Memorias De Mis Putas Tristes

Las Memorias de Mis Putas Tristes.

Esta obra relata la vida de un anciano de noventa años que se quería regalar una noche de amor loco con una joven virgen. Él acudió donde Rosa Cabarcas dueña de un burdel clandestino al que frecuentaba varias veces. El protagonista había tenido una vida muy solitaria, aunque haya asistido toda su vida a esos lugares de lujuria su corazón deseaba ser joven, reflejado en algunas acciones sin sentido. A su edad él sentía emociones jóvenes, sensaciones que la gente mayor como él ya habían olvidado. Nunca conoció el amor hasta esa noche que en aquel prostíbulo admiro con asombro a aquella joven virgen con la que pretendía tener su última noche de amor loco.

El día que cumplió sus noventa años se había recordado el compromiso que tenía de redactar la nota que todos los viernes acostumbra a escribir para el Diario “La Paz”. En la pequeña biblioteca que está en su casa y la cual su mamá se la había arreglado. Para él encontró una cita de Cicerón que decía: “No hay un anciano que olvide dónde escondió su tesoro”. El jefe de redacción le pedía que escribiera una nota de la vida que llevan las personas de la edad del anciano, pero este no podía ya que la cita de Cicerón lo había dejado muy pensativo. Al terminar la nota no muy convencido de esta tuvo que ir al médico a hacerse una revisión de rutina ya que cada día que pasaba le venía un dolor diferente, son dolores de su edad dijo, lo que no es natural es mi edad habló el anciano. Los signo de la edad son inevitables para los ancianos pero él todavía no estaba dispuesto a aceptarlo.

En un momento de descanso recordaba la promesa que no pudo hacerle a su madre, la de casarse. Estuvo cerca de hacerlo con Ximena Ortiz nunca correspondió a ese amor, más solo sentía una fuerte atracción por ella. No se casó porque decía que las prostitutas no le dejaban tiempo, dejándola plantada en el altar su reputación se vino abajo y solo se pudo refugiar en el lugar quetodas las noches él visitaba. Durante un tiempo fue profesor de filosofía mientras en el exterior las personas se olvidaban de lo que había hecho, nunca fue buen educador lo cual dejó en poco tiempo para volver a su profesión, el de escritor. Perseguido por la promesa que no pudo concederle a su madre, intentó seguir con su vida, con esa vida que hasta sus noventa años llevaba.

“El sexo es el consuelo que uno tiene cuando no le alcanza el amor” pensó hasta que la vio ahí desnuda en la habitación. Esa noche él le puso el nombre de Delgadina a la joven, fue su primera noche en la que pasaba sin tener sexo con una mujer. Al verla desnuda y admirar su hermoso y joven cuerpo se enamoró por primera vez, en el segundo encuentro él le llevó objetos para adornar la habitación para que Delgadina se sintiera a gusto. Con el amor que sentía por primera vez hacía una mujer que no era su madre comenzó a escribir notas

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