Necronomicón
Enviado por 24101982 • 10 de Marzo de 2014 • 7.666 Palabras (31 Páginas) • 301 Visitas
Introducción
Toda creencia por extraña que sea, logra en nosotros una adhesión, nos seduce, nos pierde y hace que creamos en ella. Extrañas son las formas en que estas nacen. Muchas tienen cimientos firmes, casi irrefutables; a otras en cambio, solo les reconocemos fantasías que nos entretienen.
Muchas de estas creencias encuentran su base en mitos que, a su vez, se transforman en mitologías. Gran parte de ellas, las más “creíbles”, datan de tiempos remotos, como la mesopotámica, la griega, que posee fundamentos firmes, casi irrefutables, y la escandinava, sobre las cuales ahondaremos en este trabajo.
Ahora bien, existen otras mitologías, las literarias, quizás menos aceptadas, por considerarse ficticias. Una de ellas, la que nos ocupa, es la creada por Howard Phillips Lovecraft. Mitología que aun irreal no deja de ser fascinante.
Ahora bien, ¿cómo nació la creencia en estos seres inventados y extraños elaborados por Lovecraft?, ¿cómo lograron transformarse en parte esencial de sus narraciones? Y ¿bajo qué parámetros podemos estudiarlos? Primeramente cabe destacar que su autor nunca se refirió o pretendió que sus personajes y sus historias se transformaran en la mitología que ha llegado a nosotros, fueron sus seguidores, quienes después de su muerte, para seguir su tradición, y a través de unos de sus relatos (el más significativo), “La llamada de Cthulhu”, compilaron, agregaron y sistematizaron su obra, dando vida a la hoy tan conocida mitología lovecraftiana.
Antes de realizar cualquier comentario sobre este autor, es necesario aclarar que es una figura tan enigmática, extraña por naturaleza, en consecuencia, su obra lo es. El terror fue parte de su vida y logró traerlo a nosotros de una forma espectacular y aterradora. Nos muestra horrores, seres nauseabundos imposibles de imaginar; seres que solo podían nacer en su mente.
Por lo dicho anteriormente, en el presente estudio indagaremos paso a paso y en forma crítica su literatura, sus creaciones y cada uno de sus mitos, hasta lograr dar forma a su “mitología”, si es que esta ciertamente existe y puede denominarse así. Buscaremos una conexión entre sus mitos, una suerte de sistematización, que nos revele sus influencias y a la vez nos muestre la relación que existe entre este autor y sus más aguerridos y fervientes seguidores, aquellos que conformaron el conocido “Circulo de Lovecraft” como Frank Belknap Long, y su más íntimo amigo y colaborador, August Derleth, entre otros.
Para lograr nuestro objetivo, utilizaremos los relatos más significativos de Lovecraft y de sus sucesores, compilados en distintos libros, algunos de los cuales son: Relatos de los mitos de Cthulhu i; Relatos de Horror; Cuentos fantásticos I y II y Las Obras Completas, de H. P. Lovecraft, entre otros.
Otras de sus creaciones es el llamado Necronomicón, el libo imaginario más famoso de los Mitos de Cthulhu, del cual Lovecraft ha dejado muchos datos para darle credibilidad, objetivo que casi ha logrado, ya que muchas personas han intentado comprarlo. Por ejemplo, cita como compilador a Ibn Khalikan, quien realmente existió.
Llama la atención la dedicación y los conocimientos que el autor empleó para perpetuar esta fantasía que él mismo describió como un libro de saberes arcanos y magia ritual, cuya sola lectura provoca la locura y la muerte. Pueden hallarse en él fórmulas olvidadas que permiten contactar con unas entidades sobrenaturales de un inmenso poder. También incluye multitud de rituales para despertar de su sueño eterno a los Antiguos, quienes desean recuperar lo que alguna vez fue suyo. Los Antiguos precisamente son quienes nos dan la pauta para hallar y entablar la conexión entre este libro y los mitos, de los cuales más extensamente nos ocuparemos.
Por otra parte este multifacético autor no solo nos interesa por sus mitos, o por su “libro maldito”, ya que son simplemente una parte de su vasta y hasta hace un tiempo atrás, poco conocida, creación literaria. Sus estudios han dado lugar a las más diversas controversias entre quienes se dedican a su estudio; pero lo que más no interesa y motiva es su influencia fuera de la literatura, es decir, en otras ramas del arte, como el cine y la música. Pues desde hace mucho tiempo, muchos artistas, ya sean músicos o directores, han tomado parte o relatos enteros y los han convertido en nuevas obras, dándole su propia perspectiva, sin perder de vista el objetivo de Lovecraft.
Finalmente, y como trasfondo de esta investigación, intentaremos dar cuenta y demostrar hasta qué punto ha llegado su influjo, inclusive cobre autores muy cercanos a nosotros, como Jorge Luis Borges, uno de nuestros mayores exponentes literarios quien, aunque con reticencia, deja vislumbrar su admiración por esta figura tan peculiar que es Lovecraft.
Capítulo I
Howard Phillips Lovecraft
“Las viejas calles de Providence han sido dignamente frecuentadas durante generaciones por el recuerdo de la figura intensa y oscura de Edgar Allan Poe y me parece que ahora veremos al fin que un caballero más alto, delgado y ascético se ha unido a él y es más especialmente nuestro”
El 20 de agosto de 1890, Providence, capital de Rhode Island, en Estados Unidos, vio nacer a quien sería uno de los más grandes escritores del género del terror, Howard Phillips Lovecraft.
Hijo de Windield Scott Lovecraft, viajante de comercio, y de Sarah Susan Phillips, una desavenida dama de la aristocracia anglosajona, Lovecraft creció rodeado de su mundo de fantasías, mundo que creó debido a su aislamiento, ya que su madre (posesiva por naturaleza) lo incitó al retraimiento por juzgar que su linaje no debía acercarse a los “venidos a menos”, como ella en forma despectiva los llamaba.
La mayor parte de su vida transcurrió en su casa de Providence junto a su madre (pues su padre falleció al ser él muy pequeño, luego de varias incursiones al Hospital Butler, Centro Psiquiátrico de su ciudad), sus dos tías, Lillian Delora, y Emeline Phillips y su abuelo materno Whipple Van Buren Phillips, quien fue su única figura paterna y el encargado de su educación.
Educación no convencional, ya que a los dos años recitaba poesía y a los tres sabía leer (en gran medida gracias a la inmensa biblioteca de su abuelo, la cual descubrió a muy temprana edad), no concurrió a la escuela hasta los ocho para abandonarla un año después. Más allá de esto, y por su gran pasión por la lectura, adquirió conocimientos
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