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Monografia. culturas sub urbanas.


Enviado por   •  16 de Mayo de 2016  •  Monografía  •  8.918 Palabras (36 Páginas)  •  330 Visitas

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                                                                         Pérez Ruiz Maricruz.

Gómez Jiménez Selene Viridiana.

Mendoza de Jesús Luis Enrique.[1] 

Subculturas criminales.

Sumario: Introducción. I. Las subculturas criminales. II. Teoría de las subculturas criminales. III. El comportamiento desviado y sus efectos del etiquetamiento. IV. Control social. V. Corrientes criminológicas y control social. VI. Criminología critica conclusión.

RESUMEN: Se presenta un tema de gran interés social, ya que nuestra investigación está basada en el surgimiento de las subculturas criminales, que después de ser un grupo “social”, “pandilla”, pasa a ser una organización criminal. Examinaremos la conducta desviada y su comportamiento en la sociedad, los factores que influyen en los sujetos para pertenecer a una subcultura criminal, así como a los problemas que se presenta, un ejemplo, el etiquetamiento, discriminación, el impacto que tiene en el sujeto y sus consecuencias.

Palabras clave: Subculturas, criminal, criminales, priori, labellig approach, etiquetamiento, individuo, desviado, conducta, pena, sociedad, estructura, control, sistema.

Introducción.

Las sociedades humanas, desde las más primitivas, hasta las más desarrolladas, se han visto precisadas, en forma deliberada o inconsciente, a contar con mecanismos de control respecto de sus integrantes para asegurar la cohesión del propio grupo.

Primitivamente las ideas de origen divino y mágico acerca del mundo y de las relaciones del hombre con la naturaleza, propició prácticas sociales que se suponían gratas a los dioses o bien tabús que debían respetarse para que no acarrearan desgracias colectivas o personales, mecanismos que se traducían en controles sociales, administrados por la clase teocrática gobernante y por la propia comunidad.

Las normas religiosas, éticas, jurídicas, los prejuicios, las prácticas de carácter mágico o de índole empírico, constituían controles sociales formales e informales para esos grupos sociales.

El desarrollo de grupos primitivos a sociedades más complejas a lo largo de los períodos históricos que se conocen como Edad Antigua y Media que finaliza en el año 1452 con la caída del Imperio Romano de Oriente, abarca multiplicidad de formas de ejercer el poder en esas sociedades, donde el componente teocrático fue fuente importante  del mecanismo de control social, amén de otros factores, como el político, el económico, el social, el cultural, que contribuyeron a la permanencia o al cambio en cada sociedad.

El período denominado Edad Moderna se caracterizó, entre otros sucesos en la Europa de esos tiempos, por el nacimiento de los Estados que se consolidan en la edad Contemporánea, donde es el Estado el que concentra las medidas formales del control social.

Las subculturas criminales.

La concepción patología de la criminalidad, obtuvo un fuerte impulso en los años treinta, la orientación patología en la criminología oficial, presenta el desarrollo de las escuelas sociológicas surgimiento de la “sociología criminal” considerando a la criminología como estudio de las causas de la criminalidad [2] se desplazaron los factores biológicos y psicológicos enfocándose en los sociales interviniendo en el sujeto criminal (correccionalismo).  El modelo es sustituido por el labelling approach (paradigma de la reacción social).

Según alessandro baratta : “ la consideración del crimen como un comportamiento definido por el derecho, y el rechazo del determinismo y de la consideración del delincuente como un individuo diferente”[3].

Aquí se excluye al delincuente, un delincuente es catalogado como una personal “anormal” o “diferente “se recurre a la discriminación de la sociedad al delincuente.

A la diferencia de la escuela liberal clásica quien no consideraba al delincuente como un ser diferente, no partía de una hipótesis, determinaba de acuerdo a la base científica que tuviera una investigación, el delito es entendido como un concepto jurídico.  Surgía de la libre voluntad del individuo, de propia responsabilidad moral, no de causas patológicas.

 El derecho penal y la pena era considerado por la escuela clásica como un instrumento para defender a la sociedad del crimen.[4] 

Es decir, el crimen podría ser castigado para defender a la sociedad no importando el lugar en donde se esté.

Para Beccaria la utilidad común, está basada en la conducta común, que emerge de la necesidad de tener unido los intereses, superando los encuentros violentos y la oposición[5].

Una de las contradicciones del bien común es el contrato social, que está en la base de la autoridad del estado y de las leyes.  Su única función es la de defender los intereses individualizados del estado civil, llevando el sacrificio de la libertado individual mediante la acción del estado. La pena es el mínimo sacrificio, la pena de muerte es excluida por Beccaria. Surgen la teoría del delito y la teoría de la pena de la idea de la división de poderes y los principios humanitarios, el daño social y la defensa social.

El delito viene a ser considerado como un ente jurídico, el siglo pasado con la obra de Lombroso, ferri y garófalo , llevaba a una manera nueva de considerar el delito. También la escuela positiva califica al delito como un ente jurídico, pero el derecho quien califica este hecho humano no debe aislar la acción del individuo de totalidad natural y social.

Ferri ampliaba en la sociología crimínale (1900) el cuadro de factores del delito, clasificándolos en tres factores: Factores antropológicos, factores físicos y factores sociales.

El sistema penal se sustenta, pues, según la concepción de la escuela positiva, no tanto sobre el delito y sobre la clasificación de las acciones delictuosas, consideradas abstractamente y fuera de la personalidad del delincuente, sino más bien sobre el autor del delito, y sobre la clasificación tipológica de los autores.[6] 

Esta dirección del pensamiento buscaba la explicación de la criminalidad en la diversidad o anomalía de los comportamientos criminalizados.

A través de Grispigni, las características del delito logran acentuarse; como un elemento sintomático de la personalidad del autor. Orientado hacia tal elemento la indagación, con el fin de determinar el tratamiento adecuado.

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