POLÍTICA CRIMINAL Y PRAGMATISMO

 POLITICA CRIMINAL Y PRAGMATISMO.

Esta breve ponencia busca poner de presente algunas de las fallas que se observan en la política criminal colombiana.

La noción de “política criminal” ha sido definida por la Corte Constitucional, como “el conjunto de respuestas que un Estado estima necesario adoptar para hacerle frente a conductas consideradas reprochables o causantes de perjuicio social con el fin de garantizar la protección de los intereses esenciales del Estado y de los derechos de los residentes en el territorio bajo su jurisdicción”.

Comenzare anotando, como en esta definición de Politica Criminal no se habla de protección del individuo que comente un injusto (delito), de su no des-socialización, o de lo que dice este por medio del crimen, porque, en ocasiones a través de un injusto se pretende enviar un mensaje desesperado.

Además, con esta definición se hace manifiesto un problema que constantemente me preocupa: el hecho de que la política criminal se ha convertido en un escenario de circo, una herramienta que el estado usa no solo para garantizar los derechos de los cuídanos –como anota la Corte Constitucional-, sino también para saciar las ideas arbitrarias de aquel pueblo que se cree experto en la dinámica del sistema penal.

Y si la REALPOLITIK es la política o diplomacia basada en intereses prácticos y acciones concretas, sin atender a la teoría o la filosofía como elementos "formadores de políticas"; déjenme decirles que el Derecho Penal ha sido tomado por la realpolitik.

Muchos podrán pensar que, la política criminal determinada por acciones prácticas no tiene por qué ser negativo, e incluso, pueden verlo como algo positivo, pero desde mi punto de vista no es así.

Tomar decisiones al azar nos impide ver la dañosidad y lo delicado del sistema penal.

Alguien podría pensar que es positivo que el sistema penal sea invadido por la pragmática, interpretando que esto garantiza la solución eficaz de problemas materiales. A pesar de que si se garantiza posibilidad de respuesta rápida ante contingencias de la vida cotidiana, un manejo pragmático, desde mi punto de vista, puede ser tremendamente nocivo, por dos motivos:

1. De un lado, como bien lo dice Niklas Luhmann, al abordar el tema de la comunicación, “se decide sobre un escenario de corto plazo, sin tener visualizado el futuro”. De esta manera, la política criminal no se enfoca en atacar los problemas estructurales en el ámbito de la criminalidad, lo que produce que no avancemos nunca porque no se sigue una sola línea que permita construir lento pero sin pausa.
2. De otro lado, las decisiones apresuradas o pragmáticas, por lo que he observado, no tienen en cuenta que el sistema penal es una maquinaria delicada de tratar y muy dañosa. Me detendré en este punto, para aclarar ciertas cosas.

He dicho que el derecho penal es dañoso, y es que usualmente se dice que este es una herramienta de imposición de “medidas” necesarias para la salud social, cuando en realidad es una maquinaria destinada a infligir dolor^[1]. Tan cierto es esto, que en ingles “pena”, se traduce como “pain”, lo cual no es simple casualidad, porque el lenguaje va cargado de contenido cultural.

...