Los cuentos de hadas son buenos para los niños
Enviado por WandresLoz26 • 16 de Febrero de 2022 • Trabajo • 525 Palabras (3 Páginas) • 67 Visitas
Los cuentos de hadas son buenos para los niños
Los cuentos de hadas, también conocidos como cuentos maravillosos, son historias ficticias, que tienen como objetivo plantear problemas básicos en la vida con elementos que son el producto de la imaginación humana y que la mayoría de veces tienen un final feliz e inspirador con una enseñanza. Son una fuente de aprendizaje para los niños despertando la imaginación y fortaleciendo sus valores.
La literatura infantil busca entretener o informar. Además, forman el carácter del niño, no al hacerlo decidir entre el bien y el mal, sino al inculcar la confianza de que incluso el más débil o humilde puede triunfar en la vida y cumplir sus objetivos. Estas historias terminan siendo ejemplos de vida y le ofrecen varias soluciones que están a su nivel de comprensión. Los cuentos de hadas, además de fortalecer los valores terminan siendo ejemplos de vida y modelos a seguir para resolver problemas y dificultades.
Los cuentos dejan que el niño imagine como puede aplicar en él lo que el relato revela sobre la vida y la naturaleza de los seres humanos. Esta historia maravillosa trata de contar como ve y experimenta el mundo un niño, es por esto mismo que un niño logra entender esta historia y lo que quiere explicar. Y de alguna manera enseña algunas cosas buenas y malas de la vida.
Los niños son los mejores lectores de auténtica literatura. Los mayores se encandilan con los grandes nombres, las citas exageradas o la gran presión de la publicidad. Los críticos, que están más preocupados por la sociología que por la literatura, han convencido a millones de personas de que si una novela no intenta desencadenar una revolución social no tiene valor. Cientos de profesores, que escriben comentarios sobre escritores, tratan de inculcar a sus alumnos que únicamente aquellos autores que necesitan comentarios rebuscados e innumerables notas a pie de página son los auténticos genios creadores de nuestro tiempo.
Pero los niños no sucumben ante opiniones de este tipo. Todavía les gusta la claridad, la lógica y hasta aspectos tan obsoletos como la puntuación. Más aún, el joven lector pide una historia real, con un principio, un desarrollo y un final, siguiendo el estilo de las narraciones que se han venido contando a lo largo de miles de años.
En nuestros días, en que se ha olvidado el arte narrativo, que ha sido reemplazado por una sociología de aficionados y una psicología manoseada, el niño sigue siendo aquel lector independiente que solo confía en su propio criterio. Nombres y autoridades no significan nada para él.
Cuando me siento a escribir un cuento, antes que nada debo tener un tema o asunto real. No se puede escribir para los niños lo que algunos críticos llaman “trozos de la vida”. Lo cierto es que los llamados “trozos de vida” resultan aburridos incluso para los adultos. También
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