La pachamama.

Otra mañana en la jaula de clase, mañana del 1 de octubre nuevamente saboreando las ciencias sociales y como cada bloque, se comienza con una inquietante  pregunta que estoy segura que la gran mayoría de la sociedad se cuestiona, pero que pocos hacen algo para respondérsela a sí mismos, pocos amplían su panorama, pocos dejan de ser uno más de la masificación. Tratando de hacernos entrar en razón, Alvarez (2013) Plantea: “¿Por qué la pregunta por la vida es tan importante hoy dentro de nuestras sociedades? ¿Qué ha sucedido con la vida que el capitalismo prometió?”. Esta pregunta se volvió importante porque la sociedad comienza a hacer notar ENTRE ELLA su inconformidad  con el daño que nos ha hecho el ca-ca-pitalismo; todos esos engaños y mentiras que nos vuelven ciegos desmesurados consumistas que desde su comienzo dejo que la cima piramidal reprimiera sus derechos y dejara que la pachamama se convirtiera en un régimen fragmentado sin alternativas de libre desarrollo.

 Ahora, ¿qué está haciendo la sociedad para la democracia? Como González (2015) recitó “Nos acostumbramos a señalar, a juzgar, a discriminar, a odiar o a permanecer impávidos frente a las tragedias humanas” (p.3).El pueblo aunque presente está ausente, ya que cree que los temas políticos aunque son tema críticas sin fundamentos, no creen en una solución y siguen absortos de las realidades de un país fragmentado por un conflicto arma, un proceso de paz, una cultura patriarcal y un modelo de desarrollo neoliberal.

¿Estamos siendo parte activa de la solución? Parecemos caballos con blinkers, dejando que arrollen el desarrollo de los de debajo de la pirámide, sin mover un solo dedo para detenerlo, no sólo el poco conocimiento de nuestros derechos y de nuestro poder como pueblo que elígenos, nos hace tomar decisiones herradas, sino también el desinterés voraz de la humanidad por el ser humano en sí, ya que se desligan de su papel como ciudadanos, como hijos de la misma patria.Como afirmó una sentí-pensante mujer premio nobel:

Cuando un Gobierno cierra sus oídos para no escuchar las voces de las víctimas, tenemos que gritar más fuerte, darnos la mano unos a otros y gritar tanto, hasta que el gobierno no se haga el sordo. Ebadi (2014)

Un gobierno indiferente no puede tener un pueblo ciego ante las múltiples injusticias de un país subyugado por las potencias, un país que pierde su identidad, que vende su territorio y que maltrata su pueblo tanto como su tierra; cabe mencionar que en un país como Colombia donde el conflicto armado ha despedazado familias, sueños y esperanzas de muchos colombianos y colombianas que creían en la utopía de un país distinto, de una emancipación del neo-colonialismo, que creían en la paz pero no en la “amnistía” y “la justicia transicional”, que no creían en un modelo de desarrollo que arrollaba a su pueblo; el CNMH (2015) afirmó “El conflicto armado en Colombia ha golpeado duramente la actividad política y, por lo tanto, ha perturbado el funcionamiento del sistema democrático .Líderes bien nombrado fueron callados, reprimidos hasta tal punto de llevarlos a la muerte o a el exilio de su propio pueblo, muchos de estos quedaron en la impunidad y aún acontecimientos históricos, como “el baile rojo” y el bogotazo son desconocidos para muchos colombianos y colombianas.

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