Mall Castro

Muchas controversias ha generado la construcción de un megaproyecto en una de las ciudades del sur de nuestro país. Estamos hablando específicamente de la construcción del “Mall Paseo Chiloé” en una ciudad del archipiélago de Chiloé en la comuna de Castro. La población total es de 43.460 habitantes según el censo realizado el 2012, de los cuáles el 80% vivía en la ciudad de Castro.

El caso de la construcción de este megaproyecto nos hace cuestionar el impacto que producen estas obras en el desarrollo armónico de nuestras ciudades. En el caso de Castro, nos encontramos con una ciudad que posee infraestructura comunal, servicios, baja densidad de sus edificaciones, con zonas perfectamente recorribles y con un fuerte arraigo a sus tradiciones y costumbres que han fortalecido la identidad de sus habitantes. El proyecto de un mall que se instalaría en la ciudad trajo mucha expectación y se introdujo como un gran atractivo en la población a pesar de que conviven todos los días con una de las zonas patrimoniales más importantes del país.

El proyecto hoy en día contempla una superficie edificada de 30.000 m2 que se distribuyen en dos edificios colindantes, pero con permisos de edificación independientes, cabe decir, que para poder construir esa cantidad de metros cuadrados en un mismo terreno, debieron dividir el proyecto en dos edificios para poder cumplir con las normas de constructibilidad y edificación. Podemos decir, que a pesar que el proyecto fue presentado como dos estructuras independientes, se puede apreciar una solo gran estructura visual y morfológicamente. El edificio “A” posee un sitio de 366,4 m2 con una superficie edificada de 1464,8 m2, distribuidos en cuatro pisos sobre el nivel del suelo y su permiso de edificación corresponde al 309 del 6 de diciembre de 2011 y la construcción estuvo a cargo de Grupo Pasmar S.A. (Tenglo S.A). Por otro lado la construcción del edificio “B” estuvo a cargo de otra empresa constructora de nombre Inversiones e Inmobiliaria Océano S.A. , contempla un sitio de 4147,6 m2, con una superficie edificada de 24137m2 distribuidos en cuatro pisos sobre el nivel del suelo y su permiso de edificación es el 108 del 8 de abril de 2008.

Analizando los antecedentes mencionados, a través de la descripción de éstos, nos hacemos la siguiente pregunta, ¿De qué forma incide la construcción del proyecto del mall de castro en una ciudad que se ha caracterizado por su gran valor patrimonial, tangible e intangible? El problema no reside en poner en tela de juicio la construcción de un centro comercial en una zona con alto valor patrimonial, si no en cómo se le da forma a éste proyecto, debido a que el proyecto fue materializado morfológicamente fuera escala de la morfología propia de la ciudad, donde la mayoría de sus edificaciones son de baja densidad y donde prima el medio ambiente natural sin desvalorar el ambiente construido, poniendo en riesgo el valor patrimonial de inmuebles que han sido declarados Monumentos Nacionales por parte del Consejo de Monumentos Nacionales y Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco, como lo es la Iglesia de San Francisco, emplazada en el casco histórico de la ciudad, así como la transcendencia de un bien mayor que vendría siendo el cuidado del paisaje y la preservación para luego la conservación del patrimonio de la zona.

En primera instancia nos encontramos con un problema ya no existen mecanismos regulatorios que hubiesen podido paralizar estas obras de gran envergadura, las normas permiten la construcción de este tipo de edificios. Por ende el problema en esta primera instancia entraría en una implicancia ética ya que no son las normas o herramientas las que podrían frenar este tipo de edificios, si no en quienes las crean y defienden la importancia e influencia

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