MANEJO CONDUCTUAL
Enviado por eduardo30jt • 8 de Noviembre de 2011 • 2.503 Palabras (11 Páginas) • 1.552 Visitas
El manejo de conducta se refiere a las habilidades de procedimiento necesarias para resolver los problemas disciplinarios en el salón de clases, hogar y comunidad. Es un tema que interesa y preocupa a todos los que nos dedicamos a la docencia. En todo salón de clases existen niños o niñas que causan disturbios o que son difíciles de manejar y no por ello se debe sacar a estos niños causantes de disturbios fuera de la clase o cambiarlos a otros grupos, ya que con esto se le trasladaría el problema a otro docente. Un procedimiento de este tipo permitirá que se agraven los problemas y no ayudará al niño o niña a superarlas, aún así se debe intentar brindar ayuda o solicitarla a otros maestros especialistas en dichos problemas, al servicio de psicología, psicopedagogía, orientación o trabajo social según sea el caso.
Es preciso que los maestros estén en condición de valorar, de acuerdo a su formación profesional y en forma general la gravedad de la conducta de los niños con quienes se trabaja. Cuando exista sospecha de un problema latente debe ser comunicado al psicólogo / psicopedagogo de la institución y evitar problemas a futuro.
Se pueden considerar como problemas de conducta en el aula a aquellos comportamientos del niño que interfieren en la consecución de metas académicas, perturbando la adquisición y desarrollo de habilidades escolares básicas del propio niño y en ocasiones de sus compañeros.
La primera consideración es centrarnos en sus problemas de conducta, no en su persona, y en conseguir mejorar su actitud dentro y fuera del aula. Para ello es importante y necesaria la colaboración entre la escuela y la familia a fin de conseguir resultados rápidos y positivos.
Aspectos a tener en cuenta:
1.- Recordar en todo momento que los alumnos imitan el comportamiento de los adultos, por lo que para conseguir un comportamiento adecuado, nosotros debemos ser un ejemplo para él.
2.- Concretar el comportamiento: resumir lo que el alumno debería de hacer preferentemente en términos positivos: “Céntrate en tu trabajo, acaba tus deberes y permanece en tu sitio”. Dando estas instrucciones con voz firme y sosegada, poniendo un “punto final” al concluir la frase.
3.- Enseñar soluciones alternativas a los conflictos: trabajar distintos tipos de pensamiento (ponerse en el lugar del otro, consecuencias y causas de una conducta,…), manteniendo charlas individuales con el alumno, conversando tranquilamente y sobretodo tratando de establecer una relación cordial sin intimidación (hora de tutoría, plan de acción tutorial)
4- Entre los reforzadores que podemos utilizar están los sociales (elogios, reconocimientos, palmear un hombro, dar una pequeño abrazo o un cariño en la cabeza,); los materiales (juguetes, calcomanías, golosinas…); las actividades (más tiempo para entregar un trabajo, para hacer deporte o regresar del recreo). El refuerzo puede emplearse con el resto de la clase, para afianzar conductas y actitudes que se estén trabajando con el alumno
5-Tener en cuenta la importancia de un ambiente relajado y tranquilo, ya que los entornos tensos, alborotados y desestructurados aumentan la tensión del alumno. Reflexionar sobre qué podemos hacer para tener un entorno de aula tranquilo y relajado.
Tratamientos de problema de conducta en los niños y adolescentes tenemos :
Área cognitiva:
Es frecuente que el niño o adolescente tenga una autoimagen negativa donde se vea despreciado, no amado e indeseable para otros; y que su conducta sea en parte motivada por un ataque para defenderse de los desprecio.
Las intervenciones cognitivas se dirigen a modificar los tres componentes anteriores. Básicamente se trata de la resolución de problemas y el autocontrol frente a la impulsividad, y el entrenamiento en empatía frente a la escasa responsabilidad y falta de conciencia de los sentimientos del otro.
Otras intervenciones cognitivas se centran en trabajar con la familia y como sus actitudes y el problema se interrelacionan circularmente.
Área afectiva:
La principal característica de la afectividad de los trastornos de conducta es la falta de control del niño/adolescente de sus emociones en relación a su baja tolerancia a la frustración y la falta de empatía con el/la agredida.
Las intervenciones cognitivas-conductuales tratan de facilitar que se identifiquen los sentimientos y que se module o regule su expresión.
Área interpersonal:
Puede bastar, en casos de disfunción familiar baja, un planteamiento de orientación a los padres de tipo psicoeducativo y conductual: el terapeuta enseña a los padres a cómo manejar los problemas de conducta mediante el modelado directo.
En caso de disfunciones familiares más amplias y graves puede estar indicada la terapia familiar o de pareja. Estas intervenciones suelen estar guiadas por planteamientos sistémicos y cognitivos.
Área conductual:
Los objetivos conductuales se dirigen a reducir la conducta antisocial y aumentar la conducta prosocial del niño o adolescente.
Identificar un solo problema de conducta por vez para su manejo. Se diseña con los familiares y entorno estrategias de extinción o reducción de esas conductas evitando el castigo físico y empleando intervenciones alternativas (extinción, tiempo fuera, sobre corrección)
Estas orientaciones son para tener en cuenta tanto en el centro escolar como en el ambiente familiar. Es importante la coordinación y el diálogo entre ambos para que se alcancen rápidamente los objetivos trazados y mejore la convivencia entre alumno – profesor – familia.
El Manejo Conductual del Niño
LOS PADRES COMO FIGURA DE AUTORIDAD.
Las figuras de autoridad tienen poder de ayudar a crecer tanto en el plano biológico como en la dimensión humana. Así debe proporcionar conocimientos, fomentar la seguridad en sí mismos, el equilibrio emocional, y promover la responsabilidad moral, a través de los valores y principios.
Para el buen ejercicio de su autoridad debe:
• Proporcionar cariño, aceptación y convivencia.
• Comunicarse efectivamente a través de una escucha empática.
• Mandar con equilibrio entre la blandura y la exigencia, de mutuo acuerdo entre el padre y la madre.
• Ser modelo de identificación, es decir, ser coherente entre lo que se dice y lo que se hace.
• Garantizar las necesidades básicas del niño: alimento, vestido, casa, educación, actividades recreativas, extra-escolares (deportivas, culturales).
Elaboración y cumplimiento de las Normas
1. Deben formularse en positivo,
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