Martin FIERRO

Martín Fierro

La Ida de Martín Fierro finalizaba con que él y su nuevo compañero Cruz decidían dirigirse al desierto para convivir con los indios, ya que ambos se veían perseguidos por la justicia. En esta segunda parte, la historia comienza con Martín Fierro relatando lo que fue el viaje hasta llegar a un asentamiento indio, durante varios días en el desierto la pasó añorando su vida pasada, a su familia, a su mujer, su hogar. Luego de mucho andar finalmente se encuentran con un asentamiento de “salvajes”, con la mala suerte que era un asentamiento de Indio Malón, por lo que al verlos llegar a él y a Cruz lo toman por infiltrados y con rapidez ambos hombres se ven envueltos en una pelea con los indios tratando de sobrevivir.

Por poco mueren si no hubiese sido por la intervención de un Lenguaraz, un indio traductor, que hablando con el Cacique del asentamiento se decidieron por tomar prisioneros a los “blancos” ya que podrían servir en un futuro para un posible trueque. Fue así como Cruz y Fierro cayeron prisioneros de los Malones, y durante muchos años conviven con ellos, aprendiendo de su cultura, sus rituales, sus costumbres, etc.

Martín Fierro se vio separado de su compañero durante dos años, y en ese período comienza a darse una idea de las características del indio malón: vago, solo se deja guiar por la lanza, maltratador de sus cautivas, desconfiados, serios, le dan gran importancia a los caballos cuando son realmente buenos, saben ocultarse bien para cazar. Como medio de comunicación con otras tribus utiliza las señales de humo, y realizan reuniones para “planificar” invasiones a haciendas para robarles ganado tanto vacuno como equino. Tiene malas intensiones y nada lo puede hacer cambiar de parecer, es cruel para la guerra y odia a muerte al cristiano, lo hace responsable de todas las desgracias que le pueden ocurrir. No tiene respeto hacia sus mujeres, las maltratan, realizan todo el trabajo duro y obedecen a todo lo que su marido les dicte. A sus hijos los crían atándolos a una tabla, así se le achata la cabeza por detrás.

En cuanto a sus costumbres, tenían diferentes rituales, por ejemplo el conocido como el ritual del barullo, donde se realizan demostraciones con la lanza y jineteadas acompañadas de unos alaridos aterradores.

Una vez pasado ese periodo de soledad, cuando lo dejan volver con Cruz, deciden irse a vivir en cerca de un pajonal apartados de los indios, y encontraron que el indio más hospitalario era el Lenguaraz, quien de vez en cuando los visitaba y hasta les regaló unos caballos. Más ese breve periodo de paz volvió a pasar con rapidez, y llego a la tribu la “viruela negra” una enfermedad que se extendió por todos los integrantes, y es allí como se relata las formas de curar que los indios tenían: untándolos con grasa y poniéndolos al sol, cociéndoles las bocas y gritándoles a los oídos o cuando descubrían que deliraba por la fiebre directamente mataban al enfermo. Tenían cautivo los indios a un gringuito que lo acusaron de ser provocador de la peste, y por ello una mujer vieja lo mando a matar.

Ante tantos estragos Cruz y Martín Fierro se quisieron alejar, pero el que era Lenguaraz cayó enfermo, y ambos hombres al sentirse en deuda con él fueron a socorrerlo

...