Mario Vargas Llosa

Mario Vargas Llosa, a través de sus novelas prueba que es un vampiro de primera categoría. Uno que ha absorbido sus viajes desde Piura hasta Barcelona, que ha tragado sus experiencias como militar, como político, como padre, como esposo, como hijo y las ha digerido en magistrales obras que nos evocan preguntas que nadie nos ha preguntado y rompen con todos los paradigmas que podramos tener sobre el Peru, la literatura y la moral humana.

Mario Vargas Llosa, al recibir el premio Nobel de Literatura, hace un discurso que reafirma el talento desbordante del escritor peruano que detrás de hermosas palabras siempre denuncia las injusticias de nuestra sociedad.

En el discurso, Vargas Llosa nos invita a conocer su gran amor, la heroína en la peculiar historia de su vida, la literatura. Se podría decir que todo el discurso es una demostración de amor hacia este arte. La literatura lo ayuda a escapar, a crear un mundo ficticio donde la belleza no es una ilusión absurda, si no una realidad, donde puede olvidar sus sombrías penas. Una curiosidad sin igual, lo hace una persona extremadamente culta, muy leída y agradecida con héroes literatos como Jean Valjean de los Miserables o d'Artagnan de los tres mosqueteros, personajes que desde muy chico le señalaron el camino de grandeza que ofrecían los cuentos.

Su amor, la literatura lo salvo de muchas desesperanzas y situaciones en que se quería dar por vencido pues estaba cansando del rechazo hacia los literatos en la época de los 50's en latinoamerica. Una época cuando no había fe en jóvenes escritores y la literatura era vista como un un lujo vanidoso, las letras lo salvaban. La ficción, le mandaba a maestros como Faulker, Tolstoi u Orwell para que le enseñaran diferentes lecciones, las

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cuales al reciclarlas y procesarlas con su mente única, idealista e inquieta nos regalaron las grandes obras que lo dirigieron a ese podio en el año 2010.

En un trabajo de Vargas Llosa no pueden faltar las palabras que reclaman las carencias y defectos de la raza humana. Sus criticas no son caprichosas ni arrogantes, por lo contrario, son criticas que despiertan una inconformidad sana y necesaria, criticas que inspiran a los jóvenes a encontrar una voz ya sea por medio de la literatura, el arte, la música, para cambiar el mundo a través de protestas elocuentes. Mario Vargas Llosa se presenta como el defensor mas grande de la democracia, un defensor humilde y humano, quien confiesa haber tenido tendencias Marxistas cuando era joven. El acepta esto y confiesa que fue un error ya que los ideales socialistas seducen con su belleza quijotesca pero no logran ayudar a una nación, mas bien, la destruyen. La honestidad bruta de este discurso lo hace uno memorable y extremadamente emocional ...

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