Nutrición Artificial En Pacientes En Etapa Terminal

Nutrición artificial en pacientes en etapa terminal

La enfermedad terminal constituye una situación en la que están implicadas decisiones muy complejas y, por lo tanto, impregnadas de un marcado componente ético.  Uno de los dilemas que se plantea con este tipo de enfermos es la decisión de la instauración o suspensión de la nutrición artificial y la hidratación. (1) Una de las decisiones importantes que se debe de tener con este tipo de pacientes es el aceptar si es o no es pertinente una alimentación artificial, ya que conlleva múltiples factores tanto éticos como médicos ya que se pone en cuestión si esta alimentación mejora la calidad de vida o ayuda a el progreso de la agonía del paciente. Los dilemas éticos, se basan fundamentalmente en la calificación moral que se da a la nutrición en estas circunstancias, planteándose la cuestión de si debe considerarse a la nutrición artificial como un acto médico, y como tal debe tener sus indicaciones y contraindicaciones, o en cambio es un acto humanitario básico y elemental que se tiene que aplicar en cualquier circunstancia.

El motivo por el que elegí este tema es porque pone se éticamente en cuestión si este tipo de nutrición es apta para pacientes en fase terminal que no se pueden alimentar vía oral, ya que en ciertas situaciones puede ser perjudicial para el individuo o puede tener complicaciones o causar alguna incomodidad, o incluso poner más en riesgo la vida al someterlo a una cirugía para la aplicación de una sonda gástrica

Algunos autores han pensado que la alimentación artificial no se compara con algunos otros tratamientos médicos y según este punto de vista, se pueden eliminar o establecer ciertos tratamientos, la alimentación siempre debe de ser insaturada.

En todas las culturas el hecho de compartir el alimento está revestido de un profundo valor social. Además, dar de comer al hambriento y dar de beber al sediento son obras de gran peso moral en nuestra sociedad. Suprimir estas medidas puede provocar sentimientos de culpa, tanto en la familia como en el equipo sanitario.

Se presupone que no se le puede negar a nadie la comida ni la bebida y de aquí se deduce, su carácter de cuidado elemental y, por ello, obligatorio en cualquier caso. Pero esta presunción dista mucho de ser correcta y prescindir de los líquidos y los alimentos no siempre contribuye a aumentar el sufrimiento, sino todo lo contrario. (2) 

La nutrición artificial tiene sus indicaciones, sus riesgos y complicaciones. Las indicaciones básicas para este tipo de nutrición serian: la incapacidad para alimentarse y la incapacidad para deglutir. Esta es una técnica que ha creado nuevas oportunidades de supervivencia a un número importante de enfermos, pero también ha cuestionado problemas de tipo ético e incluso legal.

Se debe de aplicar una alimentación artificial ya sea por la aplicación de una gastrostomía o una sonda nasogástrica siempre y cuando el paciente no se pueda alimentar por sus propios medios teniendo en cuenta que cada uno de estos procedimientos implica riesgos y complicaciones que a veces serán graves o incluso causa de la muerte.

Este es uno de los dilemas que se plantean al momento de pensar en la forma de nutrición para el paciente, ya que se puede dar el de caso de alguna bronco aspiración, perforación gástrica, taponamiento de la sonda, el déficit de nutrientes, la incomodidad para los pacientes etc.

Cuando la enfermedad es progresiva e irreversible, las desventajas de la alimentación artificial superan a los beneficios siempre que sea necesario el uso de medidas de restricción física, violando ésta los fundamentos básicos de los cuidados humanitarios y la dignidad del enfermo.

En toda decisión respecto a estos casos debe considerarse por principio: Cuáles son las indicaciones médicas y cuáles son las probabilidades de que el procedimiento terapéutico beneficien al paciente y con qué riesgo.

Se debe de considerar si el tratamiento es inútil y por tanto no aplicable y susceptible de ser retirado cuando no es obligatorio, o cuando no reporta ningún beneficio al paciente

Todo paciente tiene derecho de aceptar o rechazar el tratamiento, incluso los que sean un sostén de vida para él, por el simple hecho de ser una persona libre e independiente, sea cual sea su lugar de origen o donde resida.

Se deben considerar algunos aspectos al momento de querer retirar la forma de alimentación artificial, esto vendría siendo cuando no se cumplan los objetivos de los tratamientos como: el aliviar los síntomas o mejorar el estado funcional.

Cuando hay una perdida que ya no pueda ser reversible de las funciones, o el tratamiento no logra otro objetivo más que el de mantener la vida orgánica, o el paciente expreso con anticipación el que prefiera que no se le mantenga con vida cuando no pueda ya estar en un estado consiente, se debe de retirar la sonda.

Antes de que un médico interrumpa un tratamiento, los familiares del paciente y el equipo multidisciplinar deben coincidir que la calidad de vida del enfermo no llega a un mínimo y que la enfermedad es irreversible.

Si entendemos la nutrición como parte del tratamiento, podríamos

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