Pachamama
Enviado por 765825010 • 25 de Septiembre de 2014 • Síntesis • 466 Palabras (2 Páginas) • 293 Visitas
1 ago.- La Pachamama comienza hoy a abrir su boca para, durante todo agosto, recibir la wajt’a (pago) por la bendición que prodigó a su pueblo que la venera.
Hace 30 años que en la calle Linares, más conocida como la Calle de las Brujas, doña Martha Gonzales prepara mesas para retribuir a la Madre Tierra por sus bendiciones.
Como le enseñó su madre, sobre una charola comienza a colocar hierbas secas, como la koa, la muña y otras de olor penetrante.
La wajt’a (pago) por la bendición de la Pachamama
Alrededor de la mezcla, con mucho cuidado, acomoda 12 fichas hechas de azúcar, de dos centímetros aproximadamente cada una.
Tienen dos significados: representan a los 12 apóstoles y también los meses del año. Es que también en este rito se han fundido las religiones aymara y católica.
Encima de la preparación desparrama otros dulces más pequeños y rocía un polvo amarillo, es el incienso, de olor aún más penetrante que las hierbas y que hará que toda la mesa para la Pachamama se queme en el momento de la ofrenda.
En seguida jala un sullu (feto) de llama disecado y lo acomoda encima. El sullu representa la carne que se debe ofrecer a la Pachamama.
“La mesa tiene carne, dulces y k’oa. La Pachamama abre su boca cada seis meses y nosotros tenemos que meter todos nuestros deseos”, dice Eddy Mayta, un joven que sigue la tradición de su abuela Pascuala, una de las primeras ‘brujas’ que se asentó en la Linares.
La mujer murió tan anciana que ni siquiera recordaba su edad. Nació de pie y estaba facultada para preparar la comida que le gusta paladear a la Pachamama.
Frente al puesto de doña María, una decena de personas forma una fila para llevarse una mesa. La ofrendarán a partir de hoy.
Doña Silvia quiere una mesa para que la construcción de su casa llegue a buen término.
La ceremonia será familiar y comenzará —calcula la mujer— a las cuatro de la tarde.
Preparará una rica comida para, junto a su familia, “servirse con la Pachamama”.
Ella hará la ceremonia.
Elena Saravia, otra vendedora de la Calle de la Brujas, recuerda que debe estar en paz con ella misma, tener fe y, sobre todo, “no haber renegado antes”.
Amor, salud
Pero a la Madre Tierra no se le pide sólo cosas materiales, como una casa, auto o un próspero negocio, sino también amor y salud.
Elena explica que en el primer caso la mesa preparada es de color rojo intenso; en el segundo, blanca. Los elementos son los mismos y la fe en la Madre Tierra también.
El vino y el alcohol no deben faltar en la ofrenda, dice don Carlos Saico, un chofer de radiotaxi que hoy al mediodía le dará gracias a la Madre Tierra y le pedirá sus deseos de salud y prosperidad, como lo hacían sus padres y abuelos.
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