Moralidad del Derecho
Enviado por merishkasm • 20 de Noviembre de 2012 • Práctica o problema • 353 Palabras (2 Páginas) • 1.098 Visitas
¿En qué consiste la moralidad del Derecho? Partiendo de que la moralidad son los actos realizados por el hombre a favor de los otros hombres, entonces podemos decir que la moralidad del derecho es la actuación del hombre conforme a normas jurídicas que tiene obligadamente que cumplir para regir su conducta fundamentada en tres principios básicos: vivir honestamente, no ofender y respetar a los otros en sus derechos y dar a cada uno lo suyo, sin atropellar su propiedad. ¿Por qué se da una separación entre Derecho y Moral? Porque indistintamente de que los dos son normas que regulan la conducta del hombre, las normas sociales pueden ser aplicadas a ciertos grupos de gente y de manera individual tenemos la libertad de elegir si las seguimos o no, sin que por ello nos libremos o nos hagamos acreedores a una sanción meramente social. En cambio las normas jurídicas son generales, es decir, su aplicación es para toda la gente, con las cuales nos tenemos que regir ya que son coercitivas y obligatorias y en caso de no seguirlas nos podemos hacer acreedores a una sanción pecuniaria o corporal. ¿En qué consiste el primado del Derecho sobre la moral? En primer lugar el fenómeno de la positivización integral de derecho, asociada a la secularización cada vez más difundida y articulada de la moral cristiana. Esto le ha proporcionada a la opinión pública del Siglo IX y más aún del Siglo XX, la idea de haber entrada finalmente en posesión de un “mínimo ético real”, y moral, justamente trasmitido por el derecho y gracias a lo cual quedaría definitivamente garantizada la coexistencia humana civil. En segundo lugar destaca otro fenómeno propio de estos siglos, la multiplicación de las “Cartas de Derechos”, de las proclamaciones constitucionales y meta constitucionales de los derechos del hombre, como un signo del triunfo de lo que podríamos llamar la moralidad del derecho, como moralidad meta ética y meta cultural, es decir como moralidad pública. Se ha conseguido una adhesión universal a una jerarquía de valores inédita, que degrada las éticas tradicionales y nacionales a fenómenos provinciales y en definitiva regresivas.
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