PATRIMONIO CULTURAL Y DELINCUENCIA

La delincuencia internacional, en lo que se refiere al tráfico ilícito de bienes culturales, no es un fenómeno nuevo. Este comportamiento se inicia con la historia del hombre y no es una práctica exclusiva de una cultura en particular, sino que en todas las regiones del mundo se observan y se llevaron a cabo este tipo de hechos.

La herramienta más poderosa que tenemos nosotros para combatir este tráfico y el saqueo de bienes culturales es la transmisión rápida y eficaz de la información. Conjuntamente con la entonces Secretaría de Cultura de la Nación, actual Ministerio, e ICOM (Consejo Internacional de Museos), en el año 1997 comenzamos a trabajar en la idea de aportar alguna solución al problema.

Es así como en el año 2000 firmamos un acuerdo de colaboración e intercambio de información cuya profundización arribó en la creación y elaboración de una Base de Datos Nacional sobre los bienes culturales robados en nuestro país, ya que hasta esa fecha no teníamos información clasificada sobre este tipo de hechos y, por supuesto, no existían estadísticas.

Dado que a dicha información sólo tienen acceso ciertas personas, creímos conveniente poner esa base de datos en una página de Internet. Dicha base de datos cuenta con la información que pueden verter no solamente organismos nacionales, provinciales o municipales, sino también las personas en particular que sean propietarios de algún objeto de patrimonio cultural y que haya sido sustraído o extraviado. Nosotros colocamos esa información en la página Web y de esa manera, en cuestión de segundos, llega a la Secretaría General de INTERPOL en Lyon - FRANCIA y, a través de ella, a todos los países del mundo (actualmente son 190 países signatarios). De esta forma podemos prevenir la venta ilícita de esos bienes y que compradores honestos sean engañados en su adquisición.

Además, esta publicación cumple con los requisitos y recomendaciones contemplados en los Tratados Internacionales, asumidos oportunamente por el Estado Argentino, como ser el Convenio del UNIDROIT (Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado) sobre la restitución internacional de objetos robados o exportados ilegalmente, celebrada en Roma el 24-06-1995, ratificada por la Ley 25.257 de fecha 21-07-2000 y la Convención de la UNESCO sobre las Medidas que Deben Adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación, la Exportación y la Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales, celebrada en la ciudad de París el día 14 de noviembre de 1970 (XVI Reunión de la Conferencia General de la UNESCO), ratificada por la Ley 19.943 de 1973, en lo que se refiere a la buena fe. Mala fe no es solamente que el comprador o tenedor de un bien del patrimonio cultural tenga conocimiento que ese bien es producto de un ilícito, sino también que esta persona antes de adquirirlo tiene que consultar alguna base de datos de carácter nacional o internacional a las que razonablemente pueda acceder y comprobar los antecedentes de esa pieza. En este caso pueden consultar nuestra base de datos.

Era muy común en la Argentina hasta la celebración de este convenio y la publicación de esta página, que muchas personas adquirieron objetos sustraídos sin saber que los mismos eran objeto de un hecho ilícito, entonces eran vulnerados en su buena fe adquiriendo cosas que, posteriormente eran pasibles del secuestro y restitución a sus legítimos dueños.

Por ejemplo, hace un tiempo ocurrió esto en una exposición de obras de arte. En el Arte BA, un galerista tenía en exposición una pintura, que había sido robada hacía aproximadamente 10 años y manifestó que la había adquirido de buena fe. A partir de este momento, el galerista no puede exhibir buena fe, porque si el objeto está publicado como sustraído y lo adquiere sin consultar la página,

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