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Nicolás Alcaraz García. 2º Educación Social. Asign. Infancia y Juventud en Riesgo Social. Doc. José Manuel de Oña Cost. |


Enviado por   •  10 de Diciembre de 2015  •  Ensayo  •  2.345 Palabras (10 Páginas)  •  170 Visitas

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Nicolás Alcaraz García. 2º Educación Social. Asign. Infancia y Juventud en Riesgo Social. Doc. José Manuel de Oña Cost. |


Es la realidad, no una película de ficción.

Cuando leo que el 35.3% de la población se encuentra en una situación de integración precaria[1], no veo personas pobres, sino, personas que no tienen vida, que se están perdiendo vivir, ya que están lejos del alcance de vivirlas. Personas que se encuentran como en otra dimensión, apartadas del resto del mundo, sin un enlace que les haga engancharse a una sociedad que motiva a vivir. Me refiero a personas que, no solo no tienen un euro para coger el autobús e ir a la manifestación donde se reivindican sus derechos, sino que no son conscientes de que poseen y pueden exigir dichos derechos. Eso es para mí la exclusión, personas abandonadas por la sociedad en la que viven, no solo por su situación económica, su gasto o consumo, sino, por unos factores de riesgo que matan la privación de libertades y derechos básicos a las personas, sean como sean y vengan de donde vengan. Me refiero a la diferencia, tan grande, de alineación existente entre las capas sociales superiores e inferiores, dando como resultado una sociedad humanamente injusta, donde las personas hacen suyos los factores de desventaja e inmovilizan los factores de desarrollo personal. Una situación que obliga a situarte ante ella puesto que si no eres partícipe de su arreglo la estás favoreciendo, una situación muy delicada en la que podemos ser promotores de su fomento si no nos preguntamos antes ¿Por qué están ahí?

‘Quien sabe del mundo debajo del río’[2]

Parto de la certeza de que somos lo que vivimos, y a partir de aquí no podemos extrapolar a los niños que viven en situaciones de riesgo para que aprendan a no estarlo, esa no es la solución, o  sí, quizás en una película de ficción. Pues por desgracia, seguimos siendo componentes de un exo- macro sistema que juega a una doble moral, donde es necesario ser decente y, a la vez, el triunfador que lleva las zapatillas NIKE, quizás porque somos seres que aprendemos a que nuestras emociones son más gratas al sentirnos incluidos con las zapatillas que la sociedad nos indica o nos exige para poder ser uno más, sin mirar las formas, sin recibir las condiciones necesarias para serlo sanamente.

Hablo de un sistema que actúa como ejemplo para los menores, no siendo uno de los mejores ejemplos. Un ejemplo en el que no ser ‘sujeto activo’, trae consigo, el rechazo del propio sistema, cuando este no facilita el empleo, aun habiendo tenido una educación objetivada a la producción. Y como ninguno de nosotros queremos sentirnos rechazados o desplazados, intentamos sobrevivir y conseguir el triunfo sea como sea.

‘Un ejemplo claro de que es el propio sistema el que nos desemboca, con sus dificultades, a no pertenecer integrados, haciéndonos ser vulnerables, ya que hacer las cosas bien no es fácil.’[3]

Hablo de un sistema donde el modelo de desarrollo social no funciona cuando existen datos demostrados,[4] que detallan como el crecimiento económico no reduce la pobreza, que nos hace ser vulnerables con menos movilidad social, más dificultad en relaciones interpersonales, más conflictos en el hogar…..en definitiva, ser menos felices. Un estado donde la base preocupante de las personas que componen una familia, es el dinero y no acompañar a sus hijos, creer en ellos fomentando la confianza, enseñarles que existen otras posibilidades o aprender del error, es decir, ser la institución más educativa que existe y no repetir esquemas, unas ideas que se romperían usando la educación como cortafuegos. Siempre con la ayuda de los sectores que tienen mucha responsabilidad en esta educación, como es una escuela implicada, una sociedad que integre y unos servicios sociales que ofrezcan soluciones[5].

Creo que no somos lo suficientemente conscientes de que tenemos un problema nacional con carácter de emergencia, cuando se sigue desatendiendo la pobreza que, en gran parte, inicia la exclusión, sobretodo la infantil[6], aun teniendo claro que un periodo corto de pobreza extrema, en un niño, determina sus capacidades, sus oportunidades, seguridad, autoestima……unos elementos que condicionan directamente sus capacidades de desarrollo en el futuro, en su vida, y las vidas de su alrededor.

‘Niño de nadie que buscándose la vida desluce la avenida y le da mala fama a la ciudad’[7]

Entiendo que vivimos en unas circunstancias en las que los servicios sociales están desbordados o no preparados para paliar demandas familiares como, el tener la tesitura entre pagar la hipoteca o darle de comer a sus hijos, que toman la decisión más humanamente coherente y se ven viviendo en casa de sus padres, unas personas con edades propias del descanso y no de ocuparse económica y socialmente de hijos y nietos. Aunque gracias a estos vínculos, el problema se conserva en un grado medio. Es una situación, en la que creo que son los servicios sociales, y dentro de ellos todos los que nos dedicamos a ‘lo social’, los responsables de indicar el camino a seguir para no continuar fomentando la desigualdad, lo que sucede es que el camino no está siendo educativo. Somos el nexo entre las políticas sociales y quien las necesita, políticas que parten de un estado que ha de estar ahí para proteger a familias cuando les falta la principal fuente de ingresos, el empleo. Creo que las políticas sociales son las encargadas de frenar el incremento de la diferenciación social y no generar más exclusión agrupando el problema y llevándoselo a las periferias de las ciudades, machacando al vulnerable y  quien menos responsabilidad tiene de la situación que nos rodea.[8][9] Un estado que está reduciendo la inversión en políticas sociales sin apreciar que parte del futuro de un país (los menores) está desatendido ya que, a modo general, las políticas actuales no apuestan por las personas, por los derechos humanos o derechos sociales, donde la participación comunitaria o la motivación para crear empoderamiento interior, sirva de base para conseguir lo que cada uno necesita, y que las mismas personas sean parte de la solución de su propio problema.

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