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Nacimiento Y Expansión De La Letra En La Comunicación Gráfica


Enviado por   •  23 de Febrero de 2015  •  2.649 Palabras (11 Páginas)  •  258 Visitas

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Nacimiento y expansión de

la letra en la comunicación

gráfica

Teórico Nº 1

Antes de entrar en el vasto universo de la Letra, como materia visual de la representación fónica y como

grafismo autónomo de su función textual, es conveniente penetrar en sus orígenes: los pictogramas del

paleolítico superior, y seguir su génesis a través de sucesivas evoluciones abstractivas hasta devenir

signos de la escritura alfabética.

Veremos asimismo las claves de la implantación portentosa de la escritura alfabética en el mundo, desde

los últimos tres mil años, en detrimento de otros códigos alternativos que la precedieron y que coexisten

con ella en la fijación del pensamiento por medio de signos visuales.

En este volumen se trata específicamente de los sistemas más importantes de la

comunicación gráfica: la palabra escrita, en sus múltiples variaciones históricas, formales

y expresivas. Y particularmente ese componente de la palabra gráfica, que es Letra como

signo estructural mínimo, y su extensión en el Escrito y el Impreso.

Esta incursión que vamos a emprender ahora mismo, nos lleva directamente al tronco

común antropológico del que parte el Trazo, como emanación gestual de un complejo

movimiento energético y creativo del hombre.

El trazo es el tronco común del que emergen dos formas como voluntad de comunicación:

el Dibujo y la Escritura. Cada una de estas grandes modalidades del trazo expresivo se

desarrollará en el tiempo por su parte.

La Letra. Esta unidad sígnica irreductible de la escritura alfabética; esta partícula visual

mínima de la grafía de una palabra, convierte el sonido breve de la voz humana —un

sonido que se extingue y desaparece para siempre en su misma emisión — en un trazo

visible que permanecerá sobre la superficie de su soporte físico.

Por consiguiente, la escritura diversificó la capacidad humana de expresión de sus ideas en

dos códigos diferentes: oral y gráfico. Y al mismo tiempo hizo posible el prodigio de retener

el discurso oral en signos visuales, que de este modo serían transmisibles sin necesidad de

que los comunicantes humanos se encuentren presentes en el momento de compartir la

información.

Así, la palabra escrita deviene lenguaje para los ojos, y la Letra se llegará a independizar

de su semanticidad sígnica para desarrollarse y diversificarse a su vez en un polimorfismo

exuberante, hasta constituir una parte importante de la cultura gráfica. La Letra es la obra

de la mano que escribe componiendo palabras que se extienden a lo largo de la línea. Y la

civilización técnica operará otra bifurcación fundamental en la producción de textos

escritos con las sucesivas invenciones de los caracteres móviles hasta llegar a Gutenberg.

La cultura electrónica recuperará más tarde para sí la capacidad productora y conservadora

de textos escritos. Pero a pesar de esta bifurcación quirográfica y tecnográfica, la mano que

traza seguirá dibujando letras, ya sea en el ejercicio de la caligrafía, o en la creación de

logotipos.

El primate erguido. La liberación de las manos

La historia de la Letra, y en su dimensión mayor, de la Escritura, revela toda la lucha del

hombre incipiente, y a través de su evolución, para lograr pensar, explicarse el mundo y

apropiárselo de alguna manera; para retener y fijar las cosas huidizas de su entorno, de su

memoria, de su experiencia y de su imaginación; para detener y retener todo eso en un

espacio-tiempo inmediato, pero del que él ignoraría su permanencia fuera de su tiempo

real y su envergadura cultural ulterior.

homo Sapiens ha visto, lo que sabe y lo que piensa. Es un proceso de comunicación con los

demás —la comunicación como génesis de la comunidad, que se define por lo que sus

miembros tienen en común— gracias al cual su legado se extiende hasta los hombres que

deberían sucederle.

Este empeño del primate por expresarse conlleva un esfuerzo portentoso de abstracción que

desemboca en la fijación material de fragmentos de sus percepciones y experiencias sobre un

soporte físico duradero. La gran revolución humana es haber establecido los códigos de

comunicación y plasmar con ellos de manera estable en el tiempo, las percepciones, las

experiencias y las ideas. Y poder referirse así a ellas con ausencia de ellas mismas, de sus

causas y de sus circunstancias puntuales. El hombre pudo referirse de este modo a cosas

ausentes —lejanas en el espacio, pasadas y futuras— sin necesidad de que estas cosas estén

ocurriendo ahora y aquí. Esta revolución, que hizo transmisible de unos a otros lo visto, lo

hecho y lo pensado, ha sido sin ninguna duda uno de los logros principales —si no el

primero— del progreso de comunicación de la especie humana sobre las demás especies

animales.

Pero para que todo esto fuera posible, el primate debió liberar, antes sus dos patas

delanteras. Pasar del estado de cuadrúpedo al de bípedo. Erguirse.

Con la liberación de las Manos y con su gradual desarrollo como instrumentos operacionales,

sapiens devendría Iudens y faber. Aprendería a aislar y distinguir los objetos y los cuerpos, a

reconocer por el tacto las formas y las texturas de las cosas, así como descubrir su peso y sus

cualidades. La conciencia del tacto y la funcionalidad progresiva de las manos —la destreza

manual— cambiaría el entorno humano de un lugar simplemente habitable a un mundo

operacional y, por eso mismo, modificable. Un mundo de materias y cosas aislables,

transportables, manipulables, transformables por el propio hombre, que las cambiaría en

objetos útiles, utilizables para su modo de vida, para servirse de ellos en función de su

supervivencia y de construir su desarrollo.

El trazo. Emergencia de la expresión gráfica

El Horno sapiens había ya descubierto cómo la presión de sus pies sobre el barro marcaba su

impronta (su doble en negativo). Había aprendido paulatinamente que su cuerpo era una

matriz (también con la proyección de su propia sombra), y que el marcaje era un efecto de

transferencia producido por el peso, la presión o el simple contacto de un objeto o de un

cuerpo sobre otro. En cierta forma, había descubierto las imágenes.

Descubriría también cómo la incidencia de una piedra o

...

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