MERCURIO
Enviado por 260779 • 1 de Junio de 2013 • Trabajo • 2.468 Palabras (10 Páginas) • 1.846 Visitas
I. INTRODUCCION
El mercurio es un elemento que está presente de forma natural en el aire, el agua y los suelos, por lo que no se crea ni se destruye tan solo se transforma. Este elemento fue usado por años, en la antigüedad como tratamiento para diversas enfermedades, y en la época actual aun se sigue usando en algunos objetos o sustancias en el campo de la salud.
Con el paso de los años, el avance científico y tecnológico, se ha descubierto que la exposición al mercurio, aún en pequeñas cantidades, puede causar graves problemas de salud en todas las etapas de la vida, principalmente al inicio de ésta durante el desarrollo intrauterino, ya que estudios han demostrado que la exposición a este elemento causa toxicidad en los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel, los pulmones y los ojos.
Para la OMS, el mercurio es uno de los diez productos o grupos de productos químicos que plantean especiales problemas de salud pública.
La principal vía de exposición humana es el consumo de pescado y mariscos contaminados con el metilmercurio, compuesto orgánico presente en los alimentos.
Debido a que el mercurio se encuentra en la naturaleza en diferentes ciclos y
ha sido empleado para la elaboración de diversos objetos o sustancias, principalmente los de uso médico, se realiza el presente ensayo, en el que se enfatiza el impacto del mercurio en la sociedad, proponiendo estrategias para disminuir su uso y con ello sus efectos dañinos.
II. DESARROLLO
El mercurio o azogue es un elemento químico de número atómico 80. Su nombre y símbolo (Hg) procede de hidrargirio, término hoy ya en desuso, que a su vez procede del latín hidrargirium y de hydrargyrus, que a su vez proviene del griego hydrargyros (hydros = agua y argyros = plata). El nombre de Mercurio se le dió en honor al dios griego con el mismo nombre, que era el mensajero de los dioses, y debido a la movilidad del mercurio se le comparó con este dios.
El mercurio existe en varias formas: elemental (o metálico) e inorgánico (al que la gente se puede ver expuesta en ciertos trabajos); u orgánico (como el metilmercurio, que penetra en el cuerpo humano por vía alimentaria). Estas formas de mercurio difieren por su grado de toxicidad y sus efectos sobre los sistemas nervioso e inmunitario, el aparato digestivo, la piel y los pulmones riñones y ojos.
El mercurio, presente de forma natural en la corteza terrestre, puede provenir de la actividad volcánica, la erosión de las rocas o la actividad humana. Esta última es la principal causa de las emisiones de mercurio, procedentes sobre todo de la combustión de carbón en centrales eléctricas, calefacciones y cocinas, de procesos industriales, de la incineración de residuos y de la extracción minera de mercurio, oro y otros metales.
Una vez liberado el mercurio al medio, ciertas bacterias pueden transformarlo en metilmercurio. Este se acumula entonces en peces y mariscos, los grandes peces depredadores, por ejemplo, tienen más probabilidades de presentar niveles elevados de mercurio por haber devorado a muchos peces pequeños que a su vez lo habrán ingerido al alimentarse de plancton.
Aunque las personas pueden verse expuestas a cualquiera de las formas de mercurio en diversas circunstancias, las principales vías de exposición son el consumo de pescado y marisco contaminado con metilmercurio y la inhalación, por ciertos trabajadores, de vapores de mercurio elemental desprendidos en procesos industriales. El hecho de cocinar los alimentos no elimina el mercurio presente en ellos.
Entre los factores que determinan eventuales efectos sobre la salud, así como su gravedad, están los siguientes:
• la forma de mercurio de que se trate;
• la dosis;
• la edad o el estadio de desarrollo de la persona expuesta (la etapa fetal es la más vulnerable);
• la duración de la exposición;
• la vía de exposición (inhalación, ingestión o contacto cutáneo).
En términos generales hay dos grupos especialmente vulnerables a los efectos del mercurio. El primer grupo son los fetos, por los efectos que causa sobre el desarrollo. La exposición intrauterina a metilmercurio por consumo materno de pescado o marisco puede dañar el cerebro y el sistema nervioso en pleno crecimiento del bebé. La principal consecuencia sanitaria del metilmercurio es la alteración del desarrollo neurológico. Por ello la exposición a esta sustancia durante la etapa fetal puede afectar ulteriormente al pensamiento cognitivo, la memoria, la capacidad de concentración, el lenguaje y las aptitudes motoras y espacio-visuales finas del niño.
El segundo grupo es el de las personas expuestas de forma sistemática (exposición crónica) a niveles elevados de mercurio (como poblaciones que practiquen la pesca de subsistencia o personas expuestas en razón de su trabajo).
Los siguientes estudios demuestran el impacto tan grande que causa este elemento en la sociedad: los realizados en poblaciones que practican la pesca en los países de Brasil, China, Columbia, en donde se han encontrado que entre 15 y 17 de cada 1000 niños han presentado trastornos cognitivos causados por el consumo de pescados contaminados, o el del impacto trascendental que causó en Minamata en los años 30, el que una fabrica vertiera en la bahía los residuos que contenían metilmercurio y que a su vez fueron consumidos por peses y mariscos de la zona y consumidos por los habitantes afectando al menos a 50,000 personas, de quienes por lo menos 2,000 fueron afectados de gravedad con lesiones cerebrales, parálisis, habla incoherente y estados delirantes.
La toxicidad del mercurio depende de la forma de mercurio a la que están expuestas las personas. Aunque el mercurio y sus compuestos son sustancias tóxicas, se debate sobre el grado exacto de toxicidad que presentan. Los efectos tóxicos, especialmente en el caso del metilmercurio, pueden darse con concentraciones más pequeñas de lo que se había pensado en un principio. Sin embargo, este hecho está resultando difícil de probar debido a que los efectos tóxicos sospechosos son sutiles y sus mecanismos complejos. El metilmercurio es un caso particularmente importante porque puede acumularse en la cadena alimentaria y alcanzar así altas concentraciones.
Para el metilmercurio, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (US EPA) ha estimado el nivel de ingesta segura en 0,1 µg/kg de peso corporal al día. Este valor está basado en un estudio desarrollado en las Islas Feroe, donde el pescado, que contiene niveles significativos de mercurio, es una parte importante de la dieta. El estudio comparó los resultados de tests de desarrollo en niños
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