Orígenes Del Pensamiento Económico
Enviado por profeco • 27 de Junio de 2014 • 6.891 Palabras (28 Páginas) • 235 Visitas
El pensamiento antiguo
1. Platón. La República. Del fin económico del Estado.
El Estado debe satisfacer las necesidades del hombre (Homos Económicus)
De ese principio económico deriva el principio de la división y especialización de trabajo. Dice Platón: la obra de un hombre será superior en calidad y también en cantidad si ese hombre trabaja en una sola ocupación y esta es la más apropiada a sus dones naturales. El labrador no se fabricará su arado ni su azada, sino que todos sus aperos, los fabricará otros por él, quienes estén especializados en la producción de tales instrumentos. Así, la existencia del Estado, requerirá que haya granjeros, tejedores, zapateros, carpinteros, herreros, pastores, mercaderes, tenderos, obreros asalariados, etc. Pero estas gentes llevarán una vida muy ruda. Si ha de haber una ciudad “lujosa” hace falta algo más: los músicos, los poetas, los preceptores, los enfermeros, los barberos, los cocineros, los pasteleros, etc. Y, con el aumento de la población, consecuencia del creciente lujo de la ciudad, el territorio será insuficiente para albergar tanta gente, entonces se deberán anexar territorios vecinos. Esto es el origen de la guerra por una causa económica…
2. Platón. La República. De la necesidad de la educación.
Más, si la guerra ha de continuarse, entonces, deberá haber una clase especial de guardianes del Estado, cuyo cometido es dirigir la guerra. Estos guardianes deberán ser valerosos, pero deberán ser también sabios, deberán distinguir quienes son los enemigos del Estado Y si el ejercicio de sus funciones de guardianes ha de basarse en el conocimiento, entonces deberán someterse a algún proceso educativo. Empezará con la música, e incluirá las narraciones legendarias. No aquellas leyendas donde los dioses estén entregados a groseras inmoralidades. Tampoco las bellezas y los encantos de las palabras de los poetas y los dramaturgos, nada que disimule el veneno que los incautos ingieren.
Más, no hay educación alguna que lo sea de veras, si no es una educación para la verdad y para el bien.
Junto con la música, la gimnasia tendrá también su parte en la educación de los jóvenes ciudadanos del Estado. El cuidado del cuerpo, tratándose de los custodios del Estado, deben calificar como”atletas aguerridos, que han de ser como perros guardianes bien despiertos y agudísimos de vista y oído”.
3. Platón. La República. De las clase sociales.
Tenemos hasta aquí, dos grandes clases de ciudadanos: la inferior, de los artesanos, y la superior, de los guardianes. ¿Quiénes deberán ser los que gobiernen? Se les escogerá cuidadosamente en la clase de los guardianes. No han de ser jóvenes: deben ser los hombres mejores de su clase, inteligentes y fuertes, que procuren los intereses públicos, como idénticos a los suyos, que persigan los verdaderos intereses del Estado, sin cuidarse de sus intereses personales, de sus ventajas o desventajas, estos serán los gobernantes.
Para Platón, cada ciudadano debía ser educado y seleccionado cuidadosamente para cumplir un rol en la sociedad de acuerdo a sus cualidades físicas, intelectuales y morales. No alcanza con querer desarrollar una función, hay que estar habilitado para cumplir con ese rol
4. Platón. La República. De la ciudad perfecta.
La ciudad perfecta, debía poseer tres grandes virtudes: la sabiduría, la valentía y la templanza.
La ciudad es sabia cuando está gobernada en forma racional por los jefes, es valiente cuando está protegida por guerreros que aseguran la paz interior y la defensa de las fronteras, es temperante cuando los inferiores (los agricultores, artesanos y comerciantes) obedecen a los superiores.
Será necesario convencer a los individuos de su desigualdad de condiciones y convencerlos que pertenecen a tres razas distintas: de oro, de plata y de bronce
En consecuencia, para Platón, cuando cada hombre ocupa en la sociedad un lugar que está de acuerdo con sus cualidades físicas, morales e intelectuales se persigue la justicia social.
5. Platón. La República. Del régimen de distribución de bienes.
En cuanto al régimen de distribución de bienes, dispone que los jefes y guerreros (guardianes) no deban trabajar, dediquen todo su tiempo a gobernar y cuidar de la sociedad y serán mantenidos por la clase inferior.
Las clases superiores no deben poseer nada en propiedad, nada será suyo, estarán obligados a vivir en comunidad de mujeres e hijos, ignorando incluso el uso de la moneda y asuntos de negocio
6. Platón. La República. De la comunidad de mujeres e hijos.
Dice Platón: a las hembras se las debe educar como a los varones, en el estado ideal no se contentarán con estarse en casa y ocuparse del niño, sino que serán instruidas en la música, la gimnasia y la disciplina militar, exactamente igual que los hombres .La razón de esto es que los hombres y las mujeres solo se diferencias por las distintas funciones que desempeñan en la propagación de la especie. Cierto que la mujer es mas débil que el hombre, pero, por lo demás, ambos sexos se encuentran con dones naturales, y por lo que concierne a su naturaleza, la mujer puede ser admitida a todas las carreras que le están abiertas al hombre, inclusive a la de combatir. Las relaciones conyugales de los ciudadanos, sobre todo los de las clases más altas, deben ser controladas por el Estado. Así, las uniones entre los jefes o jefas y los guardianes o guardianas, deberán estar bajo en control de los magistrados, a fin de que pueda relevarse a aquellos eficientemente de sus obligaciones oficiales y también para obtener la mejor prole posible, prole a la que se criará en una casa de maternidad del Estado.
Quiere Platón, formar de esta manera una gran familia donde todos los niños se llamarían hermanos y hermanas y llamarían padres y madres a todos los ciudadanos susceptibles de haberlos engendrado.
En cuatro al matrimonio de los jefes y los guardianes, el control estaba a cargo de los magistrados, como las relaciones sexuales y la procreación en los tiempos fijados por el
Estado.
Aunque Platón predicó la igualdad, el espacio dedicado al discurso de lo femenino es mucho menor que el dedicado al masculino, ya que el hombre posee una variedad más amplia de características positivas que la mujer, pero las de ésta ni siquiera son nombradas.
Esto se percibe ya en los tres matices que subyacen en su discurso: es igual pero más débil, es igual pero propiedad del hombre, y el tercero y más importante, sólo se menciona la igualdad al hablar de las esposas de los guardianes, ellos y sus esposas son iguales, pero en el resto de las clases
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