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PROGRESISMOS Y SU MUTACION A POPULISMOS LATINOAMERICANOS (SVAMPA)


Enviado por   •  19 de Diciembre de 2017  •  Ensayo  •  4.113 Palabras (17 Páginas)  •  285 Visitas

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INTRODUCCION:

En el presente trabajo se intenta analizar a el neoliberalismo en algunos países de Latinoamerica (Argentina, Ecuador , Bolivia y Venezuela) a través de sucesos importantes desarrollados durante la última década del siglo XXI y la década del 90, a través del cuestionamiento que le hicieron distintos gobiernos progresistas, apoyándose en políticas heterodoxas, proponiendo en su momento articular las demandas desde abajo, al tiempo que valorizaron la construcción de un espacio regional latinoamericano.

Partimos de un artículo de Maristela Svampa, donde analiza la transformación de los gobiernos progresistas a populismos de alta densidad; realizando una diferenciación entre dos bloques de países-Populismos plebeyos-(Bolivia-Venezuela) y –Populismos de clases medias-(Argentina-Ecuador).

En segundo lugar, describimos las políticas neoliberalistas y sus resistencias en los 4 países mencionados en la última década del siglo XXI

Y por último enumeramos gobiernos que aplicaron dichas políticas y movimientos sociales que se organizaron en rechazo a las políticas de exclusión neoliberalistas.

-PROGRESISMOS Y SU MUTACION A POPULISMOS LATINOAMERICANOS (SVAMPA)

A partir del año 2000, América Latina ingreso a un “cambio de época”, esto es, un nuevo ciclo político y económico marcado por el protagonismo creciente de los movimientos sociales, esto es, el cuestionamiento al neoliberalismo y la relegitimación de discursos políticamente radicales. Este cambio de época tomo un nuevo giro a partir de la emergencia de diferentes gobiernos que, apoyándose en políticas económicas heterodoxas, se propusieron articular las demandas promovidas desde abajo, al tiempo que valorizaron la construcción de un espacio regional latinoamericano.

Para designar a estos nuevos gobiernos se impuso como lugar común la denominación genérica de progresismo. El origen de este concepto se remite a la Revolución Francesa y hace referencia a aquellas corrientes ideológicas que abogaban por las libertades individuales y cambio social. Con el correr de la década los progresismos fueron consolidándose, de la mano de una narrativa populista-desarrollista y de un proceso de personalización del poder, desplazando otras narrativas de corte descolonizador, fueran indianistas, ecologistas o de izquierda.

Svampa plantea un divorcio, de aquel progresismo que obtuvo el acompañamiento de la izquierda, que a partir de ahora deberá saber desacoplarse: fuerzas que estaban unidas tendrán que separarse, formar nuevos bloques, reescribir identidades en base a una nueva narrativa encontrando nuevos liderazgos; ese divorcio es inevitable porque el progresismo “realmente existente”, se volvió populista, ya que dejo de representar el campo de las clases subalternas para convertirse en otro actor del campo del poder. Muchas izquierdas latinoamericanas todavía continúan leyendo el conflicto social desde la contradicción capital-trabajo, dejando de lado aquellas entre capital y naturaleza, que impulsa al capitalismo actual, que avanza sobre los territorios exigiendo más materias primas y energías.

Svampa define al populismo como”- un fenómeno político complejo y contradictorio que presenta una tensión constitutiva entre elementos democráticos y no democráticos. Lo propio del populismo, es poseer una concepción dual de la legitimidad, que es una suerte de exceso respecto a la legitimidad propia de la democracia y un déficit con relación a la imposición autoritaria.” El populismo, afirma la autora, entiende la política en términos de polarización y de esquemas binarios, lo cual tiene varias consecuencias: por un lado, implica la constitución de un espacio dicotómico, a través de dos bloques antagónicos; por otro, el reordenamiento binario del campo político supone la selección y jerarquización de determinados antagonismos en detrimento de otros. Su contracara, es el ocultamiento de otros conflictos, los cuales tienden a ser minimizados o expulsados.

Ciertamente , los gobiernos de Hugo Chávez, Néstor y Cristina Fernández de Kirchner, Rafael Correa y Evo Morales; todos ellos países con una notoria y persistente tradición populista, habilitaron el retorno de un uso del concepto en sentido fuerte , esto es, de un populismo de alta densidad, a partir de la reivindicación de Estado como constructor de la nación, luego del pasaje del neoliberalismo, del ejercicio de la política como permanente contradicción entre dos polo antagónicos; y por último, de la centralidad de la figura del líder.

Existen diferentes tipos de populismo, según la autora:-populismos plebeyos: que han venido desarrollando políticas de contenido más innovador y radical, desembocando en procesos de redistribución del poder social hacia abajo (Bolivia, Venezuela) ; y por otro lado, populismos de clases medias, visibles en el empoderamiento, e incluso una fragmentación de intra-clase de los sectores medios(Argentina-Ecuador).Tanto el gobierno argentino como el ecuatoriano no produjeron un cambio en la distribución del poder social como tampoco buscaron impulsar un paradigma de la participación , como si sucedió; al menos en parte, en Venezuela y Bolivia

BLOQUES DE POPULISMO SEGÚN SVAMPA

Populismo de plebeyos-(BOLIVIA-VENEZUELA)

 

Del neoliberalismo a la revolución y el proceso de cambio:

Ni el más optimista hubiera firmado hace 15 años, que en América del Sur hubiera nuevamente espacio para el renacer del discurso sesentista, aunque no sea por la acción de partidos revolucionarios o movimientos guerrilleros sino, por el contrario, por procedimientos electorales a fin de alcanzar el gobierno, y desde el poder institucional, invocar la revolución política y social.

Tal cosa ha ocurrido en estos años, primero en Venezuela, después en Bolivia y otros países de la región. Con orígenes étnicos, sociales, profesionales y políticos muy diversos entre sí, los liderazgos personales que se han instalado en estos países proclaman objetivos finales similares, si bien obedecen a realidades diferentes, enfrentan oposiciones de distinto calibre y se comportan también de variadas formas.

Las máximas aplicadas por el FMI y los EEUU, en la década del 90, fueron relegadas sistemáticamente en américa latina a principios del siglo XXI por estos países que, cansados de las formas agotadoras del capitalismo feroz, que explotaban, endeudaban y sometían por medio de las alianzas estatales privadas, surgió                                             una nueva forma de visión de estado que se aparta de los lineamientos neoliberales donde emergen estos sectores que siempre estuvieron relegados y excluidos. Con el acompañamiento del estado y sus líderes carismáticos empezaron a lograr recuperar su identidad y desarrollo nacional.

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