Mi Huella Ecológica

En el presente ensayo hablaré sobre mi huella ecológica y las repercusiones que tiene mi estilo de vida hacia el planeta en el que vivimos, ya que conocer el impacto al medio ambiente que provocan los actos propios de la vida cotidiana es de suma importancia, así como no perjudicar más nuestro planeta, por lo que es necesario saber si estamos haciendo un mal uso de la energía empleada en el hogar, el porcentaje de consumo de agua, los kilómetros anuales de todos nuestros desplazamientos y la cantidad de basura que se genera en casa. Me parece pertinente, además, comenzar con una definición sobre lo que es la huella ecológica, la cual dicta así “el total de superficie ecológicamente productiva necesaria para producir los recursos consumidos por un ciudadano medio de una determinada comunidad humana, así como la necesaria para absorber los residuos que genera, independientemente de la localización de estas superficies y los valores para obtenerla se clasifican en carbono, alimentación, vivienda y bienes y servicios, así como el número total de planetas necesarios para sostener a la población mundial dado un nivel de consumo.”

El planeta en el que vivimos es el único hasta ahora que podemos habitar, por lo que las actividades diarias que contaminan, el mal uso de recursos, no separar la basura y usar más de lo necesario el automóvil hacen que acabemos poco a poco con el lugar en el que existimos y si éste se acabara, ¿a dónde nos mudaríamos?

Para vivir, los seres humanos necesitamos relativamente pocas cosas como lo son alimento, energía y agua, pero esto depende del estilo de vida que lleven las personas, si lleva un nivel de vida alto, utilizarán más cosas como aparatos eléctricos, viajes regulares en automóvil y avión, producen mucha basura porque consumen sus alimentos enlatados, envasados o empaquetados y muchos de éstos además de que se convierten en basura, son traídos de otro estado e incluso de otro país, lo que implica el uso de combustibles que terminan por perjudicar y contaminar el planeta, ya sea por vía marítima, terrestre o por aire y por último la energía que requieren para mantenerse en buen estado.

Como ya mencioné, el impacto que causamos en el planeta para satisfacer nuestras necesidades de consumo se conoce como huella ecológica, en otras palabras, sirve para medir la influencia de una persona, familia, ciudad o país sobre la naturaleza. Estoy segura de que muchas personas como yo, pensábamos que nuestros hábitos son amables con el planeta, hasta que tenemos la oportunidad de hacer un análisis como lo es el test sobre mi huella ecológica donde da un resultado general de todas las actividades que realizamos a lo largo del año y es justo ahí cuando abres los ojos y piensas en que si todo el planeta llevara tu mismo estilo de vida, nos hubiéramos acabado el lugar donde vivimos desde hace mucho tiempo, tal como lo es Estados Unidos quienes son los mayores consumistas en el mundo, si toda la población del planeta siguiera el mismo comportamiento de los estadounidenses se necesitarían 5.38 de planetas Tierra para satisfacer nuestras necesidades.

El término “huella ecológica” lo inventaron dos economistas, Mathis Wackernagel y William Rees, el primero de ellos, es quien actualmente preside la Global Footprint Network que se centra en el desarrollo y la promoción de indicadores de sostenibilidad con sede en Oakland (California), Bruselas (Bélgica) y Zurich (Suiza).

Éste economista nos dice “Nuestros últimos datos señalan que el planeta tiene una biocapacidad de 1,8 hectáreas por persona, pero utilizamos 2,7. Es decir, consumimos una Tierra y media. Y aunque fuera una Tierra, sería insostenible, porque hay unos diez millones de especies que también viven en el planeta, y nosotros solo somos una especie.”

Grandes consecuencias del hecho de que la humanidad está utilizando más de lo que tiene son la deforestación, la sobreexplotación de los suelos y el agua, las emisiones cada vez mayores de dióxido de carbono a la atmósfera, entre otras cosas.

Actos de la vida cotidiana que vemos como mínimos son los que más contaminan, como prender un automóvil, ya que éste emite dióxido de carbono, el cual viaja a la atmósfera y contamina el aire que toda la gente respira.

Después de hacer el test sobre mi huella ecológica, me di cuenta que el uso de energía en mi hogar es el adecuado porque esta dentro del promedio de todo el mundo, pero siempre se puede gastar menos, con lo que mis papás ahorrarían dinero y estaríamos cuidando el medio ambiente a la vez. Vergüenza sentí al darme cuenta que mi familia no se preocupa por separar la basura y aunque no trato de defenderla, mucho de este problema es porque el gobierno no toma medidas para darle un mejor uso a los desechos de la población, pues en Xicoténcatl, Tamaulipas que es donde vivo solo existe un basurero al que va todo lo que no utilizamos sin excepción alguna, así que aunque mi familia hiciera el esfuerzo por separarla, toda iría a dar al mismo lugar y no se le daría el tratamiento que requiere para que ésta sea reutilizable o contamine un poco menos.

Por otro lado, las medidas que toma mi familia, en especial mis papás, son por ejemplo apagar luces que no sean necesarias, tener un calentador de agua eléctrico que no utilice más gas del que sea necesario y aparte, solo encienda cuando alguien haga uso de agua caliente; también tratan de que la ropa se lave solo una o dos veces a la semana máximo, con lo que se hace un ahorro muy grande de agua anual, que fue lo que resulto en el test sobre mi huella ecológica.

Es demasiado fácil aprender y empezar a ahorrar energía con acciones sencillas como apagar la luz de las habitaciones donde no se necesite, prender el aire acondicionado solo cuando sea estrictamente requerido, cerrar el grifo cuando te laves los dientes y/o no se este utilizando o comprar grifos ahorradores, cambiar focos por unos que utilicen menos energía.

En la escuela, puedo atreverme a decir que aunque existen botes de basura para cada cosa

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