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Mitos sobre los alumnos


Enviado por   •  29 de Octubre de 2021  •  Síntesis  •  2.440 Palabras (10 Páginas)  •  110 Visitas

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  • Mitos  sobre  los  alumnos -

Alejandro Grimson  y Emilio Tenti Fanfani.

Las  nuevas  generaciones  siempre  fueron  objeto  de  miradas  contradictorias.  Por  un lado,  son  ”el  futuro  del  país” y  en  ellas  se  depositan  muchas  esperanzas.  Son  objeto de  los  desvelos  y  sacrificios  de  sus  padres,  que  intentan  legarles  diferentes  tipos  de capital.  Desde  hace  mucho  tiempo  en  Occidente  se  define  la  infancia  y  la  juventud como  etapas  idílicas,  ideales.

  • En este punto traigo a colación el texto de Nodorowski con el concepto de “infancia moderna” si bien no se define a la infancia a través de etapas ideales, sí se la define o caracteriza a través de una serie de ideales que se propone que todos los niñxs alcancen para entrar en la categoría de infancia “normal” debido a que si alguien no  cumple con alguna de las cuestiones se considera que posee alguna patología y está fuera de la regla, fuera de lo aceptado en ese contexto histórico cultural.  

La infancia debe ser heterónoma, dependiente y obediente.

  Ser  eternamente  joven  parecería  ser  una  meta  ya  no utópica  sino  posible  gracias  a  los  avances  de  las  ciencias  y  tecnologías.  El  modo  de vida  “joven”  se  impone  a  casi  todas  las  edades,  a  la  vez  que  la  definición  operativa que  emplean  los  sociólogos  y  antropólogos  extiende  esta  etapa  hasta  los  30  o  35 años.  Todo  parece  indicar  que  esta  imagen  de  la  juventud  choca  con  otro  mito  hoy  en boga.  Ya  que,  cuando  se  califica  a  los  jóvenes  a  menudo  se  los  presenta  como  un peligro,  una  amenaza  e  incluso  como  una  “juventud  perdida”.  Cuando  en  las instituciones  escolares  se  realizan  talleres  sobre  adolescentes  y  jóvenes  tiende  a predominar  una  visión  pesimista,  y  los  temas  que  se  tratan  están  invariablemente asociados  con  problemas  como  el  sida,  el  embarazo  adolescente,  la  drogadicción,  el alcoholismo,  la  anorexia  y  la  delincuencia.  Los  jóvenes  no  sólo  están  en  riesgo  sino que  ellos  mismos  serían  un  peligro  para  el  conjunto  de  la  sociedad.

Esta  visión  negativa  parece  dominar  el  campo  escolar,  donde  es  frecuente  oír  que  los adolescentes  y  jóvenes  “no  tienen  valores”,  “no  se  interesan  por  nada”,  “son  vagos  y no  están  dispuestos  a  hacer  ningún  esfuerzo  para  aprender”.  También  suele  afirmarse “que  exigen  sus  derechos  pero  no  tienen  conciencia  de  sus  deberes”,  “son desobedientes”,  “irrespetuosos”,  “irresponsables”  y  hasta  “violentos”,  “no  se  interesan por  el  pasado,  no  tienen  proyecto  para  el  futuro”  y  “viven  concentrados  en  el presente”.

  • Este fragmento subrayado lo relaciono en un primer momento con el texto de Lloyd Demause.

El mismo, expresa en sus páginas como se concibió al niño durante la historia, dando cuenta de la visión de los adultos hacia ellos. Los infantes eran objeto de malos tratos, se los condenaba con suposiciones de los adultos por lo cual debían pagar el precio de sus acciones.

Lo relaciono con un periodo especifico de relación paterno filial; el de ambivalencia con relaciones proyectivas. El niño/a era considerado como un ser maligno y los adultos debían encargarse de amoldarlo acorde a lo aceptado socialmente en ese momento histórico. Establecían que sólo así podrían evitar reacciones peligrosas en un futuro que en realidad eran sus propias proyecciones.

Lo que expresa Grimson y Fanfani es totalmente cierto, de hecho cuando yo cursaba la escolaridad primaria estando en 6° año teníamos un espacio de definición institucional (E.D.I) que fue destinado a tratar temas de adicción y su prevención. Realizábamos actividades escritas y también poníamos en escena lo que producen los excesos de aquellas sustancias que son nocivas para la salud, realizábamos murales de concientización, etc.

También estas proyecciones se ven con recurrencia, por ejemplo cuando un padre dice a su hijo: deja de andar tanto en la calle porque se te van a “pegar” cosas raras. Haciendo alusión a marihuana por ejemplo. Como si salir con tus amigos a diario fuera un incentivo para acceder a las drogas.

Personalmente considero que está bien concientizar sobre estas problemáticas pero también estos E.D.I pueden estar destinados a otros temas y orientados con otra visión algo más positiva, con más razón si se trata de niños pequeños.  Que no queden estos espacios sujetos todos los años a tratar los mismos temas, porque que las adicciones existan no quiere decir que yo como docente ya decrete que los estudiantes en un futuro vayan a acceder a ellas y por eso sea tan impostergable dar estos talleres, adquiriendo este posicionamiento sólo estoy dando lugar a mis proyecciones, no a lo que realmente vaya a suceder. Sino a lo que yo creo que va a suceder.

  • En el texto de Nodorowski se menciona a la “infancia desrealizada” donde se trae a colación la infancia que vive en la calle. Con esto surge la idea de que son “niños incorregibles” y que por ello el estado toma las medidas que toma, por ejemplo bajar la edad de imputabilidad, entre otras cosas. Y se cuestiona, se pone en duda su infantilidad. Se piensa que detrás de esa “mascara” de niño/a se esconde la verdadera realidad, un adulto en miniatura que es capaz de todo otorgando nuevamente una visión pesimista.

No cumplen con la caracterización de la infancia de ese momento que consistía en la heteronomía, la dependencia y la obediencia, entonces se pone en tela de juicio su carácter de infante.

 Sin  embargo,  la  verdad  es  que  “los  alumnos”  no  son  todos  iguales,  aunque  vistan  el mismo  guardapolvo  o  uniforme.  Hay  tendencias,  por  cierto,  que  conviene  analizar  sin recurrir  al  anacronismo.  Esto  es,  a  la  idea  de  que  nuestra  generación  (sea  cual  fuera) realmente  era  fabulosa,  y  la  actual,  calamitosa.  O  la  inversa,  algo  que  se  escucha menos  pero  no  por  eso  es  menos  parcial.

  • En este punto establezco relaciones con el autor Nodorowski cuando habla del nacimiento de un dispositivo para encerrar a la infancia. Como dice el mismo, se la encierra físicamente porque deben cumplir a diario un horario establecido, quedando prohibido salir del establecimiento sin autorización de un mayor. También se la encierra epistemológicamente porque se define a la infancia desde las ciencias. Se  la distribuye en base a tres criterios bien diferenciados: Educabilidad, presumiendo si el niño/a puede o no aprender. Y diferenciando aptos de inútiles. El criterio de edad, surge con el acceso a la institución escolar ya que se encuentran allí una gran variedad de edades por lo cual debo establecer un orden de manera cronológica. A partir de esto, adquirirán los conocimientos de manera graduada, de menor a mayor jerarquía. Y por último el criterio de meritocracia, caracterizado por ser el esfuerzo que el estudiante alumnado (cuando el niño/a ingresa a la institución adquiere dicho nombre) realiza para alcanzar los objetivos establecidos.

Pero además, considero que las instituciones escolares buscaban homogeneizar en cuanto a la vestimenta. Años atrás era súper obligatorio asistir con el uniforme correspondiente. Yo recuerdo en primaria no te podías sacar el guardapolvo, a menos que sea en la clase de educación física o con permiso previo del docente por algún caso excepcional. En secundaria ya no usábamos guardapolvo pero sí uniforme que consistía en una chomba con el logo de la institución y un jeans que debía ser azul o negro. El jogging era indispensable para la clase de educación física, si no llevabas no te dejaban hacer y debías realizar una clase teórica.

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