Los éxitos en el deporte de Lance Armstrong
Enviado por patriciorey • 8 de Agosto de 2013 • Informe • 790 Palabras (4 Páginas) • 308 Visitas
Para todos los que amamos el deporte en cualquiera de sus variantes, éste supone el artefacto que nos satisface desde el punto de vista físico, científicamente demostrado por la liberación de endorfinas, que producen sensación de bienestar. Pero además, significa un reto que nos obliga a superarnos, significa competir con los demás, significa disciplina, tesón…y por ello, herramienta esencial para mejorar nuestro autoestima. Conocemos sus efectos beneficiosos en el organismo, haciendo deporte quemamos calorías evitando así, su depósito en forma de grasa en los tejidos, regula los niveles de azúcares y colesterol en sangre, mantiene las cifras de tensión arterial, fortalece huesos y músculos, evita el estrés y regula el sueño, mejora la capacidad de concentración y el rendimiento cerebral. En definitiva, deporte significa salud. Sea como fuere, ésta última referencia, me es de vital importancia (por razones obvias). Así, siendo un enamorado del deporte y un profesional de la salud, no podía faltar un artículo que incidiera en las bondades del deporte y sus indudables beneficios sobre el cuerpo humano. Se trata de algo contrastado, por lo que no hace falta haber estudiado ninguna carrera de medicina ni ser doctor de la clínica Mayo de Rochester para evidenciar lo que por todos es conocido.
La historia está llena de verdaderos deportistas que por su talento, su trabajo o ambas, han honrado y dignificado el deporte de manera superlativa, pero también hay casos que por su trascendencia e importancia, ponen en duda su legitimidad y limpieza. Hoy quiero centrarme en un personaje cuya vida es una alegoría de los valores deportivos, y cómo, él mismo se encargó de destruirlos lanzándolos a la taza del váter para después, tirar de la cadena. Tras destacar como nadador y triatleta en su juventud, con multitud de victorias y reconocimientos, se decantó por el ciclismo, y ya en su segundo año de profesional, con tan sólo 22 años, ganó varias carreras de un día y triunfos parciales en las vueltas por etapas, así como el campeonato del mundo en ruta, en una carrera marcada por la lluvia de Oslo, donde superó a Miguel Indurain que entró en segundo lugar. En la siguiente temporada, Lance Armstrong, ya con el maillot arcoíris se destapó como un gran clasicómano. Los éxitos llegaron tan rápido a su vida deportiva como la desgracia a su vida personal. En el año 1996, y con 25 años de edad, le fue detectado un cáncer testicular con metástasis pulmonares y cerebrales. Tras una titánica lucha a muerte con su enemigo más cruel, supera milagrosamente la enfermedad, y lo que podría ser la historia más bonita jamás contada en el mundo del deporte, se convierte en la peor pesadilla para todos los aficionados al mismo. Sus reiteradas victorias durante los siete años que dominó el Tour de Francia y su ascenso al podio final de los Campos Elíseos, pulverizando todos los records individuales en cuanto
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