Marco Teórico General para la Enseñanza

1. Marco Teórico General para la enseñanza

3.1 Introducción

En el presente documento, se abordarán los cuatro pilares de la educación, pasando por las teorías de Vygotsky y Ausubel, hasta llegar a comprender el constructivismo y la base que aún persiste del conductismo. Finalizamos con Bernstein y la reflexión del sistema excluyente y la sociedad segregadora. Esto no solo nos permite brindar una base teórica para la implementación de una unidad didáctica, sino también reflexionar acerca de la construcción de una nueva sociedad con principios distintos y enfoques que busquen la felicidad de los estudiantes más que la competitividad entre ellos.          

Se presentarán antecedentes filosóficos sustentados en las bases psicológicas, los principios generales que le permiten a un docente comprender racionalmente a los estudiantes y sus necesidades para la implementación de contenidos.

De esta manera, tenemos que Makárenko (1947) nos permite contextualizar este trabajo a través de la mirada que más se acerca a la finalidad de lo que se propone presentar en este documento. Para comprender esto, debemos comprender que (…) la educación de los niños es la esfera trascendental de nuestra vida. Nuestros niños son los futuros ciudadanos de nuestro país y del mundo. Son los llamados a hacer la historia. Nuestros niños son los padres y madres del mañana que también tendrán que educar a sus hijos. Nuestros niños deben hacerse magníficos ciudadanos, llegar a ser buenos padres y madres. Pero esto no es todo: nuestros hijos son la esperanza de nuestra ancianidad. Su buena educación equivale a que disfrutemos de una vejez feliz, su mala educación es dolor para el futuro, nos costará lágrimas, es nuestra culpa ante otras personas, ante todo el país”.

3.2 La educación encierra un tesoro

El primer apartado del marco teórico hace referencia al Informe Delors (1996), el cual busca develar el gran tesoro que es la educación, comprendiendo que la vida debiera ser aprendida de las experiencias positivas y guiadas. En este contexto, se establecen los 4 pilares fundamentales de la educación, que son: "aprender a conocer", "aprender a hacer", "aprender a vivir juntos" y "aprender a ser". De esta manera, Delors (1996)  entiende estos cuatro pilares de la siguiente forma:

• Aprender a conocer: Se basa en el conocimiento y entendimiento de la cultura general. Ésta comprende que la educación permite desarrollar el gusto por aprender, mediante instancias participativas y experimentales en donde el individuo comprende el mundo que lo rodea. Para ello, se utilizan estrategias que promuevan el desarrollo de habilidades y el interés por descubrir.  
• Aprender a hacer: Determinado por desarrollar competencias que permitan al estudiante hacer frente a las distintas problemáticas que la vida le anteponga, para esto el estudiante debe aprender a realizar su quehacer por medio de experiencias. Por ello, las experiencias prácticas y el material didácticos son fundamentales.  
• Aprender a vivir juntos: Se refiere a las experiencias sociales de participación en donde se respete la integridad de cada uno y la del resto. Promueve valores y el pluralismo entre estudiantes.  
• Aprender a ser: Comprende el desarrollo integro de la persona, teniendo como finalidad que florezca la propia personalidad de los estudiantes por medio de la autonomía, considerando el valor del hombre y el respeto en su conjunto.

Estos pilares nos permiten enfocar la unidad hacía el desarrollo de clases que permitan la trascendencia de los contenidos, los valores y las habilidades, permitiendo no tan solo un acercamiento con los elementos propios de lo que deben saber los estudiantes, sino que además comprender que el aprendizaje implica la integración de elementos fundamentales en el desarrollo pleno del ser humano, tales como: el respeto, la equidad, la diferencia entre uno y otro, habilidades y capacidades, formas de ver el mundo y de comprenderlo, bajo el alero del reconocimiento de cada alumno como alguien único e irrepetible.  

Respecto a los cuatro pilares de la educación, además, nos avocaremos a estos de manera que se comprenda la importancia que éstos tienen en el desarrollo y confección en la unidad didáctica. Su enfoque principal está relacionado con el incremento del conocimiento, actitudes, habilidades y valores del estudiante.

Tal como se mencionó en el diagnostico institucional, esta unidad debiera contener un fuerte reparo en seguir el proyecto institucional y la formación espiritual que se hace mención.  

Delors (1996), en su cita (…) Todos los seres humanos deben estar en condiciones, en particular gracias a la educación recibida en su juventud, de dotarse de un pensamiento autónomo y crítico y de elaborar un juicio propio, para determinar por si mismos que deben hacer en las diferentes circunstancias de la vida”, nos permite comprender la finalidad de enseñar de manera crítica, promoviendo la autonomía y el buen juicio. En este sentido, los cuatro pilares de la educación se asumen como el motor principal de cada clase.

3.3 Lev S. Vigotsky: La psicología cultural y la construcción de la persona desde la educación

Las ideas formuladas por este teórico bielorruso, comprometen nuestra unidad en constituir un encuadre teórico con el que podamos realizar una clase significativa y que permita concebir un marco de experiencia práctica con el modelo solicitado por la escuela; un modelo de desarrollo integral que moviliza el ser desde la convivencia, su compromiso con la sociedad y la capacidad de ser autónomo. Para esto debemos comprender los conceptos fundamentales de la teoría Vigotskiana:

La relación entre pensamiento y lenguaje

Los estudios realizados por Vigotsky comprenden que los procesos de pensamiento y habla, son estrechamente vinculados. La palabra que permite el despliegue del pensamiento verbal, estableciendo un plano fluido que va del pensamiento a la palabra y viceversa, permiten establecer la función comunicativa del lenguaje, que es expresar en el plano externo las ideas formuladas en el intelecto, provenientes de un plano interno. Esto conlleva a hacernos cargo de comprender la importancia de comunicar ideas precisas y concretas, que permitan, en el desarrollo de la unidad, ser concisos con lo planteado dado que las malas palabras o ideas engañosas provocarían confusión y daño posterior en el estudiante.

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