Moderno pensamiento político
Enviado por daco801110 • 21 de Marzo de 2014 • Trabajo • 1.954 Palabras (8 Páginas) • 211 Visitas
Pensamiento Político Moderno
Hablaremos primordialmente del libro escrito por Rousseau que habla sobre la libertad y la sociedad; podemos ver como el hombre a pesar de haber nacido libre, vive encadenado constantemente. El mismo que se cree amo, no deja de ser menos esclavo que los demás.
“En tanto que mi pueblo está obligado a obedecer y obedece, hace bien; tan pronto como puede sacudir el yugo, y o sacude, obra mejor aún, pues recobrado su libertad con el mismo derecho con que le fue arrebatada, prueba que fue creado para disfrutar de ella” (Rousseau 2006, 4)
La familia es el primer modelo de las sociedades políticas: el jefe es el padre como el pueblo son los hijos y todos habiendo nacido iguales y libres no darán a cambio su libertad a no ser por su utilidad, la diferencia surge en que el padre recompensa con su amor paternal, mientras que en el Estado siente un simple placer por sus gobernados.
Para este autor es fácil corromperse por otro individuo dentro de una sociedad, ya que, cada acto de un ciudadano tiene una consecuencia en función de los demás, depender del otro nos lleva a corrompernos mutuamente. Para realmente asegurar la libertad de un individuo dentro de la sociedad se requiere de un desprendimiento de la propia voluntad, es decir dejar de hacer lo que yo quiero, crear una voluntad impersonal, que el gobierno te diga que hacer, una ley que sigamos todos.
“ Cuando digo que el objeto de las leyes es siempre general, entiendo que aquéllas consideran los ciudadanos en cuerpo y las acciones en abstracto; jamás el hombre como a individuo ni la acción en particular. Así, puede la ley crear privilegios, pero no otorgarlos a determinada persona; puede clasificar también a los ciudadanos y aún asignar las cualidades que dan derecho a las distintas categorías , pero no puede nombrar los que deben ser admitidos en tal o cuál; puede establecer un gobierno monárquico y una sección hereditaria, pero no elegir rey ni familia real; en una palabra, toda función que se realice con un objeto individual, no pertenece al poder legislativo”. (Rousseau 2006, 26)
Rousseau habla de una ley inquebrantable, que sea acatada al pie de la letra por sus ciudadanos, que sea para todos y sin beneficiar a unos pocos. Cuando se logra obedecer la ley, existe un desprendimiento entre ciudadanos, ya no dependes del otro para tus acciones. Debe existir una forma de gobierno que ponga la ley por encima de los hombres. En países donde la ley es firme y fuertemente punible, se puede ver una mejor organización social y administrativa.
Lo que necesita el gobierno es que la ley esté por encima de todo, que sea en realidad el pilar de la sociedad, donde todos los ciudadanos estén dispuestos a obedecerla; es ahí donde en realidad todo el pueblo será libre. Eres libre ya que solo sigues lo que te dicta la ley, nadie más te ordena o te manda; será simplemente la voluntad general la que pueda crear las leyes, el pueblo en conjunto que decide lo que en realidad quiere y se cree un contrato social.
El contrato social destaca la voluntad general, ceden todos su libertad para poder legislar en nombre de los individuos. Le devuelve a los hombres la libertad para que el poder este compuesto por ellos mismos. La ley no la genera un solo hombre, ya que, perseguiría sus propios interéses, solo la voluntad del pueblo es capaza de crear la ley en conjunto.
“ Es superfluo preguntar a quiénes corresponde hacer leyes, puesto que ellas son actos que emanan de la voluntad general, ni si el príncipe está por encima de ellas, toda vez que es miembro del Estado; ni si la ley puede ser injusta, puesto que nadie lo es consigo mismo; ni cómo se puede ser libre y estar sujeto a las leyes, puesto que éstas son el registro de nuestras voluntades.” (Rousseau 2006, 26)
Siendo todos los ciudadanos iguales por el contrato social, todos pueden decir lo que es deber de todos pero ninguno tiene el derecho de exigir a otro que haga lo que él no hace. Muchos dicen que el acto representa un contrato entre el pueblo y los jefes, contrato en el cual se estipulan entre las dos partes condiciones por medios de las cuales la una se obliga a mandar y la otra a obedecer.
Primero, la autoridad suprema no puede limitarse ya que sería como destruirla. Es contradictorio que el soberano se dé un superior, si obedecer a un dueño de forma obligatoria, es volver al estado de libertad. Ese contrato sería un acto particular por lo que no podría ser ley.
No existe en el Estado ninguna ley que no pueda revocarse, incluso el mismo pacto social, pues si todos los ciudadanos estarían dispuestos a romperlo en común acuerdo, el acto sería legítimo. En tanto no tienen mas que una sola voluntad relativa a la común conservación y al bien general.
El gobierno recibe del cuerpo soberano órdenes que debe transmitir al pueblo y para que el Estado guarde un buen equilibrio, es necesario que haya igualdad entre el poder del gobierno y el poder de los ciudadanos. La relación del soberano aumenta en razón del numero de los individuos, mientras más el Estado crece en población, más la libertad disminuye; es decir, se aleja de la igualdad.
Cuanto menos se relacionen las voluntades particulares con la general, las costumbres y las leyes, mayor debe ser la fuerza que reprime. El gobierno para ser bueno debe ser relativamente más fuerte a medida que la población crece. Esto demuestra que no hay un sistema de gobierno único y absoluto, sino diferentes por su naturaleza como Estados desiguales por su extensión.
Cuando tocamos el tema libertad es inevitable hablar del Leviatán de Hobbes. Para éste autor, el estado natural del hombre es una guerra de todos contra todos, es decir, al verse
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