Motivacion
Enviado por josemariagari1 • 8 de Mayo de 2015 • 1.269 Palabras (6 Páginas) • 121 Visitas
1) Reflexionar en lo sagrado del matrimonio a los ojos de Dios
Es un camino de realización personal y es sagrado porque viene de Dios, y lo que Dios quiere es siempre bueno. Es sagrado porque Cristo lo elevó a sacramento. Es el símbolo del amor de Dios a la humanidad. Es muy provechoso leer la carta a los Efesios.
2) Estar dispuesto a dar y a recibir
Cada uno tiene un tesoro que debe estar dispuesto a compartir con el otro, cada uno tiene características propias que debe poner al servicio del otro. La mujer es más intuitiva, generosa, delicada, tierna, con más tacto. El hombre es más pragmático, racional, firme. Mutuamente deben compenetrarse y complementarse en las carencias de cada uno. Hay que dar y recibir. Si sólo damos, nos vaciamos; si sólo recibimos, somos egoístas. El amor es dar y recibir.
3) Desvivirse en detalles para con el otro
El detalle es la esencia, el extracto del amor. “Dime qué detalles tienes con tu esposo/a y te diré cómo es tu amor”.
Detalles que una mujer pediría a su esposo:
• No te quejes de estar agotado por el trabajo
• No interrumpas mi conversación mientras estoy hablando.
• Después de una discusión no pases tres días sin hablarme, enojado
• No me recuerdes continuamente mis faltas pasadas
• De vez en cuando dime que me encuentro linda, agradable
• Durante el desayuno, la cena préstame atención que no soy una pared
• Háblame un poco de lo que vas a hacer, aunque sea trivial
• Preocúpate por tus hijos cuando llegas a casa
• Colabora en las tareas de la casa
• Algún día en especial llévame a cenar fuera
• Dame un beso al despedirte
Detalles que un esposo pediría a su mujer:
• Llena mis tiempos de descanso con calma y sosiego y háblame de los gastos más tarde.
• Gasta menos, sé más económica.
• De vez en cuando elógiame, elogia mi carrera pues “mi triunfo es también tuyo”.
• Nunca compares nuestro matrimonio con otros.
• Sé oportuna cuando tengas que corregirme y nunca delante de nuestros hijos y amigos.
• No te quejes por todo ni discutas por tonterías.
• No rechaces sistemáticamente mis programas de televisión, mis gustos
4) Respetar las características del otro
No podemos cambiar las características del otro, al contrario, debemos enriquecernos de ellas. El otro es distinto de ti, por lo tanto respétalo. El respeto significa: capacidad de perdonar, apertura, no estar viendo los defectos del otro, comprensión. El respeto se puede quebrar de tres maneras: con la palabra (dura, grosera, soez), por actos (agresión física) o con gestos (caras largas, desprecios, silencios elocuentes). Hay que saber ver las virtudes del otro y halagarlas.
5) Evitar discusiones innecesarias
Las discusiones innecesarias desunen y destruyen la armonía familiar. No se debe discutir, se debe analizar. Con las discusiones se ganan enfados, nervios, malos ejemplos a los hijos, visitas al psicólogo o al psiquiatra.
6) Superar el pasado para no volver las páginas de agravios del otro
“Fuiste, me hiciste, dejaste de hacer, te lo decía”, son frases de reproche. Lo pasado hay que perdonarlo con grandeza de alma. Sobre el pasado se debe construir un futuro de amor y perdón. Si se sacan continuamente los agravios, la herida no cura, no cicatriza, sigue supurando y termina con tensiones.
7) Dominar la tendencia a controlar, vigilar al cónyuge
“¿Qué hiciste, con quién estuviste?”. El matrimonio tiene que tener como base la confianza en el otro. Si continuamente se desconfía del cónyuge, se tiene miedo a la infidelidad, se vive con celos, ese matrimonio
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