Ola K Ase
Enviado por Olaxjuor1 • 19 de Mayo de 2014 • 653 Palabras (3 Páginas) • 222 Visitas
soy menos simpática, evito entrar en temas espinosos, como la cosecha,
los racionamientos de comida o los Juegos del Hambre. Quizás a Prim se
le ocurriera repetir mis palabras y ¿qué sería de nosotras entonces?
En los bosques me espera la única persona con la que puedo ser yo
misma: Gale. Noto que se me relajan los músculos de la cara, que se me
acelera el paso mientras subo por las colinas hasta nuestro lugar de
encuentro, un saliente rocoso con vistas al valle. Un matorral de arbustos
de bayas lo protege de ojos curiosos. Verlo allí, esperándome, me hace
sonreír; nunca sonrío, salvo en los bosques.
--Hola, Catnip --me saluda Gale.
En realidad me llamo Katniss, como la flor acuática a la que llaman
saeta, pero, cuando se lo dije por primera vez, mi voz no era más que un
susurro, así que creyó que le decía Catnip, la menta de gato. Después,
cuando un lince loco empezó a seguirme por los bosques en busca de
sobras, se convirtió en mi nombre oficial. Al final tuve que matar al lince
porque asustaba a las presas, aunque era tan buena compañía que casi
me dio pena. Por otro lado, me pagaron bien por su piel.
--Mira lo que he cazado.
Gale sostiene en alto una hogaza de pan con una flecha clavada en el
centro, y yo me río. Es pan de verdad, de panadería, y no las barras
planas y densas que hacemos con nuestras raciones de cereales. Lo cojo,
saco la flecha y me llevo el agujero de la corteza a la nariz para aspirar
una fragancia que me hace la boca agua. El pan bueno como éste es para
ocasiones especiales.
--Ummm, todavía está caliente --digo. Debe de haber ido a la
panadería al despuntar el alba para cambiarlo por otra cosa--. ¿Qué te ha
costado?
--Sólo una ardilla. Creo que el anciano estaba un poco sentimental
esta mañana. Hasta me deseó buena suerte.
--Bueno, todos nos sentimos un poco más unidos hoy, ¿no?
--comento, sin molestarme en poner los ojos en blanco--. Prim nos ha
dejado un queso --digo, sacándolo.
--Gracias, Prim --exclama Gale, alegrándose con el regalo--. Nos
daremos un verdadero festín. --De repente, se pone a imitar el acento del
www.LeerLibrosOnline.net
Capitolio y los ademanes de Effie Trinket, la mujer optimista hasta la
demencia que viene una vez al año para leer los nombres de la cosecha--.
¡Casi se me olvida! ¡Felices Juegos del Hambre! --Recoge unas cuantas
moras de los arbustos que nos rodean--. Y que la suerte... --empieza,
lanzándome una mora. La cojo con la boca y rompo la delicada piel con los
dientes; la dulce acidez del fruto me estalla en la lengua.
--¡... esté siempre, siempre de vuestra parte! --concluyo, con
...