Museo Meoria Y Tolerancia
Enviado por Paulinagisel • 17 de Febrero de 2014 • 1.051 Palabras (5 Páginas) • 217 Visitas
¿Qué esperamos? (Reporte del museo Memoria y tolerancia)
“La tolerancia sólo se puede comprender cuando se conoce su contrario: La intolerancia”. Es la primera frase del museo en su sala primera, al ingresar a él. Una frase que en principio no parece tener mucho significado y que sin embargo, después cobra mucha importancia.
Tras varias salas que aluden a diferentes etapas del holocausto judío en donde encontraremos un viejo vagón de madera, con el suelo desgastado que descansa sobre unas vías, como si al fin estuviera en paz; consigo mismo, aunque parezca irónico, pues pareciera que no siente porque es un objeto. Hasta hace más de sesenta años, ese vagón formaba parte de un ferrocarril que, desde Alemania, transportaba judíos a los campos de concentración en Polonia. Hoy recibe a muchas personas que entran en él, pero, con una enorme y significativa diferencia de contextos. Hoy si pueden salir de él vivas; está ahí para que aquellas personas que lo visiten imaginen por un minuto la sensación de encierro por la que tuvieron que pasar jóvenes, niños, hombres, mujeres, ancianos, personas que podrían ser sus hermanos, sus padres, sus madres, sus abuelos; que se experimentó esa sensación empática que se produce al entrar ahí; personas que subían a él sin conocer en realidad su destino final. Siguiendo el camino existe una simulación de fosas en las que en el silencio, el dolor, la angustia, la desesperación, la impotencia y más que nada la intolerancia están en el aire y se perciben tristemente aun después de tantos años; porque es increíble como en una de estas fosas cabían hasta 7000 cadáveres de niños, judíos, gitanos y gays que eran llevados ahí bajo el pseudónimos de regaderas, pues en realidad, eran cámaras de gas donde eran exterminados y que ya sin ropa eran lanzados a huecos que ellos mismos habían cavado con trabajos forzados.
Después de estas salas llenas de angustia y dolor sigue más dolor e intolerancia, inicia una etapa de genocidios perpetrados en el siglo XX que van desde la polémica matanza de armenios a manos del Imponente Imperio Otomano en 1915, y que es algo que desgraciadamente aún no es reconocido por la Organización de las Naciones Unidas, por el simple hecho de proteger intereses personales, políticos, económicos y hasta religiosos y mucho menos por Turquía por propia conveniencia, pues un pueblo ignorante de su propia historia es un pueblo controlable; hasta las matanzas sangrientas de gente inocente en la ex –Yugoslavia, Ruanda, Guatemala, Camboya y Darfur en Sudán por mencionar algunos.
De igual impacto, sobretodo sentimental, y donde uno puede llegar al borde de las lágrimas es la sala blanca, el corazón del museo. Cuando a simple vista te parece simplemente linda la cortina de hilerillas con cientos de gotitas de cristal, pero, que te impacta tanto cuando descubres que cada gotita significan más de 100 niños muertos a causa de un genocidio, algo que NO debió ocurrir; niños, que no tenían la culpa de lo que ocurría en su entorno, pues muchos ni siquiera comprendían lo que pasaba a su alrededor, pues son niños y ellos en lugar
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