General Marcos Retren
Enviado por carmenelvia • 30 de Mayo de 2012 • 1.743 Palabras (7 Páginas) • 560 Visitas
EL GENERAL MARCOS RETREN
PRIMERA ESCENA
En medio de la noche tres hombre cabalgan por unas montañas y se detienen a descansar MARCOS, JULIO Y ANDRES
MARCOS: julio, lo mejor es detenernos a descansar un poco, si seguimos avanzando nos perderemos en el crepúsculo, yo no sé donde estamos.
JULIO: nos detendremos a descansar un rato nada mas, yo si sé donde estamos.
MARCOS: ¿Dónde?
JULIO: estamos en el otero donde ajusticiaron al rey Carlos.
(Entra Andrés)
MARCOS: ¿Quién era el rey Carlos?
ANDRES: era un hombre con carpanta de poder, fue parricida que sintió envidia del poder que su hijo iba a poseer al crecer.
JULIO: ¿mato a su hijo?
ANDRÉS: a su hijo, a su esposa y a su hermosa hija quien cantaba como los querubines, cada mañana en la puerta del castillo se detenían los viajeros a escucharla cantar.
JULIO: ¿cómo supieron que él los mato?
ANDRÉS: se supo porque el zagal de villa Hum paso muy temprano por el castillo, aun la gente dormía, y al mirar al rio vio al rey en pijama tirando al rio tres costales con manchas rojas, de inmediato miro por el resquicio de las puertas del castillo, vio que el llamado por el rey blasón de la familia, estaba despertando, toco la campana fuertemente y toda la gente despertó. Contó lo visto pero cuando quisieron mirar al rio el rey ya no estaba y los costales iban rebotando en el agua, lo fueron a buscar a su habitación y no lo hallaron, y en el cuarto de su hijo e hija encontraron sangre. La gente del castillo y cerca del mismo yermó para ir en busca del rey hacerle pagar el oprobio cometido. Y en la noche en medio de antorchas lo encontraron todo sucio como un loco al lado de este árbol, colgaron una cabuya y lo ajusticiaron.
JULIO: ¿Cómo puede existir una persona tan abyecta? La envidia a su propia sangre le costó una vida eterna en el hades.
ANDRÉS: y de seguro a nosotros nos costará también una eternidad en el hades la locura por la cual estamos caminando hacia el castillo del rey Felipe, cuando el rey se enteré que tú, Marcos, no eres ningún general ni nada, solo un muerto de hambre que come zocatos a la orilla del rio, nos mataran a los tres.
MARCOS: no seas tan culebrero, mis pensamientos resultaran al caletre, no examinemos las fallas que podamos tener, me casaré con la hija del rey y después de ello la verdad será vista como la luz del sol.
ANDRÉS: los santos te escuchen Marcos porque no quiero morir como el Rey Carlos.
SEGUNDA ESCENA
En el castillo del rey Felipe. La princesa Aura y la Esclava Dora.
DORA: no conozco a ninguna princesa que me trate como usted a mí.
AURORA: descuida dora, el rey solo me permita hablar con poca gente, y tú te has convertido en mi hermana.
DORA: no merezco tanto señora.
AURORA: descuida Dora, ayúdame a buscarte el vestido que lucirás al conde.
DORA: mi señora tengo mucho miedo, cuando el conde se enteré que no soy la hija del rey sino su esclava me matará seguro.
AURORA: los santos luxen tú lengua niña, el general es una persona tan ínclita que sería incapaz de hacerte daño, y yo haré todo lo posible para que se entere después del casorio y para entonces ya estará perdidamente enamorado de vos.
DORA: los santos te escuchen niña mía, porque de lo contrario mi chorra será maldita
AURORA: cierra bien la puerta Dora que no demora en pasar el conde Aislay, sabes que es un completo ñongo y un palurdo como él no hoy por estas tierras.
TERCERA ESCENA
Marcos, Julio Y Andrés
MARCOS: ya estuvo bueno de descanso hay que seguir adelante ya estamos cerca del ajuar de Don Pablo, si tenemos sed podemos llegar ahí y pedir un poco de agua.
ANDRÉS: ¿estás chalado? Ese hombre es un enteco y nada cortes, nos mandará a lavar el piso a cambio de agua
MARCOS: no seas tan culebrero Andrés, no le vamos a pedir agua al mismo Don Pablo, le pediremos agua a las mujeres que cuidan día y noche las flores de Don Pablo, tú causas gran xenofilia por donde pasas.
ANDRÉS: como siempre, yo arriesgándome.
MARCOS: descuida muchacho no seas tan quejón, en cuanto mi a utopía sea realidad te nombraré coronel de mis tropas, y no tendrás que arriesgar nada por nadie.
JULIO: y vaya que es una utopía, ya me imagino nuestras cabezas rodando por el piso o nuestros cuerpos colgados en cualquier árbol.
MARCOS: cuando eso quiera pasar el candor de nuestra princesa será todo mío e impedirá que nos hagan daño alguno. Suficiente de tonterías, avancemos ya estamos cerca de nuestra gloria.
CUARTA ESCENA
Marcos, Julio Y Andrés
MARCOS: detengámonos aquí, atemos los caballos a estos árboles cerca del jagüey para que tomen agua. Listo vamos.
ANDRÉS: de ninguna manera iré a pedirle agua a esas mujeres, mira nada mas su aspecto tan soez y ruin, de seguro querrán que me quede con ellas ahí para observar todo el tiempo mi beldad. Mira nada mas a esa mujer que riega las margaritas, parece un zocato.
JULIO: ¿Qué galbana
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