Los derechos humanos en las empresas a nivel mundial

LOS DERECHOS HUMANOS EN LAS EMPRESAS A NIVEL MUNDIAL

El tema de la globalización ha generado cambios significativos en el mundo que vivimos, que presentan nuevos y complejos retos para la sociedad, el estado, las empresas y en especial para la protección de los derechos humanos.

Los agentes económicos, especialmente las empresas que operan a través de fronteras nacionales (empresas transnacionales), han ganado un poder y una influencia sin precedentes en la economía mundial; sin embargo esto no siempre ha beneficiado a las sociedades en las que operan.

Recientes investigaciones han puesto en evidencia el impacto negativo que las empresas pueden tener en los derechos humanos de las personas y comunidades afectadas por sus operaciones.

El daño que causan las empresas procede unas veces de los abusos directos contra los derechos humanos que cometen y otras de su complicidad con personas que violan los derechos humanos. Pese a la existencia de este potencial para causar un daño importante, apenas hay mecanismos efectivos nacionales o internacionales para impedir los abusos contra los derechos humanos cometidos por las empresas o para hacer que dichas empresas rindan cuentas de sus actos.

A consecuencia de ello, las personas afectadas por las operaciones de estas empresas –personas, en muchos casos, ya marginadas y vulnerables, se ven indefensas, sin la protección a la que tienen derecho, o sin un acceso significativo a la justicia. Aunque los gobiernos tienen la obligación fundamental de garantizar el disfrute universal de los derechos humanos, y eso incluye la obligación de proteger a todas las personas frente a las acciones perjudiciales de otras partes, incluidas las empresas, en muchas ocasiones podemos poner en evidencia que las débiles políticas en cuanto al derecho humano y laboral permiten que las empresas operen sin mayor control por parte del estado, lo que contribuye a faltas que ponen en riesgo a personas que de algún modo ya se encuentran en estado vulnerable.

La incidencia política trata de ganar acceso e influenciar sobre las personas que tienen el poder de decisión en asuntos de importancia para un determinado grupo social o de la sociedad en general.

En las sociedades actuales existen tres grandes actores: el Estado, el mercado y la sociedad. El Estado ha ido reduciendo su tamaño y funciones, el mercado se ha ido fortaleciendo y vemos como cada día la sociedad es más débil. Frente a este escenario, es necesario encontrar mecanismos de fortalecimiento para que el estado asuma nuevos retos frentes a las políticas públicas y se garantice la transparencia y credibilidad de las instituciones, políticas y programas que éste desarrolla en el ámbito económico y social. La incidencia política, en la medida que promueve y consolida la organización social y la participación de las ciudadanas y ciudadanos, contribuye a este esfuerzo.

Aunque el debate sobre cómo mejorar la rendición de cuentas de las empresas y en especial las multinacionales en lo que se refiere a los derechos humanos, se reactivó al aumentar la preocupación a finales de la década de 1990, sobre los efectos de la desenfrenada globalización económica en valores cómo el medio ambiente, los derechos humanos o los derechos de los trabajadores. Aun hoy podemos ver la falta de políticas que en realidad regulen las prácticas de las empresas.

En el foro económico mundial en Davos 1999, se propuso que las empresas que tuvieran buenas prácticas deberían ser premiadas y hacer públicas dichas prácticas con el fin de compartirlas y promover un aprendizaje mutuo entre las empresas. Para ello se definió como Pacto global, el compromiso voluntario de varios países en los cuales ellos debían: aceptar, apoyar y aplicar, en su contexto de operación los principios propios del pacto y hacerlos parte de su filosofía de trabajo.

Pero cuando a las empresas se les mencionan premios, es

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