Minería Y Medio Ambiente

LA MINERÍA Y EL MEDIO AMBIENTE

Una mirada desde la Bioética

QUE ES LA MINERÍA…

La minería es el proceso de extracción, explotación y aprovechamiento de minerales que se hallan sobre la superficie terrestre con fines comerciales, relacionada con la extracción de elementos de los cuales se puede obtener un beneficio económico. Dependiendo del tipo de material a extraer la minería se divide en metálica y no metálica y los métodos de explotación pueden ser a cielo abierto o subterráneo. Los factores que lo determinarán serán entre otros la geología y geometría del yacimiento y la característica geomecánica del mineral y el estéril.

La minería es una de las actividades más antiguas desarrollada por el hombre. Al dominar el fuego, el hombre desarrolló técnicas que le permitieron procesar y elaborar los metales. Así comenzó a gestarse la primera revolución tecnológica histórica como lo ha sido la extracción de los minerales.

JUSTIFICA LA RENTABILIDAD ECONÓMICA DE LA MINERÍA SU IMPACTO SOCIAL Y NATURAL…

Hoy Colombia enfrenta un reto muy grande frente a la explotación de los recursos naturales no renovables. Por un lado hay ambientalistas que proponen que el aprovechamiento de estos recursos minerales debe prohibirse totalmente por el impacto que se ocasiona al ambiente, y por el otro, los que prefieren que se haga con regulación para evitar los impactos que genera la minería ilegal.

Ahora bien, si con la minería legal las medidas de manejo ambiental y compensaciones por el cambio de uso de la tierra son insuficientes; en las ilegales son nulas. Lo más triste de este panorama es que no sabemos a ciencia cierta cuál es el verdadero daño y el costo ambiental de lo que le ha hecho esta actividad al país, a su población, a su economía y cuándo el ambiente, la madre tierra inexorable, nos cobrara por estos hechos.

La pregunta que surge para efectos de esta investigación, es si desde la Bioética como el estudio sistemático de las ciencias de la vida y el cuidado de la salud, enfocada en esencia hacia los valores, los principios morales, los principios éticos básicos como lo son el respeto a las personas, la beneficencia y la justicia, en procura de dar una legitimación axiológica a la problemática frente a la vida, la labor social que desarrollan las empresas que se dedican a la minería y las políticas socio - ambiénteles desarrolladas por el Estado frente a la minería legal e ilegal, alcanzan a mitigar, compensar y restablecer el impacto ambiental y social que se produce en su nefasto desarrollo o si simplemente este compromiso sucumbe bajo el Biopoder y la Biopolítica.

LA MINERÍA ILEGAL…

La minería ilegal es un problema que tiene consecuencias graves en todos los aspectos: daños ambientales a nuestros ecosistemas estratégicos, sirve de fuente de financiación del conflicto para los grupos armados que operan en estas áreas dónde se desarrolla y tal como Paul Collier y Anke Hoeffler lo plantean, esta actividad sirve de combustible a las guerras civiles, ya que si los grupos armados al margen de la ley reciben beneficios por esta actividad ilícita, siempre será este el medio y un sustento económico altamente rentable, para continuar con el conflicto.

Frank Pearl, hasta hace pocos días ministro de Medio Ambiente -que ahora forma parte de una delegación para las conversaciones de paz con las FARC, lo confirma: “La minería ilegal es el nuevo tráfico de drogas. Con ella, los grupos guerrilleros de izquierda, las bandas criminales y los paramilitares de derecha, financian sus campañas. Para extraer los metales preciosos se utilizan sustancias químicas tóxicas que están prohibidas y que afectan, sobre todo, a los ríos y a las fuentes de agua subterráneas. El poder de las mafias es actualmente tan grande que solo en el año 2011, alrededor de un 96 por ciento del oro extraído en Colombia provenía de minas ilegales que no se atienen a ninguna norma ecológica”.

Existe una relación directa entre los desplazamientos, la pobreza y la minería ilegal, paradójicamente esta situación se presenta justamente en las regiones que cuentan con grandes fuentes hídricas y con recursos naturales indispensables en materias primas. Únicamente en los primeros ocho meses de 2012 alrededor de nueve mil indígenas colombianos han sido expulsados de sus tierras como consecuencia directa de la minería ilegal en esas zonas.

También las Naciones Unidas ven con preocupación la situación en Colombia. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), informa que: “Los grupos ilegales tienen interés en obtener el control total de esos territorios. Las bandas criminales son, según ACNUR, las mismas que controlan el tráfico de drogas. Detrás de la mafia colombiana de la droga están, a su vez, la organización guerrillera de izquierda FARC, grupos paramilitares de derecha y bandas criminales que han logrado apropiarse de gran cantidad de territorio a través de expulsiones masivas. Las regiones destinadas, en un principio, al cultivo de drogas, se hallan en un proceso de cambio estructural y bajo la influencia del auge minero”.

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LAS EMPRESAS MINERAS...

La Responsabilidad Social Empresarial debe verse como el compromiso por el cual las empresas se dedican a través de un comportamiento ético, a contribuir positivamente con el desarrollo en procura de mejorar la calidad de vida de las comunidades dentro de las regiones donde realizan la explotación minera y de la sociedad en general. Por lo tanto, la responsabilidad social no sólo está encaminada a que las empresas en sus actividades mineras no generen daño al ambiente y la vida de las personas, sino también a que asuman el costo que tiene la minería al desplazar las fuentes productivas de una región, y que también sean un factor de cambio socio económico en el entorno en el que se desenvuelven.

Es necesario destacar que hoy gran parte de los conflictos sociales en nuestro país están vinculados con la actividad minera, debido al impacto que ésta ha generado en el medioambiente (visto como el entorno social), y en la salud de la población. La comunicación y la información adecuadas y oportunas, por parte de las empresas que se dedican a la explotación minera, que además involucran la participación de las comunidades en las zonas mineras, es insuficiente, parcializada y manipulada, siendo esto un motivo por el cual la población en muchas ocasiones se ve obligada a realizar movilizaciones de rechazo al accionar de la empresa minera y el Estado, pero en realidad cabe preguntarnos si ha habido esfuerzos por parte de este y por parte de las empresas, para informar correctamente a las poblaciones sobre el impacto que esta actividad puede

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