Mision Robinson
Enviado por 281208 • 18 de Febrero de 2015 • 2.376 Palabras (10 Páginas) • 358 Visitas
INTRODUCCIÓN.
Venezuela, como todos los pueblos del mundo, necesita de la memoria histórica. En un futuro cercano, cuando se hable en pasado del analfabetismo en la tierra bolivariana, muchos de esta tierra preguntaran ¿por qué fue necesaria la Misión Robinson? En los gobiernos de la IV República no era una prioridad dentro del gasto público la inversión en capital educativo, las matrículas en el sector privado, crecieron agresivamente, lo cual colaboro en el deterioro de la educación pública, los padres de los sectores pobres no tenían posibilidad de sufragar los estudios de sus hijos, cientos de miles de niños, adolescentes y jóvenes no podían terminar la enseñanza o proseguirla a niveles superiores, mientras que el presupuesto estatal destinado a la educación era insuficiente para cumplir con los pagos de los docentes. Para 1998, el panorama Venezolano era el siguiente: una tasa de escolaridad promedio del 59%, y solo un 2,8% del Producto Interno Bruto se destinaba a la educación; aproximadamente 1.500.000 personas eran analfabetas; más de 2.000.000 permanecían sin culminar el sexto grado; y cerca de 2.000.000 no había podido culminar la educación media; una población con un nivel de lectura sumamente baja; y solo 0,3 libros por familia. A este triste escenario se sumaron más de 500.000 bachilleres sin cupo en la Educación superior, que se había convertido en un privilegio de aquel estrato social que podía costearlo o acceder a ella. La mayoría de los niños pasaban a primer grado de educación básica sin haber pasado por el preescolar; con profundas desigualdades socio-económicas, déficit proteico calórico, afectivo y cultural, característicos de los hogares más pobres, lo que incidía en el desarrollo de los estudiantes, generando limitaciones que afectaban sus capacidades, castraban sus potencialidades y producían fracaso escolar: repetición y abandono de la escuela.
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La exclusión, como práctica inherente en un sistema de desigualdad social, se expresó en los niveles de prosecución de estudios: en la década de los 90, por ejemplo, de cada 100 niños y niñas que ingresaban al primer grado, solo 91 llegaban a tercero y 59 al séptimo grado, quedando 32 en el camino . De esos 100 solo 39 lograban terminar el noveno grado, y un número no mayor a 19 llegaba alcanzar un quinto año diversificado (bachillerato), de los que solo cinco podían acceder a la Educación Superior. Era alarmante e inaceptable que de cada diez niños y niñas que ingresaban al sistema educativo, ocho no lograban graduarse de bachilleres.
Hace poco más de once años, Chávez explicó que la meta a alcanza r dentro de su plan de gobierno ere, que a través de la creación de un misión de alfabetización, erradicar el analfabetismo, formulando un llamado a las personas que no sabían leer ni escribir, a los que nunca tuvieron la oportunidad y los recursos para estudiar, a que se inscribieran y disfrutaran de los beneficios de la Misión Robinson: “El método de alfabetización cubano, dijo entonces es el mejor del mundo y lo estamos venezolanizando. Esta es una de las tareas más nobles que puede asumir un gobierno, llevarle luz a los ciudadanos”. Desde mayo 2003, con la creación de la comisión Presidencial para estudiar, formular, coordinar ejecutar y evaluar el Plan Extraordinario de alfabetización “Simón Rodríguez”, conocido como Misión Robinson ( en honor al pseudónimo con que identificó aquel patriota, maestro de Simón Bolívar y uno de los más grandes pedagogos que ha tenido la historia Venezolana) comenzó esta historia: el propósito era alfabetizar entre julio de 2003 y julia del 2004, a un millón de personas en áreas rurales, urbanas, comunidades indígenas; personas discapacitadas, excluidas e incluso sancionadas por las leyes para asegurarla prosecución hasta el sexto grado de todos los alfabetizados, suscitando así los sólidos cimientos para la articulación de otras misiones, encaminadas de igual forma a acabar con la exclusión social a lograr que el pueblo accediera de forma progresiva e irreversible a los más elementales derechos del ser humano.
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MISIÓN ROBINSON.
La Misión Robinson es un método de educación que logra materializar la integración entre Cuba y Venezuela por la vía de la solidaridad. La virtud de esta Misión es que supo adaptar un método cubano a la realidad venezolana. Desde el punto de vista académico el método “yo sí puedo” responde a los postulados del maestro Simón Rodríguez, quien hace de la praxis y del trabajo su método para formar nuevos ciudadanos. Cuando se parte de lo conocido (los números) a lo desconocido (las letras) se está aplicado el método de aprendizaje.
Simón Rodríguez, maestro del Libertador Simón Bolívar, filósofo y docente de vocación, era partidario de la enseñanza a través de la experiencia; decía que más aprendía un niño labrando un palito, que horas y horas de retórica aislada de su realidad. Insistía en vincular al estudiante con su medio ambiente, a los hijos con sus padres y a la atención individualizada del maestro con el alumno; la Misión Robinson, como programa de alfabetización, garantiza la atención personalizada, genera hábitos de estudio, reconoce el mundo del alumno y está orientado a la participación. La inclusión social que busca el programa tiene que ver con el acceso al mundo de las letras y no el tránsito de la barbarie a la civilización, porque respeta los valores culturales del iletrado, entendiendo que la condición de analfabeta es transitoria.
Por esta razón, el pensamiento filosófico e ideológico de Simón Rodríguez es la sabia de la Misión y en honor a todas sus ideas se ha recorrido toda la geografía nacional con el nombre de Robinson.
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Un acto para la historia.
El instante del inicio de la misión Robinson significó una noticia que recorrió los rincones más apartados del país y del mundo. “El Ejercito de la Luz”, que de manera voluntaria y vertiginosa superó los 100 mil venezolanos, tomaba por asalto las barriadas, poblaciones y caseríos de los más apartados rincones de nuestra geografía. El aquel entonces Presidente de la República bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, durante la juramentación de la Comisión Nacional de la Misión Robinson emitió un mensaje cargado de las directrices que se debía seguir para el pleno cumplimiento de los objetivos de esta Misión
Cumplimiento de la meta.
En diciembre del 2003, seis meses después de haber arrancado la Misión Robinson, Venezuela certificó el alfabetizado número un millón, el novedoso proyecto educativo acentuaba su contundencia ante los ojos del mundo, y abría
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