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ORIGEN DE LA ORATORIA


Enviado por   •  20 de Julio de 2011  •  2.918 Palabras (12 Páginas)  •  3.882 Visitas

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ORIGEN DE LA ORATORIA

La oratoria nació en Sicilia y se desarrolló fundamentalmente en Grecia, donde fue considerada un instrumento para alcanzar prestigio y poder político. Había unos profesionales llamados logógrafos que se encargaban de redactar discursos para los tribunales. El más famoso de estos logógrafos fue Lisias. Sin embargo, Isócrates creó una famosa escuela de oratoria en Atenas que tenía un concepto más amplio y patriótico de la misión del orador, que debía ser un hombre instruido y movido por altos ideales éticos a fin de garantizar el progreso del estado. En este tipo de oratoria llegó a considerarse el mejor en su arte Demóstenes.

De Grecia la oratoria pasó a la república romana, donde Marco Tulio Cicerón lo perfeccionó. Sus discursos y tratados de oratoria nos han llegado casi completos. Durante el imperio, sin embargo, la oratoria entró en crisis habida cuenta de su poca utilidad política en un entorno dominado por el emperador, aunque todavía se encontraron grandes expertos en ese arte como Marco Fabio Quintiliano; los doce libros de su Institutio oratoria se consideran la cumbre en cuanto a la teoría del género. Sin embargo, como ha demostrado Ernst Robert Curtius en su Literatura europea y Edad Media latina, la Oratoria influyó poderosamente en el campo de la poesía y la literatura en general pasándole parte de sus recursos expresivos y retorizándola en exceso.

Isocrates

De familia pudiente, Isócrates fue un seguidor, en los aspectos formales, de Gorgias, y en los ideológicos, de Sócrates y Platón. Este último, además, le alabó en el Fedro. Dirigió una escuela de oratoria en la isla de Quíos y, al volver a Atenas, sobre el año 403 adC, trabajó como logógrafo escribiendo discursos judiciales y políticos por encargo; no inició una carrera política, ya que era tímido y con poca voz. Sin embargo, fundó el año 392 adC una importante escuela de oratoria que se hizo muy famosa, no sólo por la eficacia de su instrucción, sino también por el hecho (emanado de su formación socrática y platónica) de incluir en su plan de estudios la educación ética del ciudadano, en lo que se distinguió claramente de sus principales competidores, los sofistas, cuya falta de referentes éticos atacó. La finalidad de esta reforma educativa era en el fondo propiciar una regeneración política, pues Isócrates perseguía la unificación de Grecia como única forma de evitar la invasión de los persas (es la idea central de su famoso Panegírico, compuesto el año 380 adC). El ciclo de estudios de su escuela duraba entre tres y cuatro años y la relación que sostenía con sus estudiantes era íntima y afectuosa, en lo que ayudaba su reducido número (un máximo de nueve) para ejercer una influencia directa en cada uno y dedicar todo el tiempo posible a su formación como hombres políticos. Su propósito era recuperar el esplendor de la cultura griega impulsando por medio de la educación una nueva cultura (paideia) con la intención de reformar la ciudad-estado por medio de sus futuros líderes. Éstos, como factor multiplicador, actuarían como los guías y educadores del resto de la ciudadanía, como única forma de consolidar instituciones fuertes y políticamente tan sanas como los ciudadanos que las formaran; esta fue la semilla del posterior humanismo occidental. En un principio, Isócrates puso sus esperanzas de regeneración en el proyecto político de Filipo II de Macedonia.

Su estilo es fluido, de frase compleja y abundante en antítesis. Educó a los oradores Hipérides, Iseo y Licurgo; sus enseñanzas son también patentes en oradores posteriores como el griego Demóstenes o el romano Cicerón. Falleció víctima de un ayuno voluntario en protesta por la pérdida de la independencia de Grecia el año 338 adC. Se conservan de él 21 discursos y 9 cartas.

Demóstenes nació en el seno de una familia rica de comerciantes, lo que le valió el desprecio de las viejas familias aristocráticas. Su padre, Demóstenes de Peania, en efecto poseía una fábrica de armas. Su madre era de origen escita, por lo que Esquino le reprochará posteriormente. A los 7 años se quedó huérfano. Su padre le dejó una fortuna en fideicomiso, quedando al cuidado de dos familiares, Afobos y Demofón, y de un tal Teripido. Sus tutores dilapidaron su fortuna, ya sea por error de gestión o por mala intención, quedando el joven Demóstenes en extrema pobreza.

A los 16 años asistió a un proceso contra Calistratos en 367 adC, quedando sorprendido por el talento del orador por lo que decide aprender la retórica. Llegar a ser alumno de Isée, otro orador de Ática, especializándose en los problemas de sucesión. Según Plutarco, durante el primer discurso público del joven Demóstenes, la audiencia se burlaba del problema de elocución ( dificultad en pronunciar la R) y de sus gestos torpes.

Aunque continuó la práctica legal privada, a partir de 354 a.C. se interesó cada vez más por los asuntos públicos, haciéndose famoso por sus discursos en los que se dedicó a restablecer el espíritu público en Atenas y a la conservación de la cultura griega en un momento en que el modelo de Ciudad estado se veían amenazado.

Entre sus primeros discursos destaca Para los megalopolitanos (353 a.C.), que atrajo la atención de los atenienses sobre el peligro que representaba el poder de Esparta, tras la debacle de Tebas. Sin embargo, la mayor parte de sus principales discursos estuvieron dirigidos contra el poder creciente del rey Filipo II de Macedonia, a quien veía como una amenaza no sólo para Atenas sino para todas las ciudades-estado griegas.

Su primer discurso contra Filipo, conocido como la Primera Filípica (351 a.C.), tratando de convencer a los atenienses de que le declararan la guerra a Filipo II, no tuvo éxito. Dos años después, para completar su dominio del mar Egeo Filipo marchó contra Olinto, aliado de Atenas y la última ciudad de la Calcídica que le quedaba por dominar. Olinto pidió ayuda a Atenas, y Demóstenes pronunció con tal motivo tres discursos, llamados las Olínticas, en los que solicitó a Atenas ayudar a su aliado.

A pesar de la ayuda ateniense, Olinto fue tomada y destruida. Demóstenes estaba entre los enviados (346 a.C.) para negociar la paz entre Atenas y Filipo. Entre sus discursos de este periodo destacan la Segunda Filípica, el discurso conocido como Sobre la falsa embajada, contra Esquines, orador rival del partido promacedonio, y la Tercera Filípica en la que se exigía una acción resuelta contra Filipo (341 a.C.). En este periodo, en 343 adC., Demóstenes se había convertido en el jefe político ateniense.

En gran parte gracias a los esfuerzos de Demóstenes, el intento de Filipo, en

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