más –impuestos- a los más ricos, pero que la educación recibida sea la misma tanto para los que pagan más como para los que pagan menos. Esto no es un atentado contra la calidad como lo platean los teóricos del mercado educacional. Y sí es un  impulso para alcanzar la anhelada equidad y la calidad del sistema.

Segundo, puede existir un sistema de financiamiento que instaure nuevas formas de competencia - más allá de la necesidad vital de capturar matricula – que elimine el lucro desmesurado, el copago y el deterioro de la educación pública. Martin Carnoy dice que seguir creyendo en el mercado es como creer en fantasmas, la mayoría de los estudios sobre la materia aseguran que la actual arquitectura del sistema educativo chileno no mejora la calidad, y aun así muchos siguen creyendo en él.

Tercero, es necesario establecer un Costo Alumno- Calidad Inicial (CAQi al estilo brasileño) como canasta mínima de insumos operacionales y de mantenimiento (al estilo chileno) considerando la dinámica de su valoración y su tendencia al alza en la medida que aumenta la calidad, los insumos indispensables para el desarrollo del proceso de enseñanza- aprendizaje, su diferenciación en función de los niveles y modalidades de enseñanza, una remuneración digna y proporcional de los docentes y sus respectivos perfeccionamientos, una infraestructura y equipamiento en función del número de estudiantes (los que en ningún caso debieran superar los 30 estudiantes por curso).

Finalmente a partir de la metodología de CAQi se puede determinar que el costo de una educación de calidad inicial para un estudiante de segundo ciclo básico seria de 90.000 pesos aproximado, muy diferente de los 46.000 asignados en Chile como subvención regular.

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