MARCO LOS DERECHOS HUMANOS EN LA ESCUELA
Enviado por luis20739018 • 15 de Octubre de 2015 • Informe • 2.092 Palabras (9 Páginas) • 128 Visitas
TRABAJO FINAL
MARCO LOS DERECHOS HUMANOS EN LA ESCUELA
Iniciar este informe ha sido aceptar una invitación a contar con palabras cómo siento y vivo, día a día, mi escuela y al decir de Daniel Suárez la narrativa de las experiencias áulicas “apuntan tan sólo a abrir un camino para que otras cosas sucedan, para que la conversación horizontal entre docentes y el intercambio entre pares en torno a la pedagogía de la experiencia sea posible. De lo que se trata, entonces, es de poner a prueba otros modos de escuchar y de escucharnos, de escribir y de escribirnos, aún sin anticipar caminos seguros a prueba de desgracias escolares, sino abriendo paso a un sendero sinuoso, colmado de desafíos, de preguntas, que pongan a disposición y en posición de pensar qué les pasa a los/as docentes con esto que pasa en la escuela”. Estas palabras lograron, sin ninguna duda, que me enfrente al miedo de escribir “mi saber”.
La escuela en la cual me desempeño es la N° 4080 “Gral. Dionisio de Puch” que se encuentra ubicada en Localidad de La Viña, al Sur de la Provincia de Salta, aproximadamente a 90 km de la capital por ruta 68. Cuenta con 390 alumnos y funciona en dos turnos: el 1° ciclo tiene jornada simple de 4,15 hs clases; el 2° ciclo y 7° grado tienen jornada extendida de 7,30 hs clases. Sólo funcionan dos secciones por grado, excepto 7° que son tres. Todas las secciones “A” asisten a la mañana; a excepción de 7°B que también funciona en el turno mencionado; y las secciones “B” a la tarde. El nivel inicial cuenta con la sala de 4 y 5 años y funciona en un pequeño edificio ubicado en el ala oeste de la institución. En cuanto a la cantidad de personal que trabaja en ella pude registrar un total de 42, de los cuales 19 son docentes de grado, 7 profesores especiales, 4 administrativos (dos celadores y dos auxiliares), 2 directivos que trabajan en alternancia y 10 personal de servicio.
A continuación deseo relatar algo que me causa un poco de rechazo, a pesar de que en mis inicios, en la tarea de educar, fue algo natural: mantener distancia entre docente y alumno (tengo diecinueve años frente al grado y este es el primero como celadora, claro esta es otra historia, ya que cada día que pasa extraño ese manojo de niños que esperaba con ansias el primer día de clases. No puedo trabajar contra mi sueño…) hasta que ,sin darme cuenta, luego de muchos años de trabajar con los niños de 1° grado me enseñaron a dejar de lado mi escudo protector y entregarme a la tarea de conocernos y comunicarnos para convivir en las aulas, en esas cuatro horas solo nuestras. Y he tenido grandes logros, por parte de los niños, y grandes satisfacciones personales.
En estos años de docencia he podido observar que, nos hemos dedicado a trabajar en horario extraescolar para recaudar fondos tendientes a suplir necesidades como :la falta de un equipo de sonido; la adquisición de una cocina industrial, para suplantar a las existentes, ya que por su desgaste pierden gas y presentan peligros para el personal; y hoy por hoy estamos trabajando para adquirir ventiladores y poder resistir las críticas olas de calor que se está experimentando en estos últimos tiempos y sin mencionar otros pormenores que se suscitan a diario y que desvían la atención del docente .A todo esto y, con la educación ¿qué pasa? en la mayoría de las aulas, mis colegas no se toman el tiempo para conocer a sus alumnos, más allá de su contexto social y económico a través de la lectura de un legajo, y se limitan a enseñar a un grupo HETEROGENEO, vulnerando así el derecho a la identidad cultural,a la atención a la diversidad, en definitiva a la educción. Observando la relación contradictoria que hay entre la teoría y la práctica.
El legajo antes mencionado, forma parte indispensable de la documentación que cada alumno posee para volcar datos relevantes, en cuanto a procesos de enseñanza- aprendizaje, para que los docentes tomen conocimiento de la trayectoria escolar de ese niño/a, pero lo que no se encuentra allí son sus emociones, sentimientos, deseos, los cuales son necesarios para tener una lectura del aula, para ser descifrado y comprendido, así como lo menciona Freire.
Y es entonces que me pregunto ¿acaso no es responsabilidad mía, nuestra y de todos los docentes brindar a los niños/as el espacio ideal para el desarrollo de las potencialidades humanas, que tan solo es posible conociendo integralmente a quienes están aprendiendo? Lógicamente “que no puede darse sin un marco de protección, y es el Estado el que debe garantizar el conjunto de condiciones sin las cuales ninguna felicidad es posible. Es decir que el Estado viola los derechos humanos excediéndose en sus funciones, pero también es el Estado quien puede y debe garantizarlos; Y entonces en este punto es cuando resulta clave recordar que nosotros como docentes, como directivos, como educadores, somos agentes del Estado y por lo tanto debemos respetar y garantizar los DDHH de las personas a quienes está destinada nuestra tarea educadora”1.- Área de Derechos Humanos y Pedagogía de la Memoria, INFD (2015). Módulo Educación y los derechos humanos, Clase1: Los derechos humanos en la escuela. Algunas precisiones sobre el concepto de DDHH y su relación con el Estado.
Por ello es de vital importancia que me tome y nos tomemos el tiempo para conocer las normas, las leyes como un punto de partida fundamental para transitar las aulas con niños/as, adolescentes a nuestro cargo, como lo es la “Ley de protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes LEY 26.061 menciono solo dos que considero muy relevntes: “Art 3: A los efectos de la presente ley se entiende por interés superior de la niña, niño y adolescente la máxima satisfacción, integral y simultánea de los derechos y garantías reconocidos en esta ley. Debiéndose respetar: a) Su condición de sujeto de derecho; b) El derecho de las niñas, niños y adolescentes a ser oídos y que su opinión sea tenida en cuenta; c) El respeto al pleno desarrollo personal de sus derechos en su medio familiar, social y cultural; d) Su edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás condiciones personales; e) El equilibrio entre los derechos y garantías de las niñas, niños y adolescentes y las exigencias del bien
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