Los monumentos turriformes representan una de las entidades arquitectónicas

Los monumentos turriformes representan una de las entidades arquitectónicas más representativas del arte funerario en el mundo Ibérico. El monumento turriforme de Pozo Moro (Aragón) se considera una de las obras más representativas de este tipo de estructuras. Con unos orígenes cercanos al año 500 y  con ciertas influencias fenicias (El arte Ibérico se halla fuertemente influenciado por un considerable nº de culturas del exterior en base a las rutas comerciales del Mediterráneo).

Toda la estructura exterior se halla edificada mediante el uso de la piedra  como material principal, la parte interior del recinto  la cual se halla sellada es el lugar donde se localizan las cenizas del difunto así como diversos objetos que actúan de ajuar. La zona recibe el nombre de Bustum que busca significar la zona donde se ha incinerado el cuerpo y posteriormente se han depositado las cenizas y sus restos  en una urna.

El monumento turriforme se halla constituido por una base o basamento cuadrangular construido con una base de tres filas escalonadas, que recorren toda la base, y que  ascienden  hasta la estructura principal  la cual se haya acompañado por una escultura de león en cada uno de sus cuatro relieves. La primera parte del cuerpo principal se halla constituido en base al aparejo isodomo  en piedra de sillería. Está decorado por una serie de frisos que narran diversas escenas de temática fantástica en una parte inferior como superior. Ya en la parte superior se observa la cornisa, un nuevo bloque de piedra que continua con un basamento, se concluye la estructura con una especie de gola.  

Los leones del basamento cumplen una función más ritualista, la de  ayudar el tránsito de las almas al más allá, así como de actuar de guardianes   de las cenizas del difunto a fin de que obtenga su resultado antes mencionado con mayores posibilidades de éxito.

[pic 1]

[pic 2]

[pic 3]

[pic 4]        

...